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(La Reforma Laboral), Europa y Eurostat

En este orden de cosas el Informe de Primavera de la Comisión Europea y vayan mirando) y los últimos datos de Eurostat. ). ¿Qué puede sacarse de aquí?, algunas cosas, algunas cosas.

La primera que se está queriendo lanzar unas campanas al vuelo cuando los problemas continúan estando donde estaban: las entidades financieras siguen con la porquería que tenían, y la deuda, la buena: la total, continúa en los niveles de ayer. El mundo en general y la UE en particular está actuando como aquel enfermo de cáncer al que le dolía la cabeza y que tras tomarse veinte cajas de aspirinas deja de dolerle: eso es lo que resaltará el parte médico del día.

La segunda, que está emergiendo algo que se ha pretendido ignorar durante siempre: la Europa de geometría variable, no la Europa de dos velocidades, eso fue un invento para edulcorar las cosas. Siempre ha sido así, pero cuando el maná caía del BCE en forma de tipos bajísimos y de las entidades financieras en forma de hipercrédito la cosa quedaba camuflada, eso acabó, y aunque Alemania, caiga: lo hará, pienso, cuando dejen de comprarle y quienes le deben le digan que no pueden pagarle, España caerá mucho más. Reconózcase que existe una Europa de geometría variable: es la verdad.

La tercera, de la que no se habla (aún): existe una geometría variable en cada país. Eso es aún taboo, pero ahí está, y ya se insinúa: será el próximo frente: les sonará: “I want my money back”.

La cuarta, que las cosas cambian pero hay cosas que cambian muchísimo y nadie se da cuenta de ello o se hace ver que nadie se ha dado cuenta. Hace un año USA había vuelto a ser la potencia planetaria y la UE era el enfermo mundial, ahora la UE está creciendo mucho más que USA. O algo pasa, o pasa algo. De entrada, pienso, se están mezclando peras con manzanas, de salida se mezclan manzanas Golden con manzanas Fuji. Es cierto, todo lo dicho son frutas, pero la estructura de funcionamiento del submodelo de USA y de la UE no se asemejan en nada. En USA se asume que las cosas de la economía en los Estados de Washington y Georgia no se parecen, pero hay un Gobierno federal que toma decisiones: el dólar es un hilo conductor. En la UE todo el mundo conoce que la realidad de Portugal se halla a años luz de la de Finlandia, pero la Comisión Europea no puede hacer nada si no le dejan porque no es un Gobierno y el euro es un hilo lleno de nudos con el que se cose lo que se permite y que conduce muy poco: de cada diez operaciones financieras que se hacen en el planeta nueve son en dólares.

La quinta, que con alguna prisa y sin ninguna pausa se está diciendo, de momento a quienes quieran oírlo, que de ocupar a la población activa europea y de reducir el desempleo del factor trabajo, mejor nos lo tomemos con mucha, con muchísima calma. Se está hablando de recuperación con una mínima creación de empleo (en unos sitios peor que en otros), lo que, entiendo, equivale a decir que cada vez va a hacer falta menos población activa para fabricar lo que haga falta. Para colmo se mete el dedo en el ojo de la inflación, lo que es una falacia: están creciendo los precios de las commodities (no del trabajo), no la inflación, pero como la subida de tipos tiene consecuencias no deseadas: encarecimiento del euro, el combate de esa inflación debe venir por la mejora de la productividad, ¿cómo?, pues con reformas de la legislación laboral que facilite las cosas del despido y de la contratación, con disminución de salarios y de costes laborales, y con inversión a fin de reducir la commodity trabajo. Volviendo a casa: Reforma Laboral, ¿qué reforma laboral?. (‘No al contrato detritus, sí al contrato basura’, decía un grupo de gentes en una viñeta de hace unos años del genial Forges).

La sexta, que se sigue liando al personal: ni aquí ni allá es posible crear ocupación mediante leyes. Una empresa contrata factor trabajo cuando lo necesita, y si la tecnología le resulta más rentable (no digo ‘barata’) que el factor trabajo, usará tecnología por muchas reformas estructurales que se hagan (y si no, se irá, por ejemplo, a Marruecos: el salario horario industrial medio es el 10% del español).

(La guinda de este pastel la aportó M. Trichet el pasado Viernes: “Las democracias y los ciudadanos no permitirían, por segunda vez, que los Gobiernos movilizaran el 27% del PIB de Europa y de Estados Unidos para evitar el colapso del sector financiero” (El País 14.05.2011, Pág. 30). ¿No?, ¿y cómo lo impedirían esos ciudadanos, haciendo otra Revolución de Octubre?. ¡Por favor!).

(Me preguntan por mi opinión respecto a las consecuencias del affaire en el que se halla envuelto M. Strauss-Khan. Tengo la información que tienen Uds., o menos, pero se me ocurren las siguientes posibilidades: 1) Ha hecho lo que se dice que ha hecho. 2) El objetivo es que el interfecto desaparezca de la escena política francesa. 3) Era un obstáculo en el FMI para hacer lo que hay que hacer. 4) Se trata de un montaje propio para aparecer como mártir de una conspiración de adivina-quien. 5) Es una historia en la que el objetivo es enlentecer o paralizar políticas y acciones debido al megafollón en el que está inmerso el sistema monetario-financiero internacional porque las cosas están en realidad mucho peor de lo que se dice, no está nada claro lo que tocaría hacer y primero hay que acabar de trazar una radiografía real de la realidad, cuando llegue el momento : Strauss-Khan será exonerado con todos los honores. Si se les ocurre alguna otra opción …).

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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