Cada verano abundan las noticias sobre nuevos programas de aplicación de las TICs y de nuevos centros incursos en programas de implantación de la mochila digital. Desde 2009, cuando arrancó el programa Escuela 2.0 del Ministerio de Educación para financiar conexiones y portátiles en educación se han conseguido muchos avances, pero los resultados han sido desiguales, y muchos docentes, sobre todo los más tecno-entusiastas han identificado carencias operativas
Stephen England, responsable de la empresa de equipamiento tecnológico educativo StudyPlan explica que para que los proyectos de innovación tecnológica puedan tener su máxima efectividad en las aulas es necesaria una conjunción de factores: algunos relacionados con la adquisición de productos tecnológicos, otros con la formación de los docentes y alumnos, y otros con el mantenimiento de la infraestructura. England, distribuidor de la firma de tecnología educativa Legamaster en España ofrece este decálogo con los factores necesarios para el éxito de un proyecto de “mochila digital”.
Garantizar una excelente conexión a internet. Requiere un estudio previo del número aulas y de alumnos que han de tener conexión rápida y efectiva a la red, instalar fibra óptica hasta la puerta del centro, routers y puntos de conexión wifi para garantizar acceso a internet con ancho de banda ultrarrápida igual o superior a 100 Mb/seg.
Una tableta para cada alumno y un lugar adecuado para su almacenamiento y carga cuando concluya la clase. Los programas de algunos centros contemplan una para cada dos o tres alumnos, pero lo ideal es una por alumno y que cada uno se haga responsable de su equipo.
Pizarras digitales eficientes. Las primeras Pizarras Digitales Interactivas, PDis, con proyectores de larga distancia ya están siendo sustituidas por los actuales PDiT rotulables y por los displays táctiles de gran formato, que a modo de “tablet gigante” permiten a varios alumnos a la vez interactuar con ellas tocando la pantalla directamente y enviar información desde su tablet.
Un software de control de aula para docentes que permita gestionar la participación de cada alumno en un entorno colaborativo. Los profesores deben poder visualizar desde su ordenador las pantallas de las tablets de cada alumno y permitirles que la compartan con el resto de la clase a través de la PDi o Display. Así mismo, debe haber un software que limite y controle el acceso a internet de los alumnos por su seguridad y para evitar distracciones.
Recursos educativos digitales que recojan los contenidos curriculares vigentes y que puedan editarse con las adaptaciones que necesite cada profesor. Una versión online de los libros de texto no es suficiente. Es necesario que, de la mano de esos recursos, los alumnos puedan participar en la búsqueda de contenidos, completar ejercicios online, autoevaluar su asimilación, etc.
Formación del alumnado. Aunque la mayoría de programas educativos online son muy intuitivos, no todos los alumnos cuentan con las mismas competencias y todos han de participar activamente desde el primer momento y entender el uso pedagógico de los materiales digitales y equipos.
Formación del profesorado es vital para llevar a cabo la transformación metodológica necesaria y se ha de invertir mucho tiempo para su puesta en marcha, sobre todo durante el primer año de uso. Las nuevas tecnologías cambian constantemente y aunque se utilizan programas cada vez más intuitivos, el equipo docente ha de participar en todas las acciones formativas internas o externas que se organicen.
Modelo de financiación. Los equipos, el mantenimiento, la infraestructura inalámbrica, la banda ancha, el software de gestión y control, las PDiT rotulables o displays en todas las aulas, la formación del equipo docente, los contenidos digitales y la optimización de los recursos del centro requieren de un modelo de financiación estable. Esto significa tener un proyecto económico delimitado año a año, que puede incluir cuotas participativas para los padres, recursos del propio centro, ayudas de editoriales, proveedores, de la administración, etc.
Implicar a los padres en el proceso de cambio. Es importante que los padres conozcan el proyecto en su conjunto. Sobre todo la parte del mismo que corresponde a las tareas de casa para que, en la medida de sus posibilidades, trasladen a sus hogares los recursos, objetivos y métodos aplicados en los mismos.
Cambio del modelo pedagógico. Al tratarse de un elemento estructural del sistema educativo, es el más difícil de implementar ya que requiere cambios en procesos que han seguido una dinámica fija durante años. Los docentes han de asumir un nuevo rol y estar receptivos a cambios estructurales en la forma que imparten la educación porque cada alumno asume un papel mucho más activo dentro de su propio proceso de aprendizaje.
“La implantación de un proyecto de mochila digital en los colegios es un proceso que supera con creces la simple adquisición de tablets. Conlleva una importante planificación y análisis de la inversión en hardware, software, acceso a banda ultrarrápida, optimización wifi, modelo de financiación, etc. pero el reto más difícil es la predisposición del equipo docente y su correcta formación para que el proyecto tenga viabilidad a largo plazo”; manifiesta Stephen England.