Erase una vez una princesa que no tenia nombre ,pasaba sus días tristes ,porque desde que era niña habia visto como a todos los habitantes de su reino recibian un nombre y a ella nunca supieron encontrarle uno que fuera acorde con su belleza y grandeza.
Cada día que pasaba ,se convertia en amargo … cada noche que pasaba miraba la Luna ,pensando que como un astro tan bello podia tener nombre y ella aún no … se preguntaba por qué ella no tenía nombre si no se sentía tan bella como la propia Luna o tan resplandeciente como el Sol. Toda la gente de su reino tenía un nombre ,y ellos eran inferiores a ella ,pero ella se sentia inferior a la Luna y el Sol y aún así ella no tenía nombre como ellos.
Pasaron los años y sus padres decidieron desposar a la princesa sin nombre ,poniendo como condición que quien encontrara el nombre mas adecuado para su gran alta cuna ,pudiera desposarse al momento con ella.Los pretendientes se sucedieron ,uno tras otro,pero ningún nombre era del agrado de sus padres.
La princesa seguia triste tan bella y sin nombre alguno en el que poder fundir su esencia ,tal era su pena que un día decidio escapar de palacio … escapó lejos tan lejos como le permitieron sus fuerzas ,hasta quedar rendida …
Cuando desperto , había un niño pequeño que la miraba , ella se quedo mirando la luz de sus ojos , nunca había visto algo tan bonito … pero era un hijo de campesino ,le pregunto su nombre y él le dijo : «llamame como quieras …» , ella le pregunto : «¿por qué dices eso …?, todas las personas tienen un nombre menos yo» , él le contesto :»un nombre no hace ser a una persona ser como es … »
¿cómo podia un niño tan pequeño ser tan despreocupado de su nombre ? ,la princesa pensaba ,pero él la volvio a mirar … y en el fondo vio algo que nunca habia visto ,la sinceridad de una mirada que vivia simplemente para sonreir y a la cual no le hacia falta un nombre … solamente sonreir …
Desde aquel momento la princesa se llamo sonrisa ,su esencia se habia fundido con su nombre gracias a un pequeño niño y esa luz de sus ojos que era más grande que todo el poder de sus padres y del reino entero.
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