Las facturas de la luz siguen trayendo de cabeza a los consumidores españoles. Pese a que desde el Gobierno insisten en que el coste del kWh ha bajado, si se echa la vista atrás se aprecia que en 2015 el consumidor medio ha pagado más por la electricidad.
Ante esta situación, en la que el usuario está en clara desventaja, ¿qué se puede hacer? Desde el comparador de energía de HelpMyCash proponemos tres vías de ataque con las que amortiguar la inminente subida que sufrirán las facturas de la luz una vez pasen las elecciones.
Adecuar tarifa y potencia
La primera forma de conseguir rebajar las facturas es revisar qué se tiene contratado. En la mayoría de las ocasiones los consumidores acaban contratando su tarifa dejándose llevar por las recomendaciones de los comerciales. Pero ¿ofrecen la oferta que más interesa al cliente? ¿Tienen en cuenta las particularidades de cada caso? Ante la duda siempre es recomendable acudir a un comparador de tarifas en el que confrontar distintas propuestas y descubrir los detalles que pueden encarecer la factura.
Por otro lado, también existe una tendencia a contratar una potencia superior a la que realmente se necesita. El miedo a que salten los plomos incita a decantarse por potencias con las que se acaba pagando un sobre coste, ya que este precio es fijo y no se puede rebajar, salvo cambiando la potencia. Así, por ejemplo, pasar de 4,4 kW a 3,3 kW conlleva un ahorro de 60 euros/año.
Pelear por una tarifa mejor que la del mercado
Dado que las eléctricas no van a ofrecer tarifas bajas de forma indiscriminada, la única forma de conseguirlas es ir a la compañía y exigir una rebaja. Evidentemente, como clientes únicos no se consigue; por ello HelpMyCash lanza una nueva compra colectiva de luz y gas en la que los consumidores pueden apuntarse de forma gratuita, sin compromiso alguno. De este modo se invierten las tornas y son las compañías las que ofrecen tarifas más interesantes con las que ganar un elevado número de usuarios.
Hay que tener en cuenta que en compras colectivas anteriores se han conseguido rebajas de hasta el 30 % anual, lo que ha provocado que cada vez haya más consumidores pendientes de estas subastas inversas.
Por el momento, ya existen varias compañías eléctricas grandes interesadas en participar en la próxima compra colectiva de luz y gas para particulares, que se celebrará el próximo 1 de octubre. ¿Se conseguirá superar el 30 % de ahorro?
Mejorar la vivienda
Finalmente, si se busca un ahorro a largo plazo, tal vez se deba pensar en adecuar la vivienda. De primeras, para ahorrar en luz hay que ser responsable con el consumo. Entre las acciones más sencillas estaría, por ejemplo, no dejar que la nevera y el congelador creen placas de hielo, evitar poner lavadoras sin estar llenas o controlar las fugas de calor (o frío) por ventanas y puertas cuando se utilizan los aparatos de aire acondicionado.
Si estos trucos básicos ya se aplican y pese a ello las facturas son elevadas, tal vez el problema resida en los electrodomésticos o en la propia vivienda. En lo que respecta a lo primero, a día de hoy compensa pagar un poco más por los aparatos de bajo consumo ya que a la larga permiten un gran ahorro.
En el caso de la vivienda, un mal aislamiento puede provocar un gasto energético excesivo. Para saber si el estado de la casa está afectando a la factura, se puede recurrir a un certificador energético para que haga una revisión. La ventaja de este control es que se incluyen consejos con los que mejorar el inmueble. Y es que, aunque este certificado suponga un coste, subir un punto en la calificación energética puede conllevar un ahorro de hasta 1.000 euros al año.
En definitiva, tres formas muy distintas de conseguir ahorrar en la factura de la luz en función de la inversión de tiempo y/o dinero que se quiera hacer.