Ana Palomares / Laura Rey
La combinación de alta liquidez y bajo precio ha disparado los movimientos corporativos, con todas la oportunidades que esas operaciones generan en bolsa. Sepa cómo aprovecharlas.
Puede que los ciudadanos sigan siendo escépticos a la hora de irse de compras. No en vano, la tasa de paro en España se sitúa aún en niveles del 20 por ciento y la alta inflación sigue actuando como freno para el consumo. Pero en el caso de las empresas, sucede todo lo contrario. Está claro que ninguna economía quiere estar en crisis pero no hay que olvidar que todos los expertos siempre defienden que toda crisis genera oportunidades. Y esta vez no iba a ser diferente.
La necesidad de sanear los balances, después de unos años de apalancamiento desmesurado, ha llevado a las empresas que componen el índice norteamericano S&P500 a atesorar cerca de un billón de dólares (700.000 millones de euros aproximadamente), según los datos de Seekingalpha.com. Además, las fuertes correcciones que han vivido los mercados de renta variable en los últimos años han dejado a muchos con un PER (número de veces en que el beneficio está contenido en el precio de la acción) muy inferior al de su media de los últimos años -por ejemplo, este ratio en el Ibex 35 es de 10,7 veces frente a las 10,98 veces a las que ha cotizado de media en los últimos diez años; el EuroStoxx 50 cotiza a un PER de 10,9 veces frente a su media de 12,8 de la última década y el S&P500, a 13 frente a las 14,83 veces de media de los últimos diez años-.
Ambas variables, alta liquidez y precio barato, son las principales causas de que se esté produciendo una avalancha de operaciones corporativas. De hecho, según los datos de Mergermarket, durante el primer trimestre del año el volumen de fusiones y adquisiciones en el mundo ha alcanzado los 608.300 millones de dólares, un 32,7 por ciento más que en el mismo periodo de 2010 y la cifra más alta en un trimestre desde el primero de 2007, justo antes de que la crisis de las subprime diera sus primeros coletazos. Y todo indica que esta fiebre perdurará en los próximos meses. De hecho, sólo en lo que llevamos del mes de abril Nyse se ha reafirmado en su proceso de fusión con Deutsche Boerse, rechazando así la opa (oferta pública de adquisición) de Nasdaq e ICE, Schneider Electric ha confirmado que estudia una opa sobre Tyco International y BHP Billiton ha lanzado una opa sobre la también australiana Woodside.
“El crecimiento de los beneficios por acción de las compañías, unido a la caída del riesgo soberano así como el crecimiento de las operaciones corporativas explican por qué 2011 va a ser un año positivo tanto para la renta variable como para los fondos de retorno absoluto”, afirma Klaus Wiener, de Generali.
Quién identifica a los protagonistas
Ante este panorama, varias son las opciones que tiene el inversor para sacar partido de la vuelta al mercado de los tiburones financieros. Y todas, a través de fondos de inversión. El camino más directo para calzarse el disfraz de tiburón es el de los fondos de arbitraje de eventos (event driven, por sus siglas en inglés). Aunque ésta es una estrategia históricamente ligada a los hedge fund, y por tanto sólo apta para grandes patrimonios, en España se comercializan algunos fondos tradicionales que siguen este tipo de estrategias. Uno de los más nombrados por los analistas es Dexia Risk Arbitrage. Según explica Javier Ruiz Villabrille, director en España de Dexia, este producto hace arbitraje cuando las fusiones y adquisiciones ya han sido anunciadas. “El equipo se encarga de analizar si, una vez conocida la prima que se paga por una compañía, esa operación puede salir, también se mira si la compañía que hace la oferta tiene suficiente dinero para adquirirla y si contará o no con una aprobación en términos regulatorios”, afirma. Una vez decide que esa operación llegará a buen puerto compra acciones de la compañía opada para beneficiarse de la prima. ¿A cuánto asciende a esa prima? Pues según los datos de Mergermarket en el mercado europeo este diferencial con respecto al precio de cotización de la empresa que recibe la oferta fue del 19,7 por ciento, la más alta desde 2008 mientras a escala global esta prima ha sido del 18,4 por ciento, máximo desde 2007.
De momento, esta estrategia permite al fondo de Dexia anotarse una rentabilidad del 1,32 por ciento mientras que otro producto de la gestora, Dexia Long Short Risk Arbitrage de similares características (aunque con una volatilidad mayor, del 4 por ciento como máximo) logra anotarse unas ganancias del 2,55 por ciento.
Además de Dexia, otra gestora muy activa en este tipo de fondos es Merril Lynch. La firma americana comercializa en España dos fondos de este tipo: MLIS York Event Driven UCITS y MLIS York Asian Event Driven. Ambos tratan de identificar qué compañías son susceptibles de protagonizar alguna operación corporativa tanto a nivel global, en el caso del primer producto, como sólo en el territorio asiático, en lo que se refiere al segundo fondo. En la actualidad el primero de ellos tiene sus principales posiciones en compañías como Potash Corporation, que el año pasado recibió una opa por parte de BHP Billiton, Alcon, de la que Nestlé adquirió un 52 por ciento a principios de 2010 y Genzymecorp, recientemete adquirida por Sanofi. Gana un 4,7 por ciento en el año.
Además de fondos de inversión tradicionales, el inversor español también tiene acceso a este universo a través de ETF, fondos que replican el comportamiento de un índice -. Dos de ellos son IG Merger Arbitrage y Credit Suisse Merger Arbitrage Index. Ambos ganan cerca de un 3 por ciento en 2011- o de fondos indexados como Lyxor Merger Arbitrage Index Fund I EUR, cuyo funcionamiento es similar al de un ETF, pero con una comisión superior, aunque al tener el tratamiento de fondo cuenta con la ventaja fiscal de que los traspasos están exentos de tributar a Hacienda.
No obstante, quien quiera beneficiarse de los movimientos corporativos, pero también busque identificar otras gangas que puedan surgir en el mercado, tiene en los fondos de situaciones especiales su mejor alternativa. “Es una opción para beneficiarse de los movimientos corporativos pero también invierten en recapitalizaciones o reestructuración de deuda, por lo que el inversor amplia el espectro, para bien y para mal”, asegura Juan Hernando, analista de Inversis. En España se comercializan cinco productos de este tipo; dos de ellos, Henderson European Special Situations y M&G European Special Situations, centrados sólo en las oportunidades del mercado europeo. “El fondo invierte en una gama de valores de renta variable de sociedades europeas en situaciones especiales en las que la gestora considera que el cambio interno de la sociedad o el cambio externo del mercado afectarán de forma positiva al valor de la sociedad, o en las que las sociedades están infravaloradas debido a anomalías en los precios”, afirma Richard O´Connor, gestor del fondo de M&G. El sector financiero es donde ve ahora las mayores oportunidades, ya que supone el 27,2 por ciento de su cartera. Algunos de los bancos donde ve potencial son BNP Paribas, Santander o Credit Suisse. Desde Henderson confían sin embargo en el potencial de las empresas industriales y energéticas. “Nos centramos en la generación de liquidez y con los tipos tan bajos, los compradores corporativos ven baratas a las empresas”, afirma Simon Rowe, gestor del fondo.
Fondos de capital riesgo
Si bien los excepcionales niveles de caja que han acumulado muchas compañías en estos tiempos de crisis las ha permitido ganar protagonismo en el mercado de movimientos corporativos, este negocio había estado dominado hasta hace muy poco por los fondos o empresas de capital riesgo. Y aunque éstas han decidido compartir ese protagonismo en los últimos meses con estas compañías, no se han despedido del sobrenombre de tiburón financiero que siempre les acompaña. Al fin y al cabo por ellas se inventó este concepto.
Según la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo tras el parón de la actividad en el 2009 y la recuperación iniciada en el 2010, el primer trimestre de 2011 ha comenzado con fuerza, a lo que hay que sumar que el pasado año aterrizaron al mercado español dos grandes fondos –Blackstone y KKR– dando a entender que el sector en España puede reportar buenas oportunidades. No obstante, quien quiera invertir en este tipo de compañías a través de fondos, dos son en los que debería fijarse: BBK Capital Partners FI y Lyxor Index Fund Liquid Private Eqty IE. Sin embargo, sólo el primero se anota una rentabilidad positiva en lo que va de ejercicio -un 2,5 por ciento-, mientras que el segundo por su parte se comporta de manera negativa cediendo en 2011 menos de medio punto porcentual.
Entre sus mayores posiciones ambos fondos eligen a las grandes compañías de capital riesgo del mundo para confeccionar su cartera. No obstante, son la estadounidense Blackstone y la francesa Wendel las que repiten en ambos fondos. Las dos compañías obtienen por parte del consenso de mercado que recoge FactSet una recomendación de compra. Aunque se espera que las dos mejoren su beneficio para este 2011, Blackstone puede pasar de números rojos a registrar más de 1.000 millones de euros, lo que refuerza que la situación para las compañías de riesgo capital puede estar mejorando.
Otras compañías que adquieren una importancia relevante sobre todo en la cartera de Lyxor Index Fund Liquid Private Eqty IE son la británica 3i Group PLC, la sueca Ratos y la francesa Eurazeo. Excepto la segunda, las otras dos obtienen una recomendación de compra por parte del consenso de mercado. La sueca luce un claro consejo de venta y sus números pronostican que este año sus beneficios podrían reducirse en más de un 10 por ciento en comparación con los de 2010. Aunque no se encuentra entre las compañías elegidas por estos fondos, la única española que está dentro de este sector es Dinamia, que podría volver a beneficios este año, según las estimaciones de los analistas de Factset.