El precio de la onza de oro al contado ha cerrado hoy en 1.478,50 dólares en el mercado de Londres, lo que supone un retroceso del 1,48% respecto al cierre del lunes, cuando el precio se fijó en 1.500,75 dólares.
Por su parte, los contratos de oro para entrega en junio han mostrado una caída del 0,5%, a 1,482.8 dólares la onza, en paralelo al alza del dólar y a la venta masiva de otras materias primas. La plata para entrega en julio también ha mostrado un retroceso del 1,1%, hasta los 33,75 dólares la onza.
El oro y la plata, que hasta hace nada se habían disparado ante la debilidad del dólar y el miedo a la inflación, así como los temores a la crisis de deuda, frenan su ascenso.
La fortaleza del dólar, que recupera terreno frente al euro, impulsa la corrección de las materias primas. El euro de debilita en un mercado indeciso ante la preocupación sobre la salud presupuestaria de los países más frágiles de la Eurozona, y la divisa se negocia a 1,41 dólares.
Según The Wall Street Journal, a diferencia de la gente que compra oro para protegerse de la inflación futura, el fondo de Soros lo hizo ante el riesgo de lo contrario: la deflación. Sin embargo, el fondo cree que las posibilidades de que esto ocurra son reducidas, por lo que no es necesario mantener tanto oro en cartera.
En concreto, a finales de marzo el gurú tenía 49.400 acciones en el fondo en oro SPDT Gold Trust, frente a los 4,7 millones de finales de diciembre. Además, ese mismo mes disponía de 5 millones de acciones en el fondo iShares Gold Trust de las que también se ha desprendido.
“Asumo que estaba sentado sobre una gigantesca montaña de ganancias en esa posición y lo prudente era tomar parte de ellas”, asegura a Dow Jones Matt Zeman, director de negociación de Kingsview Financial. “Debido a su salida, veremos que muchos especuladores pequeños abandonarán el barco”.
Fuente: elEconomista.es