‘Si algo puede ir peor lo más seguro es que vaya peor’, ya saben, pero lo que no se suele decir es que en la mayoría de ocasiones las cosas se hacen como se hacen porque no pueden hacerse de otra manera. Ya lo hemos comentado: la inevitabilidad de la evolución de la Historia.
Desde los años 80, ‘lo financiero’ entonces, ‘los mercados’ hoy, han ido marcando su compás, exactamente, cada vez con un mayor protagonismo, pero no por ninguna razón diabólica, sino porque se podía ganar mucho más especulando con derivados que vendiendo berlinas; es decir, el mundo pasó a manejar índices porque fabricar cosas ya había dado de sí todo lo que de sí podía dar.
Esta es una crisis de confianza, se dice, ¡pero si todas lo son!. Los mercados han ido dando su confianza a fin de ir haciendo sus negocios, y un efecto colateral de ello fue que el vecino de arriba pudiera irse de vacaciones a las Maldivas: el que se fuese era fuente de negocio: era la forma más fácil de hacer negocio. Ahora los mercados retiran su confianza, y lo hacen por lo mismo: para seguir haciendo negocio: como continúan -aún- siendo- imprescindibles, fijan unas condiciones consistentes en que los deudores reserven parte de los fondos que obtienen para pagar el precio -creciente: cada vez deben más- de los fondos que precisan para existir, su progresivo empobrecimiento es el efecto colateral actual.
Grecia: es quien está más peor entre los que están peor considerando que todos están mal. ¿Todos?, ¡todos!. Esta es una crisis sistémica a la que se ha llegado por el agotamiento de la forma de hacer vigente: primero fue vendiendo berlinas, luego especulando con derivados: hemos llegado a un momento en el que ya no queda nada con que hacer negocio: ya no es posible no-meter 100, asegurarlo, ganar 200, y plantear un nuevo negocio basado en el movimiento anterior por valor de 1.000 donde se van a ganar 10.000. Ya no es posible porque lo que posibilitaba eso se ha agotado: la capacidad de endeudamiento: todo el mundo debe y nadie puede pagar lo que debe: na-die.
Los rescates. ¿Pero de verdad alguien creyó que metiendo 7,5 B se iban a arreglar las cosas?. No es que los rescates hayan fracasado, es que no podían funcionar, cuando a mediados del 2010 se interiorizó que esa vía también estaba agotada, el crash, y a partir de ahí la huída hacia adelante: la barra libre en el BCE, los saneamientos, las reestructuraciones dulces, las quitas.
Las quitas. Si así se hace será porque así ha de ser, pero no lo veo. ¿Alguien duda que para empezar a implementar el nuevo modelo hay que eliminar el humo que han creado los negocios que se han estado haciendo en las últimas dos décadas?. ¿Alguien duda de que la vía es hacerse más pequeño?. Me inspiro en Ferran Adrià: pienso que hay que deconstruir la realidad económica, y volver a hacer otra, eliminando lo que ya no es, modificando la estructura de lo que es. Por ahí irá el nuevo modelo.
DSK ya se ha ido, JCT lo hará en Octubre, ¿y?. Otras/os se harán cargo de instituciones que no serán como las que dejaron los que se fueron. Observen la evolución de los rendimientos de la deuda griega, de la irlandesa, de la portuguesa: se mueven dentro de una franja perfecta e indeleblemente delimitada y creciente: son las últimas fuentes de negocio antes de las siguientes. España va por otros derroteros: el tamaño aquí sí es importante.
¿Qué es importante?. ‘Los bancos no dan crédito’: ¡evidentemente!. El crédito es una función de cuatro variables: la situación en que se hallan las entidades financieras, el subsector de actividad en el que se mueve quien demanda el crédito, la capacidad de generar cashflow del demandante del crédito, los impagados que tenga ese demandante. Las entidades financieras no dan, casi, créditos y así van a seguir.
Grecia. Las quitas. Y, ¿qué vendrá después?. ¿Qué genera Grecia hoy que sea necesario?. Ya: eso es aplicable a otras economías, a otras regiones, a otros países. Estamos entrando en otra dimensión: como en el 29, como en el 29.
(Los errores de los políticos: el del Sr. President de la Generalitat de Catalunya: la victoria de su partido la utiliza como justificación de todos los recortes que hasta ahora su Gobierno ha realizado en el gasto público y de los que, previsiblemente, hará. Se equivoca, y lo sabe. La victoria de CiU el 22 M se debió a múltiples factores, pero no: pero no, por el soporte a los recortes, entre otras razones porque la población no los entiende teniendo en cuenta que Catalunya tiene un déficit fiscal interregional del 8,70%).
(El pasado Domingo 850.000 personas se congregaron en la Ciudad Condal para aclamar al C.F. Barcelona por la consecución de la recientísima Copa de Europa; me pregunto cuántas se hubieran concentrado si una manifestación hubiese sido convocada, dejando al margen colores políticos, para exigir medidas tendentes a evitar la degradación económica y social que está invadiendo a España. Según dicen los que de esas cosas saben, la mayor manifestación que jamás ha tenido lugar en la ciudad de Sevilla ocurrió cuando, hace años, el Sevilla FC estuvo a punto de descender a Segunda División por motivos económicos. Se habla de la deuda ‘de los bancos’, de las familias, de los ayuntamientos, pero nada se dice de la de los clubes de football: el 340% de sus ingresos deben de forma conjunta los de 1ª y 2ª. ¿Será porque el balompié contribuye a la paz social?, como antes, sí, como antes).
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
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