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El ladrillo español se lame las heridas al sol brasileño

Ginés Cañabate. Los problemas inmobiliarios que atraviesa el mercado español están obligando a gran parte de estas compañías a la búsqueda de nuevas soluciones. A modo de efecto llamada, los grupos del ladrillo español han encontrado en los mercados emergentes la mejor opción para paliar los efectos de la sangría financiera que están sufriendo en […]

Ginés Cañabate.

Los problemas inmobiliarios que atraviesa el mercado español están obligando a gran parte de estas compañías a la búsqueda de nuevas soluciones. A modo de efecto llamada, los grupos del ladrillo español han encontrado en los mercados emergentes la mejor opción para paliar los efectos de la sangría financiera que están sufriendo en su mercado de origen.

Entre estos países con posibilidades ilimitadas de desarrollo se encuentra precisamente Brasil, que se ha convertido en el nuevo ‘El Dorado’ de las compañías patrias.

Con más de 190 millones de habitantes, la necesidad de vivienda y el empuje del turismo son ahora el mayor atractivo para las empresas españolas que buscan una mayor diversificación de su negocio. Además, con la celebración del Mundial de Fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos previstos para dos años más tarde, Brasil necesita dotarse de infraestructuras en un tiempo récord.

Plan de edificación estatal

Para afrontar semejante proyecto, el Gobierno brasileño ya se ha puesto en marcha con el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), dotado con cerca de 627.876 millones de euros. Con esta inversión multimillonaria se pretenden edificar más de 2 millones de viviendas populares, duplicar 16.000 kilómetros de carreteras, construir 6.369 kilómetros de ferrocarriles, ampliar y mejorar 18 puertos y 27 aeropuertos, dotar de luz a todos los habitantes de trece estados, desplegar una red de 4.074 kilómetros de gasoductos y generar más de 12.217 MW de energía eléctrica, entre otras muchas actuaciones de todo tipo. Y ahí entran en escena las compañías españolas.

El Gobierno brasileño es consciente de la necesidad de inversión externa para alcanzar sus metas, de ahí que haya activado su maquinaria para captar posibles interesados extranjeros. Grupos españoles como Inveravante, Hotusa o Martinsa, entre otros, llevan años trabajando sobre el terreno para ejecutar su definitivo asalto al mercado brasileño y pronto ejecutarán sus proyectos.

Con motivo del congreso inmobiliario Adit Invest celebrado a principios de junio en la ciudad brasileña de Fortaleza, las empresas nacionales especializadas en su mayoría en el desarrollo de viviendas y el turismo, tuvieron oportunidad de poner en común sus intereses inversores en la zona.

Compañías de todo tipo y condición como CMS Construcciones, Construcciones Araguaia, Oberon Property Management, Desarrollo, Husa Hoteles, Hotusa y Gestilar mostraron su interés por lo que consideran un mercado imprescindible a medio plazo. De hecho, la promotora Gestilar, presidida por el que fuera máximo responsable de Asprima, Javier García Varcárcel-Sáiz, acaba de hacerse con el control de una firma brasileña para comenzar a articular operaciones centradas principalmente en la vivienda, lo que demuestra este interés creciente entre los grupos españoles.

Por su parte, el grupo Hotusa, que cuenta con una red hotelera de 2.400 hoteles entre asociados y propios en más de 50 países, se ha marcado un nuevo plan de crecimiento para los próximos años que pasa por el desarrollo de sus hoteles propios principalmente en Brasil, Latinoamérica y la zona asiática. En este sentido, su presidente, Amancio López Seijás, reconoció que ya han comenzado a establecer las alianzas para abrir sus futuros hoteles de marca propia en el país brasileño, donde todavía no disponen de activos bajo este paraguas.

Pero las autoridades del país son consciente de que no pueden sustentar este crecimiento exponencial exclusivamente en los eventos deportivos que están por llegar. “Las inversiones extranjeras están llegando por el potencial a medio plazo del país y no por el Mundial”, explica a este periódico Hermano Gonsalves, responsable de las inversiones extranjeras en el Ministerio de Turismo brasileño. “No hay que olvidar que el 85 por ciento del turismo en Brasil es del mercado interno”, asegura Gonsalves, quien considera que ya existe una maraña de empresas españolas bien arraigadas en el país tras la búsqueda de ese consumidor medio en tendencia alcista”. No sólo se trata de hacer resort de lujo y campos de golf”, concluye Gonsalves.

Principales trabas

Eso sí, el mercado brasileño cuenta todavía con una serie de problemas que hacen pensarse a más de uno su desembarco. Según explican los empresarios españoles con actividad en la zona, Brasil cuenta todavía con una normativa de suelo un tanto deficiente que hace más complicada de lo habitual la puesta en marcha del proyecto. “Todos los trámites legales son una odisea. Necesitas una legión de abogados autóctonos que no siempre te aseguran el éxito”, explican. Además, la falta de infraestructuras básicas, como carreteras o el ferrocarril, hacen que el transporte de mercancías sea harto complicado. La galopante inflación que está atravesando el país también hace pensar a los inversores extranjeros que el negocio no resultará tan rentable como en un principio creían. Por si esto fuera poco, no existe por el momento una mano de obra cualificada para afrontar proyectos de mayor envergadura.

Estas trabas ya han provocado que algunas compañías españolas desistan en su intento. Este es el caso de la inmobiliaria cotizada Quabit, propiedad del grupo Rayet, que decidió a finales del año pasado poner a dieta su negocio brasileño. Bajo la necesidad de obtener liquidez, vendió a su socio local la participación del 55% que mantenía para centrar esfuerzos en otras zonas como el Cono Sur latinoamericano, con Uruguay como prioridad.