Una de las razones que ha posibilitado el éxito de los minicréditos ha sido la velocidad. Antes de su aparición, conseguir financiación podía demorarse varias semanas. Desplazamientos al banco, papeleo, esperas… Solicitar un préstamo bancario requiere invertir esfuerzo y, sobre todo, tiempo. La gran ventaja de los préstamos rápidos es que permiten conseguir liquidez en cuestión de horas, incluso en minutos, y la solicitud puede realizarse íntegramente a través de Internet, por lo que se evitan desplazamientos a oficinas que antes eran inevitables.
No obstante, la velocidad se paga. Conseguir dinero en pocos minutos es mucho más caro que acudir al banco y solicitar un préstamo personal. La ventaja es que al ser préstamos a muy corto plazo y por importes que no superan los 800 euros, los honorarios del crédito son asequibles. Lógicamente, si un préstamo de dichas características se solicitase por un plazo de tiempo largo y por un importe abultado, el coste sería muy elevado, con intereses que podrían superar el 1.000 % TAE y la operación no saldría a cuenta.
¿Cuánto tardan los créditos más rápidos?
La mayoría de los prestamistas suelen prometer rapidez tanto en la tramitación como en la concesión del préstamo. Cashper, compañía especializada en los minipréstamos de hasta 500 euros, especifica en su web que la tramitación del crédito dura únicamente 10 minutos. Viasms también hace uso de los “10 minutos” para promocionar sus minicréditos. ¡QuéBueno!, que ahora ofrece sus minipréstamos a mitad de precio utilizando el código MYC5015 en el momento de la solicitud, va más allá e incluye un su web un reloj que indica el momento en el que el cliente recibirá su dinero, 15 minutos para ser exactos. Otras empresas del sector como PepeDinero o Kyzoo transfieren el dinero el mismo día de la solicitud.
Sin embargo, aunque todas las compañías apelan a la rapidez del servicio, es posible que al final la transferencia acabe demorándose 24 o 48 horas. ¿Es una estafa, entonces? No, de hecho la mayoría de los prestamistas lo avisan en su web. La razón es que una vez realizada la transferencia, que ésta sea más o menos rápida ya no depende del proveedor del crédito, sino del banco emisor y del receptor, según informa HelpMyCash.com.
Actualmente, una transferencia emitida antes de la hora de corte establecida por cada entidad debe llegar en un día hábil, es decir, al día siguiente, sin contar festivos. Si la transferencia se ordena después de la hora de corte, se contabilizará como realizada al día siguiente y tardará dos días hábiles en estar disponible en la cuenta del receptor. Entonces, ¿cómo se logra que el dinero pueda llegar en minutos u horas si las transferencias tardan como mínimo un día?
Las transferencias interbancarias pueden demorarse hasta un día o dos hábiles, pero las transferencias entre cuentas de un mismo banco son casi instantáneas. El truco para que el dinero llegue el mismo día es que la cuenta del prestamista y la del prestatario que necesita dinero urgente estén radicadas en la misma entidad. Para ello la mayoría de las compañías disponen de cuentas en diversos bancos.
Otra opción es que el prestamista realice la transferencia desde un banco que las haga llegar el mismo día que se ordenan. Actualmente, ING Direct es la única entidad en la que si la transferencia se emite antes de las 13 horas, el dinero llega a la cuenta de destino el mismo día.