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¿Los rivales de los ‘súper depósitos’? Bonos al 6% que no pagan impuestos

P. Martín Simón.

Audasa, filial de Itínere, ofrece un producto peculiar: bonos a 10 años que prometen un 6% anual y no tributan. Es como si pagaran una rentabilidad del 7,68%.

En medio de la recalentada guerra de depósitos, que continúa pese a los deseos del Banco de España, aparecen productos poco habituales para los pequeños inversores. Autopistas del Atlántico (Audasa), filial de Itínere, está vendiendo obligaciones a 10 años que prometen el 6% anual y que tienen grandes ventajas fiscales. Quiere colocar 66,1 millones de euros y tiene de plazo hasta el 25 de mayo.

Audasa, cuyo único negocio es la autopista de peaje entre Ferrol y Tui con 220 kilómetros, ganó 66,6 millones de euros el año pasado, pero necesita colocar las obligaciones para cubrir la amortización anticipada de otra emisión de bonos, lanzada en mayo de 2001.

La emisión actual cuenta con la garantía solidaria de Ena Infraestructuras, que controla el 100% de Audasa, y que explota otras tres autopistas: Aucalsa (87 kilómetros), Audenasa (102 kilómetros) y Autostradas (58 kilómetros). El resultado neto de Ena se situó en 76,9 millones el pasado ejercicio, un 25,4% menos que en 2009.

Arma secreta

El arma secreta de esta emisión radica en sus ventajas fiscales. A los inversores solo se les retendrá el 1,2% del importe de los intereses, frente al 19% habitual. Y no solo eso: los obligacionistas se podrán deducir en el IRPF el 24% de los intereses. Es decir, no sólo no tributarán, sino que pagarán menos impuestos.

¿Por qué? Estos bonos gozan de los beneficios tributarios que les concede la ley de 10 de mayo de 1972 sobre construcción, conservación y explotación de autopistas en régimen de concesión. Los beneficios tributarios se arrastran desde entonces gracias a una norma aprobada en 1978, en plena Transición Española. Las sociedades que gozaban de esa prebenda a 1 de enero de 1979 pueden mantenerla actualmente.

Así, la emisión abonará un 6%, de forma que los inversores recibirán 60 euros al año por cada 1.000 y el banco les retendrá 0,72. Pero después Hacienda les descontará 3 euros del IRPF, siempre y cuándo estén sujetos a este impuesto.

¿Cómo funciona? Si los bonos no gozaran de la bonificación, los inversores tendrían que tributar por el 19% de los intereses: los impuestos sobre 60 euros ascenderían a 11,4 euros. Pero se podrán deducir el 24% de esos 60 euros (14,4 euros). Los 3 euros que se ahorraría en impuestos son el resultado de los 14,4 euros menos los 11,4.

Gracias a sus ventajas tributarias, los bonos de Audasa equivalen a una rentabilidad anual del 7,68% de otro producto sin prebendas fiscales. Los inversores podrán comprar los bonos en Banco Sabadell, Caja Madrid, La Caixa y Banco Popular. La inversión mínima es de 500 euros (el precio de una obligación) y el plazo es de 10 años. Audasa devolverá el principal, por tanto, el 31 de mayo de 2021.

Frente a los súper depósitos

La rentabilidad financiero fiscal de los bonos es del 7,68% anual, notablemente superior a las de los depósitos bancarios, que en los mejores casos prometen entre el 4% y el 4,6% anual en plazos de hasta 24 meses. La diferencia clave está en el plazo. Los bonos de Audasa son a 10 años y no existe la posibilidad de amortizarlos anticipadamente.

La única forma de obtener liquidez será vender los títulos en el mercado secundario. Y esto implica que el precio de venta esté sometido a eventuales oscilaciones de las cotizaciones. Los bonos cotizarán en AIAF, el mercado español de renta fija privada, pero Audasa reconoce que “no es posible asegurar que vaya a producirse una negociación activa en el mercado”. Audasa tiene actualmente cinco emisiones cotizando AIAF con un saldo vivo de 417,3 millones de euros, que se pagan entre un 1% por debajo y un 2% por encima del precio de colocación.

La seguridad es otro punto clave. El fondo de garantía de depósitos cubre hasta 100.000 euros por titular y entidad en caso de problemas con la entidad financiera. Los bonos de Audasa, aunque no tienen carácter subordinado -como sí ocurre por ejemplo con las participaciones preferentes que ha vendido la banca-, dependen de la capacidad de pago de Ena Infraestructuras.

cincodias.com

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