Fomentar el ahorro y la educación financiera desde pequeños es fundamental para evitar problemas con el banco. De hecho, el 87,4 % de los españoles aseguraron no tener suficiente educación financiera, según un informe de Standard & Poor’s. Muchos centros educativos son conscientes de la situación y esta asignatura está cada vez más presente en las aulas. Sin embargo, gran parte de esta educación financiera corresponde a los padres, ya que lo óptimo sería aprender desde muy pequeños.
Desde el comparador de cuentas HelpMyCash.com recomiendan que lo mejor es abrir una cuenta de ahorro para niños, para que puedan participar en la gestión de las finanzas desde que son pequeños y aprendan el concepto de ahorrar para el futuro.
¿En qué se caracteriza una cuenta de ahorro para niños?
Como se ha explicado, el objetivo principal de las cuentas para niños es que den sus primeros pasos en el mundo de las finanzas y se familiaricen con la cultura del ahorro. Suelen estar dirigidas a todas las personas con edades de entre los 0 años hasta los 17, aunque el rango de edad varía en función del banco.
En general, suelen ofrecer cierta rentabilidad, aunque puede ser bastante baja. Sin embargo, ayudará a que el dinero depositado en la cuenta vaya creciendo. Para compensar las bajas rentabilidades y con la intención de captar nuevos clientes, suelen hacer regalos y promociones. Finalmente, cabe destacar que son cuentas sin comisiones.
¿Cómo funcionan estas cuentas?
Las cuentas infantiles suelen tener un funcionamiento similar a las cuentas de ahorro tradicionales, ya que su operativa es bastante limitada. Para empezar, los únicos movimientos que están permitidos son las transferencias, traspasos y, en ocasiones, disponer de efectivo desde cualquier cajero. Sin embargo, no permiten domiciliar ni recibos ni tener tarjetas asociadas a la cuenta.
Los padres son los encargados de abrir la cuenta. Además, por razones obvias, son quien las gestionan mientras los más pequeños no alcancen una edad suficiente para poder encargarse ellos mismos de sus finanzas. Sin embargo, no podrán hacer ningún movimiento sin la autorización de su tutor. Cuando el niño alcanza la edad límite, automáticamente se convierte en una cuenta joven, que permitirá realizar la operativa básica de una cuenta corriente y, además, se caracterizará también por ser gratuita.