Cuando la gente habla sobre las acciones, generalmente se habla de empresas cotizan en Bolsa. Hoy en día el mercado está regulado por una autoridad (ya sea la CNMV en España o la FINMA en Suiza) a la que hay que solicitar una licencia para operar a nivel nacional en los mercados bursátiles. De esta forma se pueden constituir, por ejemplo, sociedades o agencias de valores donde los clientes pueden abrir sus cuentas de valores para operar en la Bolsa.
Sin embargo, esto no fue siempre así. Fueron los prestamistas venecianos los que comenzaron a iniciar un negocio que los bancos más grandes no cubrían. Se trataba de negociar deudas entre sí. Por ejemplo un prestamista que buscaba un préstamo con alto riesgo y altos intereses podía intercambiarlo por otro. A medida que fue evolucionando esta dinámica los prestamistas comenzaron a vender las emisiones de deuda a sus clientes. He aquí las primitivas acciones que todo el mundo conoce actualmente.
En el siglo XIV los venecianos se erigieron en líderes en el campo de las acciones y los primeros en comerciar con la deuda de los gobiernos a través de la emisión de una especie de bonos.
Sin embargo, la primera Bolsa de Valores la tenemos que situar en Bélgica, en concreto en Amberes, en fecha tan lejana como 1531. Los corredores y prestamistas se reunían allí para tratar sobre negocios y emisiones de deuda tanto del gobierno como a nivel individual o corporativo. En esta época no existían acciones reales. Todo se basaba en bonos y pagarés.
En el siglo XVII las grandes potencias europeas delegaron sus asuntos de ultramar en las Compañías de las Indias Orientales. Los viajes eran peligrosos y los barcos eran inversiones arriesgadas. Por eso, estas empresas se dedicaron a buscar inversores que financiasen parte del viaje. De esta forma, cuando los barcos regresaban cargados de riqueza se repartía proporcionalmente entre aquellos que habían invertido en la expedición. Sin embargo, estas asociaciones o colaboraciones duraban solo un viaje
Cuando las Compañías de las Indias Orientales crecieron, cambiaron la forma de hacer negocios. Cada socio disponía de una serie de acciones que le reportaría beneficios mediante los repartos de dividendos. Constituyen el precedente de las sociedades anónimas.
Debido a que las acciones de las diversas compañías que operaban en ultramar fueron emitidas, por primera vez en papel, los inversores podrían vender los papeles a otros. Ya que no existía en Londres un lugar físico para realizar estos intercambios. Se optó por los cafés donde se reunían. En estos lugares se publicaban las emisiones de deuda en las puertas de las tiendas y se vendían las acciones.
La compraventa de acciones ha ido evolucionando desde entonces y ha ido desarrollando diferentes mercados paralelos como el de divisas, futuros, materias prima