La matriz de Bankia, BFA, que asume los inmuebles de peor calidad, tendrá beneficio desde el primer día, según su presidente, Rodrigo Rato, lo que asegura el pago a los inversores.
M. Martínez /D. Badía
Banco Financiero y de Ahorros (BFA), el grupo liderado por Caja Madrid y Bancaja, avanza en la definición de su nueva estructura. BFA, la cabecera, cederá su negocio financiero a Bankia, el banco bueno que saldrá a bolsa en los próximos meses, si no hay cambios en el calendario previsto.
En la matriz, BFA, se quedarán, entre otros, los inmuebles de peor calidad (suelo) y créditos para compra de terrenos en situación de impago o con debilidades (subestándar). El activo de BFA contará con el respaldo de 74 emisiones de deuda por 22.500 millones de euros, según comunicó ayer el grupo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Entre las colocaciones, hay dos emisiones por 4.000 millones de euros que Caja Madrid y Bancaja comercializaron entre pequeños inversores hace menos de dos años.
En el marco del proceso de segregación de activos, BFA se quedará con una veintena de colocaciones de participaciones preferentes de las siete cajas de la fusión (ver gráfico). Son, junto a Caja Madrid y Bancaja, Ávila, Segovia, Rioja, Insular y Laietana. La más voluminosa es la emisión de preferentes de 3.000 millones de euros que Caja Madrid vendió a través de su red el verano de 2009. Ese año, la banca colocó entre minoristas títulos por 12.000 millones para elevar su capital.
También se incluyen aquí los 4.465 millones que la entidad recibió en forma de préstamos temporales en la primera ronda de ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob).
Junto a las preferentes, el pasivo de BFA también contará con emisiones de deuda avalada por el Estado por 7.145 millones; y otros 6.145 millones en deuda subordinada. Hay, por ejemplo, una emisión de 1.000 millones que Bancaja vendió a través de su red en abril de 2009.
Vencimientos
La segregación de activos acordada y la decisión de incluir deuda vendida a particulares en BFA responde a una estrategia basada en el calendario de vencimientos, según fuentes del grupo. Para lograr mayor “eficiencia”, los compromisos hasta 2013 se quedarán en Bankia, mientras que la deuda a largo plazo estará en BFA.
Las mismas fuentes subrayan, además, que las perspectivas de cobro del cupón que pagan las emisiones no difieren por estar incluidas en Bankia o en la sociedad hólding o banco malo. El presidente, Rodrigo Rato, ha sido rotundo en las últimas semanas al asegurar que BFA tendrá beneficios desde el primer día. La distribución del cupón de las preferentes está condicionado a la existencia de beneficios suficientes.
En el caso de BFA, éstos procederán de los dividendos que reparta Bankia y de los fondos que genere su propia cartera. Se recibirán intereses por inversiones en renta fija y dividendos de las participadas, aún por definir, que se quedarán en BFA.
Con estos ingresos, habrá que soportar el coste en provisiones y capital de los inmuebles; remunerar todas las emisiones de deuda; repagar el Frob a un interés anual del 7,75%; y repartir dividendos entre las siete cajas accionistas para que puedan mantener la Obra Social.
La figura del ‘banco malo’ va camino de ser replicada por otras entidades. La inauguró La Caixa, aunque su estructura presenta diferencias de esquema: de la caja, la cabecera, cuelga Caixa Bank y un hólding (no es entidad de crédito), que aglutina los inmuebles. Las emisiones de deuda y preferentes están en La Caixa o Caixa Bank.
Oposición
Los inversores de participaciones preferentes tienen cierto margen de maniobra. El artículo 44 de la Ley 3/2009 del 3 de abril sobre modificaciones estructurales de las sociedades mercantiles concede a los acreedores un derecho de oposición, en caso de que no se reciban garantías que resulten de su satisfacción. El inversor debe manifestar esta oposición ante la propia entidad o en el Registro Mercantil. Otras fuentes jurídicas apuntan que, en la práctica, el inversor no tiene este derecho.
Banco de Valencia reduce el beneficio a la mitad
El Banco de Valencia, del que Bankia tiene el 38%, tuvo un beneficio neto de 14,3 millones de euros en el primer trimestre, un 49,92% menos. El banco redujo todos sus márgenes, aunque su volumen de depósitos aumentó un 11,45%. El core capital se sitúa en el 7,17% al cierre de marzo, frente al 7,02% de 2010. La entidad ultima la estrategia de capital para alcanzar en el último trimestre del año el 8% que exige el legislador. El banco requiere entre 130 y 150 millones de euros. Destaca que ha aumentado sus recursos gestionados un 7,4%, principalmente por las imposiciones a plazo y del negocio aportado por la gestora Nordkapp, informa Julia Brines.