Un buen inversor buscará siempre la manera de beneficiarse de casi cualquier cosa. Ya se trate de un cambio de gobierno, una nueva ley aprobada, o incluso los Juegos Olímpicos. Si hay dinero de por medio los inversores y corredores buscarán la forma de hacerlo crecer. Los Juegos Olímpicos de Río 2016 han iniciado hace unos días su andadura y muchos inversores buscan beneficiarse con nuevas ganancias a raíz del acontecimiento deportivo más célebre. Una de ellas es invertir en las empresas que están estrechamente conectadas a los juegos como método para generar alpha y aumentar la rentabilidad.
Analizando la historia de los Juegos Olímpicos se han celebrado 26 juegos de verano desde el año 1900 con tres cancelaciones debido a las Guerras Mundiales. Se puede observar cómo los Índices Bursátiles más importantes del mundo como el Dow Jones disfrutan de incrementos del 4% de media con una rentabilidad positiva el 68% de las ocasiones.
El año que se produjo un aumento más acentuado fue durante la celebración de los juegos de San Luis en 1904, cuando un impresionante 41% afectó al Dow Jones, no solo por ser el país anfitrión sino también porque antiguamente la duración de los Juegos no era de dos semanas, como en la actualidad. Se inauguraron en Julio y se clausuraron en Noviembre. Por otra parte, en las Olimpiadas del 2008 de Pekín, en plena crisis inmobiliaria los mercados solo retrocedieron un 0,91%.
Es más, cada país anfitrión siempre se ve afectado positivamente por importantes subidas en los mercados de valores, en gran medida en línea con los mercados americanos. Por lo general las Bolsas reaccionan favorablemente entre la ceremonia de inauguración y la de clausura de los Juegos Olímpicos. Sin embargo, el país que alberga el evento, a pesar de invertir grandes cantidades en la organización los mercados siempre tenderán a recompensar esos esfuerzos.