Londres, Nueva York, Hong Kong y Singapur siguen siendo los cuatro centros financieros más importantes del mundo, según el Índice Global de Servicios Financieros, publicado el pasado mes de Septiembre por el Grupo Z/Yen.
Esta publicación anual, en su última edición, muestra cómo Ginebra, ha descendido ocho lugares hasta colocarse en el puesto número 23 en este índice que abarca los centros financieros de todo el mundo. En Europa Occidental es el quinto por detrás de Londres, Zurich, Luxemburgo y Frankfurt. Por el contrario, Zurich cayó de la sexta a la novena posición a nivel global, pero se mantiene en el top 10.
Los autores del Índice afirman que Europa se encuentra en un proceso de constante cambio, sobretodo después de que triunfase el Brexit para abandonar la Unión Europea. Todo apunta a que los directivos con poder de tomar decisiones están buscando buenas ubicaciones con el fin de mantenerse dentro de la Unión Europea. Las ciudades con más potencial de atraer a esas compañías son Dublín y Luxemburgo.
Por otra parte, la gestión de patrimonios en Ginebra puede estar sufriendo los efectos de la transparencia que imponen los organismos reguladores internacionales.
Londres sigue conservando su lugar en la cima del ránking del Índice, pero hay indicios de que esa supremacía puede estar amenazada, en función de cómo se desarrollen los acontecimientos tras el Brexit.
Los autores del estudio también destacaron el rápido aumento de los centros financieros en el país chino, lo cual demuestra que el poder de los mercados financieros globales se está trasladando de América del Norte y Asia a China. Cinco ciudades chinas se encuentran entre los 50 primeros puestos. Entre ellos destacan Shangái, Pekín y Shénzhen (muy cerca de Hong Kong).
El ránking anual evalúa los centros financieros con base en el entorno empresarial, el sector financiero, el desarrollo del capital humano y los aspectos de reputación. Se calcula mediante una encuesta online que responden los principales expertos de las finanzas y los conjuntos de datos, incluyendo el coste de vida y la calidad de Internet, el transporte, las oficinas, las mediciones de la corrupción y la estabilidad política.