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¿Cómo evitar el sobreendudamiento?

Se dice que las crisis son sinónimos de oportunidades. Lo sean o no, sí que resultan clases magistrales en las que aprender. Y en los últimos años muchas personas han aprendido cuáles son las consecuencias del sobreendeudamiento.

Recortar deuda

Para nada serviría toda la experiencia si no se obtuviera de ella una lección, tarea que se encomienda a los sabios. A pie de calle, Contante da algunos consejos que pueden ayudar a evitar el sobreendeudamiento.

¿Qué es el sobreendeudamiento?
Se entiende por sobreendeudamiento, referido a la economía familiar, la situación en la que los ingresos son insuficientes para hacer frente a los gastos. No es necesario hablar en términos absolutos, sino que hay que diferenciar varios tipos de gastos para establecer cuando hay un sobreendeudamiento.

Se puede decir que una familia puede afrontar dos tipos de gastos:

  • Gastos básicos: como alimentación, vivienda, vestimenta, escolarización, transporte…
  • Gastos secundarios: como las vacaciones, una videoconsola, segunda residencia, barco…

Obviamente, para garantizar la supervivencia, los ingresos deben ser iguales o superiores a los gastos básicos. Si bien, hablamos de sobreendeudamiento cuando lo que resta de deducir a los ingresos los gastos básicos no es suficiente para hacer frente a las obligaciones contraídas por los gastos secundarios.

10 consejos para evitar una situación de sobreendeudamiento
Una vez establecido el concepto de lo que se entiende por sobreendeudamiento, se pueden recopilar algunos consejos que nos eviten llegar a esa situación.

  1. Hacer un presupuesto mensual: al igual que hacen las grandes empresas, el Estado y las Administraciones Públicas. Se trata de prever cuánto se ingresa y en virtud de ese dato limitar el gasto. El presupuesto es más sencillo de hacer cuando se tiene una nómina, pero también es posible tener una previsión de ingresos trabajando por cuenta propia.
  2. Priorizar los gastos: como se indica más arriba que no todos los gastos tienen la misma importancia. Obviamente hay que destinar una parte del presupuesto a los gastos ineludibles, como la alimentación, vivienda y los gastos necesarios para cubrir las necesidades básicas. El resto de los ingresos los podemos destinar al ahorro.
  3. Calificar las deudas: así se puede determinar qué deudas se pueden o deben atender antes y cuáles se pueden negociar. Puede que sea interesante solicitar un micropréstamo para atender pagos inmediatos y evitar los intereses de demora.
  4. Revisar tus productos financieros: se pueden tener en la cartera una o dos tarjetas de crédito o débito, además de una línea de financiación abierta disponible en el banco y demás sistemas de financiación que generan gastos innecesarios. Lo mejor es quedarse solo con lo mínimo; con la tarjeta o crédito con el que hacer frente a la economía mensual. Hay que recordar que las tarjetas suelen tener comisiones de mantenimiento que se pagan se utilicen o no.
  5. Destinar los ingresos extras a pagar las deudas: es un error pedir un préstamo para pagar otro. Como también es un error pedir un préstamo cuando se dispone de efectivo en la cuenta. Cada uno de los préstamos tiene un interés asociado. En su lugar se puede destinar la nómina extra o cualquier otro ingreso adicional a cancelar deudas y evitar intereses.
  6. Ahorrar por sistema: en el antiguo Egipto el faraón ordenaba guardar un octavo de la cosecha anual para crear un fondo de reserva en caso de sequía. El principio es válido en una economía familiar. Se debería imponer un porcentaje de ahorro mensual, por ejemplo un octavo de los ingresos o un 10% de lo que cobras.
  7. No aceptar préstamos que no se han solicitado: es probable que alguna vez llegue publicidad impresa o telefónica de que se tiene un ‘préstamo preconcedido’. Hay que tener precaución al aceptarlo y valorar si realmente se necesita. Igualmente, se debe recordar que, con los micropréstamos como el Anticipo Contante, se puede disponer de dinero rápido cuando se necesita y en muy poco tiempo, sin necesidad de pagar las comisiones de un préstamo que no se haya solicitado.
  8. Buscar y comparar: la costumbre de buscar un mismo producto o servicio en dos o tres empresas diferentes seguro que hace ahorrar. No se debe aceptar la primera oferta. Hay que valorar el precio y el servicio.
  9. No gastar lo que se tendrá: o como dice el refrán, “no vendas la piel del oso antes de cazarlo”. Se logra sentirse mejor si se va adquiriendo lo que se desea utilizando los ahorros y no comprometiendo lo que se tendrá en el futuro.
  10. Comprar con cabeza: consultar con la almohada los gastos, hacer una lista de la compra antes de ir al mercado y no te dejerse llevar por los impulsos.

Estos consejos pueden ayudar a evitar el sobreendeudamiento y a que la economía no se convierta en un dolor de cabeza, sino en un modo de alcanzar la felicidad