Hace unos años era muy común escuchar que quien alquilaba una casa en lugar de comprarla estaba metiendo el dinero en un saco roto, que lo único que conseguía era tirar el dinero. Consecuencia de ello, la mayoría de la gente se metía en hipotecas que aún siguen pagando, sin embargo, desde que comenzó la crisis esta idea ha ido tomando otra forma. Ahora parece que todo aquel que se mete en una hipoteca se la está jugando. Como posicionarse en este tema no parece tarea fácil, vamos a recoger las ventajas y desventajas del cada vez más aclamado alquiler.
Las ventajas de vivir arrendado son las siguientes:
- Movilidad asegurada: Uno de los beneficios más evidentes es que con este tipo de contrato no te encuentras atado financieramente. Si por motivos de trabajo o personales necesitas cambiar de vivienda o incluso de ciudad, siempre será más fácil siendo un alquilado. Te evitarás mucho papeleo y no perderás dinero. Es bastante habitual acabar vendiendo la casa por menos de lo que cuesta, bien porque los compradores tienden a rebajar el precio de inicio o bien porque urge venderla y terminas aceptando lo que te ofrecen.
- Costes asociados: Cuando eres propietario te toca apechugar con los gastos de la comunidad, con las imprevisibles derramas y con el propio mantenimiento de la vivienda, algo que no sucede cuando eres alquilado ya que tus obligaciones se resumen en pagar los suministros, entregar la fianza al principio por si algo se rompe y hacerte cargo de la mensualidad pactada.
- Impuestos: También puedes escapar de algunos de ellos si vives como alquilado, por ejemplo, el Impuesto sobre Bienes e Inmuebles (IBI) o en algunas localidades la tasa de basuras.
- Gasto mensual: Si de forma inesperada tu situación financiera empeora, siempre tienes la opción de renegociar con tu casero para ajustar un poco el precio del alquiler o incluso mudarte a otra casa más barata. Es un gasto fijo pero se puede renegociar y personalizar, al contrario que con la hipoteca. A veces se trata de un problema puntual que te impide hacer efectivo el pago de ese mes, pero debes tener saber que empresas como Sucredito.es ponen a tu disposición préstamos urgentes para solucionar precisamente este tipo de contratiempos.
Por otra parte las desventajas serían:
- Variaciones en el precio: Normalmente el contrato se revisará en función de las oscilaciones del IPC, por lo que si éste sube subirá la cantidad que debas pagar también. También puede ser que por cualquier circunstancia se revalorice la zona donde se encuentra la casa, en cuyo caso es más que probable que el propietario quiera modificar la cuantía. Esto no sucede con una casa en propiedad, sabes perfectamente la cantidad que tendrás que aportar al banco por la hipoteca pase lo que pase.
- Finalización del contrato: El arrendador una vez concluya el contrato puede decidir no renovárselo a su inquilino aunque éste esté interesado en seguir viviendo ahí. Esto causa una sensación de inseguridad en el alquilado, porque sabe que cuando llegue la fecha, su casero no tiene por qué seguir permitiéndole vivir ahí.
- Reformas: Lo más habitual es que en el contrato esté terminantemente prohibido hacer cualquier cambio en la casa, ni pintar, ni taladrar, ni mucho menos meterse en una obra. También es normal que el arrendatario no quiera invertir dinero en la casa porque a fin de cuentas, una vez la abandone ese dinero lo habrá perdido, sin embargo hay ciertas inversiones que si puede llegar a plantearse. Típico es el aire acondicionado por ejemplo, en los casos en los que el contrato tiene una duración medianamente larga, hay alquilados a los que no les importaría pagarlo con tal de estar bien en verano, pero al llevar aparejado una obra puedes estar prácticamente seguro de que el dueño no te dará permiso para hacerlo.
Adquirir la casa en propiedad acarrea riesgos financieros importantes asociados a las fluctuaciones de los tipos de interés y la caída del precio de la vivienda algo que no ocurre con el alquiler, que da más libertad. Pero también es cierto que tener una propiedad dará cierta seguridad en el futuro, reduciendo la incertidumbre. Así pues, viendo los pros y los contras parece evidente que todo dependerá de la situación en la que te encuentres actualmente, si tienes un puesto fijo en una buena empresa quizás te interese comprar pero si tu situación laboral no es todo lo buena que podría ser, podrías plantearte la opción de alquilar.