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Archive for the ‘Amistad General’ Category

La amistad en tus Ojos el amor

Posted by admin On febrero - 14 - 2009

La amistad en tus Ojos el amor

En tus ojos veo la luz de una mirada, en los tuyos en los ojos de nosotros seres humanos podemos ver el amor en silencio, la amistad mas callada, podemos ver la alegría , la ilusión…la pena.

Yo doy todo por una mirada, doy la confianza por que? me pregunto yo misma……….. pues porque una mirada es el espejo donde se rfleja nuestra alma esa que nunca miente y que nos dice todo de como somos, y lo que somos.

Quiero. siento y vivo por conocerte por conocer tus ojos y tu mirada por leer lo que ellos quieren decir porque ellos siempre dicen
todo, ante ellos nuestros secretos no son secretos , nuestras palabras son ignoradas pues por una mirada todo queda sin tener interés y es que nuestros ojos nos delatan por esto quiero conocer a ese amigo o amiga porque sin palabras sabré si nuestras almas pueden ser gemelas.

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METAFÍSICA DE LA AMISTAD Y EL AMOR

Posted by admin On febrero - 14 - 2009

A nuestro juicio, el Amor es una fuerza trascendente que existe por sí mismo y que en su movimiento evolutivo se derrama sobre todas las cosas, las engloba para unirlas, abrazarlas y ayudarlas, por tanto, a ser lo que son tras las apariencias. Tal es el Amor cósmico divino, el cual cuando se fija en un ser determinado se convierte en el Amor divino individual. Y esta última sabiduría del Amor nos enseña que cuanto más se dé uno mismo, más crecerá en la capacidad de recibir la energía trascendente del amor. Porque la entrega absoluta de sí, sin pedir ni acaparar, es el sólo secreto de toda realización en el.

Amor.ORIGEN DEL AMOR.

Metafísicamente el Amor es una manifestación de la bienaventuranza en la cual el universo se funda y a partir de la cual ha sido creado. Tal es la perspectiva de la Metafísica de la Evolución Espiritual cuyo máxima expresión universal es , a nuestro juicio, el pensamiento de Sri Aurobindo. Dicha bienaventuranza es el aspecto último del espíritu. Recordemos que éste tiene dos aspectos más que son: la eternidad y la conciencia. En sentido estricto la conciencia es la creadora del universo. Ahora bien, el amor aparece aquí como la fuerza salvadora de este universo.

El amor es una fuerza que el autor del universo hizo descender hasta la realidad material inerte y oscura con el fin de que los habitantes de nuestro mundo retornasen a Él. El descenso del amor a las tinieblas provocó que los oídos sellados se abriesen a un despertar que tenía el signo del verdadero gozo, pues el amor es deleite. Y con este despertar al amor, en el mundo ingresó la posibilidad de volver a la realidad divina. Dicho mundo antes de este despertar no era más que materia muerta, la cual a partir del advenimiento del amor despertó a la vida. Y es desde entonces que el mundo ha ido hacia la fuente divina del amor, sin embargo, ha seguido caminos errados, transitando derroteros equivocados o quiméricos. Porque la mayor parte ha buscado el amor careciendo de un concepto claro de lo que éste es, confundiéndolo con multitud de fuerzas muy lejanas al verdadero amor.

Todo ser humano ha buscado este principio de unidad , porque el espíritu humano ha estado siempre reclamando por la realización y el éxtasis que sólo el poder del amor otorga. Pero la mayor parte ha fracasado en alcanzarlo. Sin embargo, cuando un mundo ha llegado a tornarse consciente , abierto al amor real, divino, el Creador mismo ha respondido derramando sin límites su amor sobre ese mundo. Así, el círculo del movimiento completo se cierra, dos extremos se encuentran en un éxtasis cabal y permamente.

Al comienzo de la creación, el poder del amor estaba constituido por dos movimientos, dos polos complementarios del impulso hacia la unión. Por una parte, estaba el poder de atracción supremo y, por otra, la necesidad irresistible de una entrega absoluta de sí. Ningún movimiento, excepto el del amor, podía cubrir el abismo que se abrió cuando en el ser individual la conciencia se separó de su punto de procedencia originario y se tornó inconciencia.

El amor descendió sobre la sombra y la inconciencia, dispersándose, diluyéndose en el seno de la noche insondable ; y entonces comenzó el despertar y el ascenso de la conciencia, la formación de la materia y la evolución cósmica.

El amor tiene múltiples formas de manifestación. De hecho sus expresiones son infinitas. Quienes han desarrollado su conciencia lo suficiente pueden percibirlo incluso en la tierra y en la piedras. Más fácil aún es sentirlo en las plantas y animales. En el hombre se descubre en múltiples modos que van configurando su destino luminoso. El amor es el más tangible signo de la Gracia del Absoluto por la tierra y cada ser refleja su pujanza, según su capacidad y receptividad espirituales.

El amor es el ímpetu que está presente, aunque al principio de la evolución de un modo oscurecido y debilitado, en todos los movimientos de la naturaleza física y vital, como aquello que empuja hacia la agrupación, hacia la unión. Y dicho ímpetu se traduce en el ámbito de los árboles y las plantas como la necesidad de procurarse más luz, más aire en orden a crecer. En los animales, está presente detrás del hambre, de la sed, de la necesidad de apropiación, de la procreación; y en las especies superiores en el esfuerzo abnegado de la hembra por la sobrevivencia de sus descendientes. El amor está asociado en todos los movimientos perfectivos del cosmos material sin identificarse con éste.

En el hombre, cuya significación esencial es el advenimiento del principio mental en la evolución, el amor alcanza una manifestación consciente y voluntaria. En este punto de la evolución es cuando aparece en forma diáfana en las obras de la naturaleza, una voluntad de recrear, por etapas y gradaciones, la unidad primordial, por medio de agrupaciones cada vez más numerosas y complejas. Así, la naturaleza, usando la fuerza del amor para acercar a los seres humanos rompe el egoísmo personal para cambiarlo en un egoísmo dual y con la venida de los hijos configura esa unidad más rica que es la familia. Con el transcurrir del tiempo se van formando agrupaciones más complejas aún: clanes, tribus e incluso naciones. Pero esto no concluye aquí, pues esta labor de agrupación se va efectuando en los diferentes puntos del mundo, concretándose en las diversas razas y ,ulteriormente, en la fusión de éstas entre sí.

El amor se expresa en el hombre medio como un deseo de entregarse a los demás y recibir a los demás en armonioso intercambio. Su esencia en el nivel evolutivo de lo humano consiste en una acción recíproca en la que la dicha de dar se iguala con la dicha de recibir.

Más allá de lo anterior, el amor es en su esencia una de las mayores fuerzas del universo. Una fuerza que existe por sí misma, independiendentemente de los objetos a través de los cuales se manifiesta. Dicha fuerza se expresa en todos los sitios en los que encuentra una clara posibilidad de recepción, en todos los lugares en donde encuentra una apertura hacia su movimiento.

Lo que habitualmente comprendemos como ‘nuestro amor’, considerando que es algo personal o individual no es más que la aptitud para recibir y manifestar esta fuerza universal y consciente. Pues el amor es una fuerza-consciente que lúcidamente busca su manifestación y su realización en el mundo a través de quienes escoge como sus instrumentos. Y éstos no son otros que quienes son capaces de una respuesta. En ellos el amor intenta realizar su propósito eterno.

Puesto que el amor es universal quienes creen tener una experiencia propia, personal del amor verdadero se equivocan, pues su vivencia no es más que una ola del infinito océano del amor universal.

El amor es una expresión divina: las deformaciones que vemos de él en el mundo son producto de la inconciencia de sus instrumentos.

El amor no puede ser confundido con el deseo, con la sed de posesión, con el apego personal. En su expresión más pura es la búsqueda de la unión con el Creador. Por ello quien no está abierto al amor en su esencia y en su verdad no puede unirse al Ser Absoluto.

El amor es aquella fuerza divina que intenta conducir cada cosa hacia la perfección de su ser específico. El amor despliega una acción evolutiva y edificadora en el cosmos. Es la fuerza que orienta las cosas hacia su arquetipo que se halla en el Creador.

El amor en sí mismo es el bien supremo más allá de lo cual no hay nada de mayor bondad.

ESENCIA DEL AMOR

El amor no es mera unión vital, simpatía, filantropía, cariño o afecto, aunque pueda tener alguna relación con éstos. El amor es en esencia una unión con el amado despojada de toda sombra de egocentrismo. Pues sólo superando el ego podemos ingresar al ámbito del amor. Esto significa contemplar lo amado como un ser distinto de nosotros, como un ser autónomo y diferente. La experiencia del amor es la de la fusión de un yo y un tú distintos. El amor es la fuerza orientadora que conduce al otro al cumplimiento de su vocación.

En el ámbito humano el amor se manifiesta como un sentimiento espiritual permanente que unifica a dos almas que son una en esencia, pero dual en la manifestación terrestre actual. El verdadero amor dota a los hombres y a las mujeres de un poder que puede elevarlos hasta las más altas cimas y hacia inimaginables hazañas de sacrificio por el ser amado. Y tales hazañas de sacrificio no son producto de una compulsión, sino un gozoso acto de ofrenda. Y sin este fuego del sacrificio ningún amor humano puede alcanzar su verdadera pureza original. Porque el amor no es un mero intercambio de emociones y sentimientos, sino una ofrenda absoluta de lo que somos o de lo que podemos ser, es decir, la entrega de todos nuestros actos volitivos, pensamientos, de todos nuestros impulsos y sentimientos.

En el ser humano el amor es un eslabón entre el alma del hombre y el ser absoluto. Recordemos que el alma humana emanó de dicho ser absoluto y ha sido colocada en este mundo terrestre con la definida misión de avanzar en el proceso evolutivo. El amor pleno consiste, pues, en la relación entre el hombre y el ser absoluto y no entre hombre y mujer. El amor entre estos últimos a menudo toma la forma de un mero intercambio que carga con el peso de elementos distorsionantes como celos, posesividad, exigencias vitales y lujuria. En el verdadero amor, en cambio, toda exigencia a lo divino representa una fractura en la espontánea pureza de la relación. El amor es en esencia una consagración total. no un mero intercambio ni menos una transacción.

El amor humano intermedio vive básicamente del cambio y del intercambio. Y esto conduce a las continuas disputas y desarmonías , porque en él rigen las exigencias clamorosas de la posesión y de la satisfacción de los más bajos apetitos y pasiones. Y esto no concluye sino con la frustración. El verdadero amor implica vivir en una estado de autolvido y contento interior. No se identifica con el altruismo común, pues detrás de éste hay el deseo de gloria y fama , un deseo de satisfacer un sentimiento de superioridad. Porque en su origen el altruismo es una mera virtud mental, mientras el verdadero amor es un poder del alma que se expresa a sí mismo en nuestro ser emocional superior que se ha solido, en todos los tiempos, llamar corazón. Éste no es el alma , pero es el centro más cercano a ella. El corazón puede ser un poderoso instrumento de manifestación del alma. Otros centros o bien están demasiado lejos para sentir las olas radiantes del alma o bien no están lo suficientemente refinados para sentir sus vibraciones . Por ejemplo, el cerebro está demasiado preocupado con los movimientos del pensamiento que son demasiado abstractos y fríos para sentir el aliento luminoso y tenue del alma. La vida común del ser humano está centrada en torno al mundo de las informaciones externas y del clamor de las falsas necesidades y poco habituada a escuchar la voz sutil del alma. El dominio de ésta está lejos de los bullicios de los caprichos y tiene el sello de la calma , de la paz, pues siempre está orientada hacia su divino origen. Sólo el centro del corazón ubicado entre las abstraccciones de centro mental y el centro de las pasiones comunes puede albergar el delicado y milagroso poder del alma. Pero no es fácil tomar contacto con el alma, pues el corazón habitualmente está cubierto por múltiples capas de bajas pasiones y de deseos insaciables que se elevan desde el centro vital o bien está oscurecido por las sombras de la inercia y la rutina de los hábitos físicos. Es muy común que nuestras emociones estén mezcladas y no permitan que el alma se convierta en el ser regente de nuestra conciencia.

El verdadero amor por una persona no es el mero movimiento hacia sus cualidades positivas, hacia su bondad, hacia su inteligencia o hacia su belleza. Incluso podríamos admirar a una persona con dichas cualidades pero sin amarla.
En verdad, el amor genuino es algo que no se satisface con las cualidades que la persona amada pueda tener en su presente, sino que es el movimiento que intenta llevar a tal persona hacia sus posibilidades más plenas, más nobles. Ahora bien, el amor no se fija en la viabilidad de tales posibilidades sino que sigue adelante siempre en su labor perfectiva. A la luz del amor, además, todo adquiere una dignidad mayor, todo se transforma en más valioso. En tal sentido, el amor es una perspectiva que muestra lo valioso de las cosas incluso más aparentemente insignificantes, más adversas en nuestra vida.

Para la visión del amor nada es desechable, nada está maldito. Aunque ve los errores como tales, las oscuridades como lo que son, nunca los condena como irremediables. Por ello la visión del amor no puede ser considerada como condescendiente a ultranza.

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Todo Amistad y paz interior y fisica Amor

Posted by admin On febrero - 14 - 2009

La paz interior es también la paz física

Cuando nuestra mente está en paz los sueños son placenteros y tranquilos como nos muestra esta imagen
La paz mental va unida a la paz física verdad? para mi la respuesta es muy acertada.

Uno de los mejores regalos que nos hace la vida son los amigos.
Los encontrás donde quiera que estés pero; no todos nuestros amigos son iguales hay unos muy particulares…
Estos amigos especiales que nunca se han mirado a los ojos; que carecen del abrazo apretado, de una palmada en el hombro. Se han encontrado sin duda donde los intereses no existen.Donde no hay compromiso alguno más que el de la propia voluntad.
Se encuentran a diario porque realmente lo desean; se buscan desesperadamente porque necesitan saber uno del otro.
Se ayudan, se apoyan ,se consuelan, se respetan.
Conocen del otro como de sí mismos, sus gustos; sus sentimientos; sus actividades diarias; sus entornos; sus familias; todo lo que tienen y lo que es mejor y por lo general no tán expuesto, conocen sus sueños más profundos.
Estos amigos que quizá jamás se encuentren ni siquiera a tomar un café; se quieren y hacen de la amistad un culto.

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los Amigos y la amistad

Posted by admin On febrero - 13 - 2009

Los amigos de siempre… Hay amigos eternos,
amigos que son de piel y otros que son de hierro.
Hay amigos del tiempo, de la escuela, del trabajo, de la facultad.
Amigos que se aprenden, otros que se eligen,
y amigos que se adoptan.
Hay amigos del alma, del corazón, de la sangre.
Hay amigos de vidas pasadas,
amigos para toda la vida.
Hay amigos que son más que amigos.
Hay amigos que son hermanos, otros que son padres;
también hay amigos que son hijos.
Hay amigos que están en las buenas, otros que están en las malas,
hay amigos que están siempre.
Amigos que se ven, otros que se tocan, otros que se escriben.
Por supuesto que hay amigos que se van, que nos dejan;
hay amigos que vuelven y otros que se quedan.
Hay amigos inmortales, amigos de la distancia.


Hay amigos que se extrañan, que se lloran, que se piensan.
Amigos que se desean, que se abrazan, que se miran.
Hay amigos de noche, de siestas, de madrugadas.
Hay amigos hombres, amigos mujeres, amigos perros.
Hay amigos que deliran, otros que son poetas.
Hay de los que dicen todo, amigos que no hacen falta decirlos.
Amigos nuevos, viejos, viejos amigos.
Hay amigos sin edad, amigos gordos, flacos.
Hay amigos que no nos llaman, que tampoco llamamos.
Con poco tiempo, amigos desde hace una hora, desde
recién. Hay amigos que dejamos ir, otros que no pueden
venir, amigos que están lejos, amigos del barrio.
Amigos de la palabra, amigos incondicionales.
Hay también amigos invisibles, amigos sin lugar, amigos de la calle.
Amigos míos, amigos tuyos, amigos nuestros.
Hay muchos amigos; amigos en común, amigos del teatro,
de la música, amigos de verdad.
Hay amigos que están tristes, otros que están alegres,
otros que simplemente no están.
Hay amigos que se la pasan en la luna, otros en el campo, y otros en el cielo.
Todos, absolutamente todos los amigos tienen algo en común:
son indispensables.

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Palabras de amistad desde el corazon

Posted by admin On febrero - 13 - 2009

Palabras de amistad desde el corazon………..

Siempre ha sido mi corazón un lugar de puertas abiertas, donde entró aquel que quiso y salió de él cuando lo decidió, donde permanecen aquellos que lo desean y regresan quienes quieren. Quizá por eso ha sufrido tanto y ha hecho tanto daño, también; tal vez no supe retener en mi corazón a quien me amó como nadie lo hizo nunca, o dejé entrar en él a aquella persona que como a ninguna amé sin que ella llegara a saber siquiera cuanto por ella sentía… o, es posible, que viva dentro de él quien me ama y me lo ha dado todo sin que yo entendiera cuanto sacrificó y ofreció por mí, incluso sin recibir lo que esperaba…

Hoy nuevamente se diluye en la oscura tinta de palabras derramadas sobre un inmaculado papel, una amalgama de sentimientos, de ilusiones y sueños… alegrías y penas, hechos y anhelos… cumplidos, unos; y rotos, otros… Palabras que plasman aquello que emerge de mi alma, grito en silencio que desnudan mis sentimientos callados, sentir que, como siempre, busca el abrazo de quien al leerlas se identifique con él y procure mimos amigos que lo acompañen en este frío caminar. Palabras que se tiñen con los tonos tristes que reflejan mi mirada; mas siendo yo tan feliz como en aquellos días ya pasados, vuelven mis ojos a ahogarse en la soledad de sentimientos errantes que deambulan por las algodonadas nubes por las que paseo asiduamente.

Siento los pies en el suelo, paso a paso recorren los caminos de la vida con mayor o menor dificultad siguiendo el ritmo cansino del paso de los días; con ellos van mi cuerpo y mi mente, a la par resuelven las horas que han de pasar trazando el destino que me tocó vivir. En cambio, hay una parte de mi ser que aún se resiste al sometimiento del tiempo y de los designios, mi corazón lucha osadamente contra obviedades e imposiciones… Aún latiendo cadenciosamente al abrigo de la flor de loto, que abre sus pétalos ofreciendo su adorable fragancia mientras el sol regala su luz a la vida, un palpitar afanoso rompe el compás suspirando por la caricia dulce del susurro de viento que solivianta mi alma…

De nuevo, son las palabras que traza la pluma que mi mano empuña, sentimientos que mi corazón arrulla y que no tratan más que coser las fisuras que las espinas del amor produjeron en él. Palabras que atesoran mis sentires más sinceros y profundos, que se lleva el viento en libertad hacia el barrio de los incomprendidos de corazón loco…

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Amistad y la vida como un gran puzzle

Posted by admin On febrero - 13 - 2009

Fue la otra tarde hablando con un amigo, cuando tratando de descifrar lo que para mi es vivir, se me ocurrió esta idea.
Pensé que la vida es como un gran puzzle, al nacer lo comenzamos, en un principio es fácil, porque son pocas piezas las que tenemos que encajar y aunque estamos empezando a descubrirlo todo, las únicas preocupaciones a la que tenemos que hacer frente, son las de comer y dormir, ya que de lo demás ya se encargan esas dos personas grandes que andan siempre pululando a nuestro alrededor y que son importantísimas para ir encajando piezas.

Nuestros padres son los que nos ayudan a ir colocando las primeras y quizás las más importantes, porque nos dan unas bases para empezar todo el entramado.

Todo es normal, tanto por nuestra parte como por la de ellos.

Nosotros empezamos ahora, ellos ya están de vuelta de todo.

Nosotros descubrimos nuevas cosas, ellos ya van por la síntesis. Nosotros vemos tan solo el momento presente, ellos ven una vida entera. Nosotros nos creemos capaces de todo, ellos se creen indispensables hasta para la menor cosa.

Nosotros vemos pasar el tiempo quizás demasiado de prisa, a ellos les cuesta creer que tú no eres el “mocoso” de siempre. Nosotros somos una libertad que se yergue; ellos, una autoridad que se siente algo amenazada.

Nosotros nos sentimos revolucionarios por naturaleza y quizás por ignorancia; ellos son conservadores por experiencia.

Y lo mejor del caso es que será siempre así hasta la consumación de los siglos. Porque si hay alguna cosa de lo que no cabe duda es de esto, los mismos reproches que hacemos a nuestros padres, ellos se los hicieron a su vez a nuestros abuelos, y nuestros hijos los dirigirán a nosotros algún día, quizá aún con más violencia.

Es una ley de la humanidad. Lo malo es que lo hombres tendemos a tener la memoria corta.

Ellos en su experiencia de la vida han ido aprendiendo mucho, sin embargo somos nosotros, los que tenemos que hacer nuestra vida, cada cual la suya.

Y cada persona, cada situación y cada momento son nuevas piezas que ir encajando en nuestro gran puzzle.

En muchas ocasiones dudamos de donde colocar la pieza que en ese momento cae en nuestras manos y nos sentimos confundidos, porque no sabemos si va al lado de nuestro corazón o tan solo esta allí para ayudarnos a recolocar otras que andan sueltas y no encontramos su sitio justo.

Igual que cuando abrimos la caja, día a día hay cosas nuevas que añadir, algunas son poco importantes o quizás a primera vista pueda parecerlo, pero al igual que son muchas las piezas que componen un cielo azul, todas tienen un valor incalculable, porque si falta tan solo una, las demás no tienen sentido.

El ser humano es soñador por naturaleza, lo que hace que muchas veces pierda el norte real de las cosas, tenemos tantas ilusiones, hacemos tantos planes en base a lo que hemos soñado, que cuando estos fallan o no se cumplen tal y como habíamos esperado, el abatimiento nos inunda, son esos momentos en que nos encontramos con un montón de piezas y no sabemos que hacer con ellas.

Y es que no siempre depende de nosotros mismos, el conseguir que estos sueños se realicen, es cuando se mezclan las piezas de otro puzzle para formar uno mas grande.

Entonces hay un tiempo de desbarajuste total, diferentes paisajes, diferentes momentos que cada cual ha vivido por su lado y que tan solo con mucha paciencia, una gran dosis de comprensión y mucha fuerza de voluntad se pueden ir superando.

Son esas vivencias que a lo largo de todo este tiempo hemos tenido las que nos forman como personas, en las que nuestra personalidad se basa, para que a la hora de reaccionar ante estos momentos de desconcierto, tomemos las decisiones más oportunas.

Y aunque no siempre son las mejores, ni las que nos hacen más felices, tenemos que colocar esas piezas también, encajarlas como mejor podamos dentro de nuestra mente y lo que es mas importante dentro de nuestro corazón.

En muchas ocasiones complicamos las cosas mas sencillas, gracias a Dios los hombres tenemos el don de la palabra y cuantas veces desperdiciamos esta gracia y callamos en los momentos en que una sola palabra haría que encajaran cien piezas de golpe.

Y ¿por qué? Por nuestros miedos, tantos miedos que nos detienen, tantos miedos que nos coartan.

Que pensaran los demás de mi si en este momento encajo esta pieza en mi vida, que dirán de mi si no hago, precisamente, lo que ellos esperan que haga.

Y hasta ese extremo llegamos a condicionar nuestras vidas, que en la mayoría de casos, nos perdemos lo mejor que nos tiene guardado.

Las sorpresas que nos depara el destino y que hacen que merezca la pena seguir sin rendirse.

A veces esos trozos que forman nuestro puzzle cambian de valor y lo que hasta hace un tiempo era pieza base en nuestra vida, en donde giraba todo a su alrededor, por un motivo u otro pasa con el tiempo a un segundo plano.

Podrían ser los amigos que en nuestro camino encontramos y que en su momento son tan importantes y que el tiempo o la distancia hacen que se olviden, aunque no del todo, porque cada una de las personas que a lo largo de nuestra vida conocemos hace que se enriquezca esta.

Inevitablemente algunas dejan un rastro de dolor a su paso y una marca de la herida que causo, que como una pequeña cicatriz, en un principio duele a rabiar, para acabar dejando tan solo una señal que con el tiempo, casi ni la vemos o que solo nos acordamos de ella en contadas ocasiones.

Son surcos de unión entre pedazo y pedazo, necesarios para que todo encaje, porque al igual que no sabríamos distinguir entre penas y alegrías, sino hubiera de las dos cosas para poder comparar, tampoco sabríamos cuando algo es bueno, si no tuviésemos algo de malo.

Disfrutamos el doble de un día de sol si el anterior fue triste y lluvioso.

Ya se que son tópicos, pero cuantas veces en situaciones que nos creemos al limite de nuestras fuerzas, cuando no encontramos la salida, cuando parece que todo nuestro puzzle se nos cae encima, porque alguien ha dado un fuerte golpe encima de la mesa y nos ha descolocado todo.

Olvidamos que no es así, que de una forma u otra se sale, mas o menos dañado, pero mientras se tiene un aliento y un latir en el corazón, el paisaje de nuestra vida seguirá pintándose pieza a pieza.

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