Un coche empieza a tener vida propia desde el mismo momento que se le instala la placa de matrícula. A partir de entonces, deja de ser un objeto con más o menos tecnología, para pasar a tener su propia identidad. La forma de conducir de sus propietarios, la manera de tratarlo, el comportamiento de sus ocupantes, los sitios por donde ha circulado, etc, todo va condicionando el valor del coche. Además, existe lo que podemos llamar el valor emocional, de tal manera que, a veces, cuesta mucho valorar tu propio coche de manera objetiva.
Pero lo cierto es que un coche usado vale lo que el comprador interesado esté dispuesto a pagar por él. A diferencia de otros bienes, más o menos regulados en cuanto a su tasación, el coche, debido a esos factores indicados, es muy dificil valorar. Además, hay otros factores como la confianza y fiabilidad que el vendedor merece al comprador. Si el vendedor encuentra a alguien interesado en comprar porque es el coche que busca y, además, confía en el comprador, puede conseguir un buen precio. Del mismo modo, si el comprador encuentra un coche cuyo propietario tiene un alto interés en venderlo, también puede conseguir un precio barato. Por todas estas razones, es muy difícil predecir al cien por cien el valor de un coche.
En este sitio puede encontrar una referencia. Además se completa con un calendario de las actuaciones de mantenimiento que el coche requiere y una previsión de su coste.