El presidente de ADICAE recuerda que la Troika viene “a dictar política” y considera que además son los ciudadanos los que han acabado pagando el rescate a la banca española, con las injustas quitas a las participaciones preferentes impuestas a millones de familias ahorradoras y con el encarecimiento escandaloso de las comisiones y los préstamos hipotecarios en los últimos meses.
Madrid, 21 de mayo de 2013.- La Troika se encuentra actualmente en Madrid vigilando de cerca qué es lo que está haciendo el Estado español con el multimillonario rescate a la banca española aprobado por el Eurogrupo el pasado 9 de junio. Ante las noticias de que la banca española necesitaría otros 10.000 millones de euros para cumplir con los nuevos requerimientos del Banco de España en materia de cobertura para los créditos refinanciados, ADICAE espera que este nuevo rescate no se produzca nunca ya que lo acabarían pagando todos los consumidores, como ha ocurrido hasta ahora con el primer rescate al sistema financiero español.
Aunque el ministro de Economía Luis de Guindos se empeña en mostrar un aparente saneamiento, la situación de la banca española es totalmente la contraria. “No sabemos a quién quiere engañar De Guindos con este tipo de frases. El rescate es un préstamo con condiciones muy peligrosas porque la banca española no está saneada y peligra todo el sistema”, alerta el presidente de ADICAE. “La Troika vuelve a España para conocer qué se está haciendo con su dinero, un rescate financiero que no debe considerarse una ayuda ya que si no lo devuelven los bancos lo pagaremos todos los ciudadanos, el Estado”, remarca Pardos.
El sistema financiero español está rescatado y lo estamos pagando con todas las consecuencias, no solo con una pérdida de soberanía a manos de la Troika, que viene a España a dictar política, sino también por el Memorando de Entendimiento, “que es un contrato de préstamo leonino y que ha tenido nefastas consecuencias como las injustas quitas de las participaciones preferentes”, apunta el presidente de ADICAE.
Pardos considera que no debería haberse realizado nunca un rescate a la banca española, puesto que “no está asegurado que los bancos devuelvan el dinero y ya lo estamos pagando todos : los bancos han subido todas las comisiones y los diferenciales de los créditos hipotecarios hasta límites insospechados. La banca repercute cualquier coste a los consumidores, e incluso está aprovechando para ganar más dinero”.
ADICAE recuerda que en el escándalo de las participaciones preferentes el FROB ha impuesto pérdidas directas de hasta 6.300 millones de euros a más de 200.000 pequeños ahorradores, afectados por las entidades rescatadas por el Estado.
Las reformas del sistema bancario deben incluir mejoras en los derechos de los consumidores
La Troika debería tener en cuenta los problemas recurrentes y generalizados en la comercialización de productos de ahorro-inversión, con el traslado a los consumidores de los costes del saneamiento del sector financiero y el desplazamiento a los pequeños ahorradores de riesgos inaceptables. Estos problemas se han concretado en la intensificación de la comercialización de productos que responden en exclusiva al interés de la banca, tales como las ya mencionadas participaciones preferentes o la colocación entre los clientes de acciones de las nuevas entidades tras reestructuración de las cajas de ahorros.
Los planes impuestos por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, que la Troika viene ahora a vigilar, han hecho cambiar la operativa bancaria, el flujo del crédito y las repercusiones en la economía en general a peor, hacia un sistema aún más bancarizado y monopolista.
Ni la legislación española ni los organismos reguladores valoran la posición de los consumidores como se hace en otros países europeos, donde existe una banca más saneada y con un funcionamiento menos abusivo. ADICAE ya ha lanzado todo tipo de propuestas antes y durante la crisis sobre los organismos reguladores (Banco de España y CNMV) que deben contar con participación de los propios consumidores para que sus derechos sean tenidos en cuenta.
Otro simple rescate a la banca sin que se refuercen los derechos de los consumidores puede degenerar en nuevas crisis y en un sistema financiero más monopolista que los ciudadanos no deben aceptar.