Carlos Montero.
En el pasado reciente hemos vivido varios episodios de inversiones que han resultado ruinosas, y que pocos analistas pudieron anticipar. Recuerdan la burbuja tecnológica, las hipotecas subprime, el sector inmobiliario en su conjunto, la crisis financiera…
¿Dónde están ahora esos riesgos?
Cullen Roche, antiguo gestor estrella de Merrill Lynch, apunta cuatro mercados de los que hay que huir, pues su riesgo es excesivo en el escenario actual.
1. China
Esta economía está creciendo a un ritmo que es incomprensible para la mayoría de los occidentales. Pero las grietas han empezado a aparecer en la fachada. Un PIB en desequilibrio, con una inversión fija desproporcionada, alta tasa de ahorro, escándalos contables, políticas monetarias defectuosas, y una loca política fiscal inflacionista, hacen que los riesgos de invertir en China sean enormes. Para la mayoría de los inversores particulares, no merece la pena tomar esos riesgos.
2. Bonos municipales en EE.UU.
Yo no creo que haya una crisis importante de bonos municipales en el horizonte (la especialista Meredith Whitney afirma que veremos suspensiones de pago masivas). Por otro lado, tengo que aceptar la realidad de que el riesgo de una crisis financiera es muy real. Este problema se presenta en la forma de políticas de austeridad. Con otras opciones…¿por qué arriesgarse a comprar bonos municipales? La mera posibilidad de un colapso hace que la inversión no sea atractiva.
3. Plata
Los precios de la plata se encuentran en unos niveles insostenibles. Si tuviera que elegir una burbuja en el mundo de hoy elegiría la plata. Como siempre ocurre, los fundamentos son excepcionales en una burbuja, sin embargo, la acción del mercado nunca se correlaciona adecuadamente.
4. Acciones en Europa (en particular las naciones periféricas)
Pocas cosas son más confusas en el mundo de la macroeconomía que la crisis en Europa. No es simplemente que no se sepa si se va a derrumbar o no, sino que existen una infinidad de variantes que son difíciles de interpretar y analizar. Actualmente no hay ninguna razón que nos invite a tomar posiciones en la renta variable de los países de la periferia europea.