para dar a los profesionales la excusa perfecta para volver al escritorio. Da igual a las pruebas a las que le sometamos, el nuevo Mac Pro puede con todo.
Desde que Apple actualizase por última vez en 2012 el Mac Pro, al menos el modelo de Mac Pro que conocíamos hasta el momento basado en el Power Mac G5, la esperanzas de muchos power-users, y de gran parte del sector profesional por ver una máquina adaptada los tiempos actuales, se iban desvaneciendo. Muchos temían la desaparición de la work-station de Apple de forma casi silenciosa como sucedió con el Xserver, pero las palabras de Tim Cook en la WWDC de 2013 hizo que todo cambiase.
“Nuevo Mac Pro” esas fueron las palabras de Cook con las que Apple reforzaría su propuesta para el mercado profesional, y bajo ellas se escondía algo que no solo no habíamos visto hasta ahora, si no que tampoco imaginábamos: un cilindro negro metálico, de reducidas dimensiones donde, mediante la más exquisita obra de ingeniería y con un diseño radicalmente distinto a lo que nos tenían acostumbrado, Apple había integrado su máquina más potente.
El mac más potente de la historia condensado en un cilindro que apenas ocupa espacio en nuestro escritorio. Un producto nuevo para el usuario y también para la industria, que con la llegada de la nueva work-stationde Apple recupera parte del esplendor que tuvo en su día.