(más del doble que la media europea, del 4%) mientras que los ocupados de otros países
comunitarios suman el 4,4%, por encima del 3,1% de la media comunitaria.
• Este resultado ocurre a pesar de que los años de crisis económica han supuesto un
descenso más pronunciado en el número de ocupados inmigrantes que en el de españoles
(23% y 15%, respectivamente).
• Los trabajadores extracomunitarios trabajando en España (1,4 millones), equivalen al 16,6%
del total de la UE. Sólo Alemania (con 2,1 millones de ocupados que no son ciudadanos de
ningún país de la UE) e Italia (1,6 millones), presentan un colectivo mayor que el de España.
• Con excepción de Holanda y Reino Unido, en todos los países se repitió el hecho de que el
grupo de ocupados inmigrantes de países no comunitarios resultó numéricamente más
importante que el de ocupados procedentes de otros países de la UE.
• En 2012 había en la UE 216 millones de personas ocupadas. De ellas, casi 201 millones
trabajaban en el mismo país del que eran ciudadanos. El resto correspondía a 6,6 millones
de trabajadores que eran ciudadanos de algún país de la UE pero trabajaba en un país
distinto de la Unión (3,1% del total), y a 8,6 millones de trabajadores procedentes de fuera de
la UE (4% del total).
• Considerada en conjunto, la inmigración es un fenómeno relativamente menor en Europa.
Además, muestra que la libertad con que cuentan los ciudadanos de la UE de trabajar en
otros países comunitarios, en la práctica, tiene una incidencia marginal.
• Además de Portugal, Polonia y Rumanía (normalmente países de emigración de
trabajadores), destacan por tener una relativamente baja proporción de ocupados
extranjeros Francia (5,5%), Suecia (4,8%) y Holanda (3,7%).
Madrid, 26 de agosto de 2013.- La irrupción de la crisis en el mercado laboral español y europeo ha
supuesto, entre otras consecuencias, un descenso en la ocupación de trabajadores procedentes de otros
países, del 23% en el caso español.
Pero ¿cuál es la procedencia de esos ocupados que trabajan en la Unión Europea? ¿Es utilizada la
libertad con la que los ciudadanos europeos cuentan para trabajar en otros países comunitarios? ¿Tiene
la inmigración una incidencia directa en los mercados laborales de los distintos países miembro?
Para conocer el estado de situación de este tema en la UE, Adecco, líder mundial en la gestión de
Recursos Humanos, ha realizado – junto con los investigadores de Barceló y Asociados-, esta nueva
edición del Monitor Adecco de Oportunidades Laborales y Satisfacción en el Empleo. Para ello, ha
seleccionado, en función de los últimos datos del trabajo “Labour Force Survey 2012” de Eurostat, una
muestra de diez países, representativos de la diversidad europea. Además de España, incluye los
cuatro mayores países de la Unión (Alemania, Reino Unido, Francia e Italia), el mayor país escandinavo
(Suecia), el más grande el Este de Europa (Polonia), el de menores ingresos por habitante (Rumania),
así como Holanda y Portugal.
Los trabajadores extranjeros en la Unión Europea
En 2012 había en la Unión Europea 216 millones de personas ocupadas. De ellas, casi 201 millones
trabajaban en el mismo país del que eran ciudadanos. El resto correspondía a 6,6 millones de
trabajadores que eran ciudadanos de algún país de la UE pero trabajaba en un país distinto de la Unión
(3,1% del total), y a 8,6 millones de trabajadores procedentes de fuera de la UE (4% del total). Es decir
que el 93% del total de trabajadores europeos era ciudadano del mismo país en el que trabajaba.
Los datos anteriores sugieren que, considerada en conjunto, la inmigración es un fenómeno relativamente
menor en Europa. Además, muestra que la libertad con que cuentan los ciudadanos de la UE de trabajar
en otros países comunitarios, en la práctica, tiene una incidencia marginal.
Con excepción de Holanda y Reino Unido, en todos los países se repitió el hecho de que el grupo de
ocupados inmigrantes de países no comunitarios resultó numéricamente más importante que el de
ocupados procedentes de otros países de la UE.
España destacó por ser el país con mayor proporción de trabajadores de fuera de la UE, con 8,3%
del total de ocupados (más que el doble que la media europea, del 4%), y el segundo, detrás de Reino
Unido, con porcentaje más elevado de ocupados de otros países comunitarios (4,4%, frente a 4,8% de
Reino Unido y 3,1% de la media comunitaria).
De la suma de ambos grupos de inmigrantes surge que en 2012, un 12,7% del total de ocupados en
España (algo más de 1 de cada 8) no era ciudadano español. Ese es el mayor porcentaje del grupo
de países observado. Este resultado ocurre a pesar de que los años de crisis económica han supuesto
un descenso más pronunciado en el número de ocupados inmigrantes que en el de españoles (23% y
15%, respectivamente).
Los trabajadores extracomunitarios trabajando en España (1,4 millones), equivalen al 16,6% del total de
la UE. Sólo Alemania (con 2,1 millones de ocupados que no son ciudadanos de ningún país de la UE) e
Italia (1,6 millones), presentan un colectivo mayor que el de España. Estos tres países, considerados
conjuntamente, albergan a 6 de cada 10 trabajadores no comunitarios de toda la UE.
Precisamente, son estos tres los únicos países que exhiben una mayor proporción de trabajadores
extranjeros que el promedio europeo en ambos grupos de inmigrantes. En Italia, los ocupados extranjeros
equivalían en 2012 al 10,2% del total, al tiempo que en Alemania representaban el 9,3%.
Reino Unido destaca por tener el grupo proporcionalmente más importante de ocupados procedentes de
otros países de la UE, con 4,8% del total.
Además de Portugal, Polonia y Rumanía (normalmente países de emigración de trabajadores), destacan
por tener una relativamente baja proporción de ocupados extranjeros Francia (5,5%), Suecia (4,8%) y
Holanda (3,7%).