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La importancia de la línea de menor resistencia

Existen infinidad de enfoques diferentes para operar con éxito en los mercados financieros. Esa es la verdad. Obcecarse en lo contrario es ser muy corto de miras y bastante presuntuoso. Incluso dentro de las ideas de Precio & Volumen se pueden organizar multitud de estrategias potencialmente rentables. De hecho, esa es una de sus grandes […]

jesse-livermore-2Existen infinidad de enfoques diferentes para operar con éxito en los mercados financieros. Esa es la verdad. Obcecarse en lo contrario es ser muy corto de miras y bastante presuntuoso. Incluso dentro de las ideas de Precio & Volumen se pueden organizar multitud de estrategias potencialmente rentables. De hecho, esa es una de sus grandes virtudes, aunque también uno de sus grandes defectos a ojos de los más novatos, ya que muchas personas que comienzan en esto de la especulación detectan cierta falta de concreción a la hora de determinar el timming exacto de entrada y de salida. Pero eso es normal, Precio & Volumen no es ningún sistema como he dicho en infinidad de ocasiones, y por mucho que algunos insistan en lo contrario, sino que es una forma de leer el mercado a través de la interrelación del precio y el volumen. Dicho esto, tampoco es cierto que Precio & Volumen sea un enfoque analítico completamente ambiguo a la hora de decir cuando entrar o cuando salir. Evans, discípulo de Wyckoff, por ejemplo, planteó unas zonas especialmente sensibles a las que llamó “zonas primarias” y que presentaban a priori un mejor potencial de desarrollo comparado con otras. Pero además hay un elemento aún más importante que nos ayuda a concretar con mucha mayor precisión cuando debemos comenzar a comprar, y éste es cuando se confirma la línea de menor resistencia.

Livermore decía que los precios, como cualquier otra cosa, siempre siguen la línea de menor resistencia. Harán lo que les sea más fácil de hacer: subirán si hay menos resistencia a una subida que a una bajada, y viceversa. El buen especulador siempre debería saber si el mercado es alcista o bajista, porque si lo sabe, sabrá si debe comprar o vender.

Livermore lo explicaba así en “Recuerdos de un operador de aciones”, de Edwin Lefvre (Editorial DEUSTO):

Digamos que el mercado fluctúa dentro de una banda de 10 puntos, como sucede generalmente durante los periodos de subidas y bajadas. El precio sube hasta 130 y baja hasta 120. Cuando está abajo puede parecer que el mercado está muy débil (que va a seguir cayendo), pero empieza a subir. Después de ocho o diez puntos, puede parecer muy fuerte (que va a seguir subiendo). En todo caso, un operador no debe sentirse obligado a operar a causa de estas apreciaciones, sino que debe esperar hasta que la cinta le diga que es el momento adecuado. O sea, que lo que tiene que determinar es la línea de menor resistencia en el momento de operar y esperar el momento en el que la línea se defina a si misma, porque esa será la señal para ponerse manos a la obra. Quienes observan la cinta superficialmente pueden llegar a la conclusión de que el precio, una vez llegó a 130, no parará de subir hasta los 150, y compran, pero cuando comienza la reacción (la corrección), mantienen lo comprado o lo venden en descubierto y se vuelven bajistas. A 120 hay una resistencia más fuerte a bajar. Las compras prevalecen sobre las ventas, hay una subida y los descubiertos se cubren. Es tan frecuente que los operadores pierdan simultáneamente por ambas causas que uno no puede menos que asombrarse por su perseverancia en no aprender la lección. Eventualmente sucede algo que aumenta la fuerza que empuja al alza o a la baja, y el punto de menor resistencia sube o baja, o sea, comprar a 130 será por primera vez más fuerte que vender, y vender a 120 será más fuerte que comprar. El precio traspasará la anterior barrera o límite de movimiento y seguirá desplazándose. El operador inteligente que ha sabido esperar pacientemente para determinar esta línea conseguirá la ayuda de las condiciones básicas para operar y también la fuerza de las operaciones hechas por esa parte de la comunidad que no supo adivinar bien y ahora debe rectificar sus errores

Espero que este extracto le haya aclarado qué significa esperar a que la línea de menor resistencia se confirme.

Yo, hace ya algunos años, tenía la mala práctica de operar cuando esta línea aún no estaba bien definida. Es cierto que normalmente buscaba operaciones con el contexto a favor (acumulación o distribución a mi izquierda, y un impulso previo que me denotase la intención del profesional). El problema es que precipitaba mi operación en la corrección sin que la línea de menor resistencia se hubiese vuelto a confirmar. Este es un error muy frecuente que se debe, en mi opinión, a tres razones:

  • Existe un sesgo por tratar de adivinar justo el punto último de giro. Dicho de otro modo, queremos entrar siempre al mejor precio posible. Ser más listos que el mercado.
  • El análisis técnico tradicional nos anima a entrar en las correcciones (se dice que es el sitio donde hay que entrar) y nos ofrece referencias muy sugerentes como las líneas de fibonnaci (es muy tentador trazar un “fibo” y cuando el precio llega al 62% lanzar la orden).
  • Normalmente las correcciones visitan a modo de “back”, alguna resistencia/soporte previamente superado y/o algún volumen previo y/o alguna directriz de tendencia. ¡Qué mejor lugar para entrar a mercado!.

El problema es que cuando el precio está desarrollando una corrección, se comporta exactamente igual que en el relato de Livermore: se encuentra encerrado en un lateral entre dos áreas de precios y técnicamente aún no se ha definido la línea de menor resistencia. Lo ideal, según Livermore y nosotros, es esperar a que la corrección termine y tengamos constatación clara de que la tendencia vuelve a estar en marcha.

Veo que muchas personas tienen un buen entendimiento de mercado y conocen bastante bien las bases de Precio & Volumen, pero su inexperiencia les delata ya que cometen el mismo error que yo cometía años atrás: entran en la corrección cuando la línea de menor resistencia no se ha vuelto a confirmar. Este error a veces no se manifiesta en el corto plazo ya que se pueden encadenar buenas rachas de operaciones que reporten buenos rendimientos (son operaciones en las que entras al final de la corrección y “pillas” casi todo el movimiento), pero en el largo plazo es demoledor. Esto se materializa entre otras cosas porque las operaciones que salen mal, salen rematadamente mal como consecuencia de no tener unas referencias claras para abortar la operación con las mínimas pérdidas posibles. Cuando tú entras con la línea de tendencia ya definida, sueles tener varias referencias que te permiten optimizar el stop de protección minimizando las pérdidas; sin embargo, cuando quieres entrar al final de la corrección, a menudo, el stop más idóneo lo has de situar debajo del impulso previo, lo que en muchas ocasiones representa una perdida demasiado grande de soportar. Esto, a la larga, crea bastantes problemas y pinta tu cuenta de números rojos.

Como decía Livermore, “en un mercado con escaso volumen de operaciones, cuando los precios no dan que hablar pero se mueven dentro de un margen estrecho, no tiene sentido tratar de prever hacia donde será el próximo movimiento importante, si hacia arriba o hacia abajo. Lo que hay que hacer es observar el mercado, leer la cinta para determinar los límites de los precios que no van a ningún lado y decidir no actuar hasta que el precio traspase el límite en cualquiera de las dos direcciones. Un especulador debe ocuparse de ganar dinero fuera del mercado y no insistir en que la cinta coincida con él. No hay que discutir nunca con la cinta, ni pedirle que explique las razones o dé explicaciones. Las autopsias bursátiles no pagan dividendos”.

Palabra de Livermore.

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