Isabel Blanco.
El engranaje para captar accionistas y colocar hasta 1.500 millones de euros ya se ha puesto en marcha. La comercialización de las obligaciones convertibles de CaixaBank, la heredera de la antigua Criteria -que contará con las participaciones de la caja catalana, Repsol y Telefónica-, dio el pistoletazo de salida el lunes, y tal como auguró Isidro Fainé, el producto está teniendo una importante demanda.
En oficina no se garantiza que se pueda cubrir una mayor cantidad, ya que todo parece apuntar a que el total de solicitudes podría superar el límite de 1.500 millones de euros fijado para la emisión, lo que obligará a un reparto que garantice los importes mínimos según el número de obligaciones solicitadas y el número total de órdenes.
Un millón de accionistas
Fainé marcó un objetivo claro para CaixaBank en la última junta: elevar el número de accionistas a un millón en el medio plazo. Y si las obligaciones se distribuyen finalmente en cantidades pequeñas, esto contribuirá, sin duda, a este propósito. De hecho, Fainé también adelantó que la base de accionistas de la antigua Criteria, que ahora ronda los 300.000, podría duplicarse “sin demasiadas complicaciones” a través de esta colocación.
En el caso de que CaixaBank logre que su capital se distribuya entre más de 600.000 accionistas, se colocaría como la quinta compañía con mayor número de accinonistas de la bolsa española, sólo por detrás de Santander, Telefónica, BBVA e Iberdrola -la última aumentará ahora a 800.000 tras sumar 350.000 con la integración de Renovables-.
Ante las características de la emisión, los expertos también auguran una fuerte demanda que elevará la masa de accionistas de CaixaBank. “Las convertibles son atractivas y, aunque su colocación también depende del momento de mercado, sí que sería posible que hubiera un impulso importante en el número de accionistas”, confirma Silvia Verde, analista de Inverseguros.
Por su parte, Nuria Álvarez, analista de Renta 4, asegura que “no va a haber problemas de colocación”.
Buenas expectativas
Las expectativas son halagüeñas pese a que la cifra es bastante elevada. Se trata de una emisión importante dentro del sector financiero español, ya que otras entidades que también afrontan su transformación en banco están adelantando que en sus saltos a bolsa destinarán a minoritarios importes en torno a la emisión de CaixaBank -aunque en este caso directamente de acciones y no de obligaciones convertibles-.
Entre las próximas colocaciones previstas en el sector, Bankia, en el mejor de los casos, sólo destinará unos 1.500 millones a particulares.
Nuria Álvarez considera que uno de los puntos fuertes que asegurará la totalidad de la colocación de La Caixa es que la entidad cuenta con una gran base de clientes, que le está permitiendo una rápida comercialización.
El atractivo de las obligaciones
Otro de los puntos fuertes, junto al rendimiento del 7% que abonarán sus cupones, es el precio que se ha fijado para convertir las obligaciones en acciones. Este precio ya está determinado y será de 5,1 euros, siempre que sea superior al 105 por ciento de la media de los precios medios ponderados de la acción en las diez jornadas bursátiles del periodo en el que pueden comprarse; si es inferior, será éste último.
Para que el inversor no tenga pérdidas con su inversión la cotización deberá ser igual o superior al precio de canje en el momento de vencimiento, que será la mitad a 18 meses y la otra a 30 meses. A día de hoy, las casas de análisis prevén una revalorización de hasta 5,6 euros en los próximos doce meses.
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