Lo lógico sería pensar que los préstamos con un tipo de interés del 0 % son gratis. Este punto sería cierto si el coste final de un préstamo personal estuviese determinado únicamente por el tipo de interés nominal que la entidad le aplicase. Nada más lejos de la realidad. El coste efectivo de un préstamo está compuesto no sólo por el interés, sino también por las comisiones asociadas que se le puedan repercutir al cliente, así como por los gastos a terceros y los seguros si los hubiere, según señala HelpMyCash.com.
De hecho, en algunos casos, las comisiones son el verdadero motivo de que el coste efectivo de un préstamo se encarezca sobremanera, sobre todo en los préstamos a corto plazo y por un importe relativamente bajo, en los que el interés aplicado, por muy alto que sea, no generará un ingreso significativo.
En este sentido, un préstamo al 0 % con una comisión de apertura del 2 % y una comisión de estudio del 1 % sobre el importe solicitado lógicamente no será gratis, por mucho que la entidad publicite el préstamo como un producto al 0 %. De hecho, no sólo no será gratuito, sino que probablemente será más caro que un préstamo con un interés nominal superior, ya que en ese caso, al generar el dinero un rendimiento, quizá el banco elimine las comisiones y al final el coste efectivo sea menor.
¿Cómo saber el coste de un préstamo?
Para saber cuánto costará un préstamo personal debemos fijarnos en la Tasa Anual Equivalente, abreviada y conocida como TAE, que indica la compensación completa que recibirá el propietario del dinero prestado. La TAE incluye el tipo de interés nominal, los gastos y las comisiones asociados, y el plazo de la deuda. Eso sí, no recoge las cantidades pagadas a terceros como puedan ser los notarios. Gracias a la TAE podremos comparar dos préstamos y saber cuál es más barato. Así, nos daremos cuenta de que un préstamo al 0 %, como el Préstamo Fácil de Caja España-Duero, puede acabar siendo más caro que uno con un interés de, por ejemplo, un 4 o un 5 %, como el Crédito Proyecto de Cofidis, que resulta más barato que el primero a pesar de no ir acompañado del llamativo “0 %”.