A pesar del elevado número de quejas, al final son muchos los clientes que no acaban de recibir una solución favorable a su problema, llegando en muchos casos a desistir e, incluso, a cambiar de compañía pese a tener que pagar una penalización por incumplir el contrato. Lo que muchos clientes no saben son
los derechos que tienen frente a las telecos ni en qué casos deberían ser estas compañías las que nos indemnizaran a nosotros.
3 casos en los podemos reclamar una indemnización
Velocidad menor de la contratada, facturas erróneas… Son muchos los problemas que podemos tener con una operadora de Internet y móvil. Ahora bien, las compañías tienen una serie de obligaciones que deben cumplir con sus clientes y, en caso de no hacerlo, deben compensarles. Veamos tres de ellas:
1- Retrasos en la instalación: existe un máximo de tiempo para llevar a cabo la instalación de la línea, concretamente de 60 días. En caso de sobrepasar ese límite, la compañía deberá descontar al cliente los días extra de la factura. Eso sí, este punto tiene trampa, puesto que no contemplan huelgas como la vivida por los operarios de Movistar.
2- Problemas con la calidad del servicio: es obligación de la compañía ofrecer a sus clientes un buen servicio tanto en la red de telefonía fija como en Internet. Así que si el cliente padece constantes cortes o caídas en su red, tiene derecho a reclamarlo.
3- Modificar un contrato: si la operadora decide, unilateralmente, modificar algún punto del contrato, incluido el relativo a los precios, el cliente tiene derecho a rescindir su contrato en caso de no estar de acuerdo con las nuevas condiciones sin incurrir en penalizaciones por incumplimiento ni sufrir un retraso en el proceso de portabilidad en caso de querer cambiar de compañía.
Guía gratis para reclamar a una teleco
HelpMyCash.com ha elaborado una guía gratuita sobre “cómo reclamar a tu teleco”, donde podremos encontrar toda la información necesaria para defender nuestros derechos como consumidores y obtener las indemnizaciones que nos correspondan. Y es que, para enfrentarnos a cualquier reclamación, lo primero es estar bien informado sobre qué derechos tenemos y a quién podemos recurrir.