Pero hace unos días la triste realidad de las preferentes entro en mi vida.
Como cada mañana llevo a mis hijos en coche al colegio, aparco en la puerta de juzgado, que por cierto esta tan saturado que la gente lleva haciendo cola para por ejemplo inscribir a sus hijos desde las 6 de la mañana. Saco a los niños a toda pastilla, ya que el coche evidentemente al estar en la puerta del juzgado está mal aparcado, y empiezo a recorrer los pocos pasos que nos separan de la puerta del colegio.
Hay algo que esta fuera de lugar, pero no logro saber que es. Hasta que mi mirada se desvía hacia una pancarta, que sujeta una mujer mayor con un perro a su lado. Distingo las palabras “preferentes” y “pensión”. Mientras termino de dejar a los niños voy pensando en que quiero acercarme a esa mujer y hablar con ella.
En ese momento pienso en las redes sociales, en mi municipio hay un grupo de Facebook bastante majo, así que decido acercarme a la mujer y pedirle que me deje hacerle una foto, ella acepta gustosamente y hablamos un poco, demasiado poco, pero mi hija pequeña aun no entiende de según qué cosas y tiene al pobre perro de la mujer acobardado de tanto tirarle las orejas.
Su historia es como las demás, mujer a la que ofrecen unos buenos intereses por depositar su dinero. Mujer mayor que sé lo cree. Mujer mayor que firma…
Es curioso que la mayoría de las personas afectadas, sean personas mayores, personas sin estudios, personas que tenían confianza en su banco, personas que tenían algo de dinero, dinero ganado y ahorrado durante toda una vida.
Muchos de los afectados son gallegos. Para quien conocemos Galicia y llevamos sangre gallega yo es difícil entender como han sido engañados. HAN ABUSADO DE LA CONFIANZA.
En las aldeas todo el mundo se conoce y no es raro que el director del banco sea el hijo de la tía Celsa, hermana de la tía Delfina, que se casó con Benigno ,primo de María…. Y al final el director del banco es familia aunque sea lejana.
Muchos dicen que los preferentistas se dejaron llevar por la codicia. Pero yo creo tener la pregunta clave.
¿TODAS ESTAS PERSONAS HUBIERAN FIRMADO SI SE LES HUBIESE INFORMADO QUE NO PODRIAN DISPONER DE SU DINERO HAS EL 2099? Pues la respuesta está clara.
No he querido utilizar o utilizar lo menos posible la palabra preferentistas o afectados, y he usado la palabra PERSONAS. Porque al final hablamos de personas. Que quizás desgraciadamente a muchos de ellos no les quede tiempo de luchar, por su edad.
Preferentes de andar por casa.
Hasta hace unos días, el tema de las preferentes era bastante ajeno a mi vida. Algunas noticias en la televisión, imágenes de gente con sus pancartas muy indignados, pidiendo recuperar su dinero. Y aunque el tema era muy ajeno, si pensé en algún momento “vaya si son todos personas mayores”.
