Si desde hace mucho tiempo me divorcié de la amargura, de la tristeza, la envidia y del egoismo, de los rencores, de las malas caras, de pensar mal de los otros, de las clasificaciones burdas y baratas de los seres humanos, me he divorciado de la soledad, de la ignorancia espiritual, de la hipocrecía, de la falta de sensibilidad, me he divorciado de la mediocridad, de la arrogancia y petulancia, de los atropellos, de pensar que soy mejor que los demás, me he divorciado todo lo negativo que pueda privarme de ser una persona feliz y honesta conmigo misma.
Asi que estoy soltera de esos malos sentimientos, casada con la felicidad a la cual prometo serle fiel por el resto de mis días.
Es rico ser feliz y vivir esperando el nuevo día con expectativas, de crear sueños para luego despertar y comenzar a realizarlos, encontrar muchos amigos que están por estos rincones, esperando que lleguemos y digamos algo bueno, soy feliz de poder hacer la diferencia aún en la distancia, saber que con mis palabras pude hacer sentir bien a alguien, que puedo extender mi mano y ayudar sin hacer tanta pompa, simplemente soy feliz de estar viva, y poder escribir esta nota, y saber que a través de la red podré viajar sin necesidad de un boleto de avión, de barco o tren, soy más rápida en entregar mi afecto y no cobro exceso de equipaje, soy tan feliz de abrir mi correo y leer las historias de mis amigos, soy feliz de poder encontrar este hermoso sentimiento en cosas tan triviales o banales para algunos y tan especiales para mi, no, no soy extraterrestre, solamente soy un ser humano como todos.
Me voy con la felicidad a cuesta, es hora de retirarse a dormir y descansar sin las presiones de una mala conciencia.
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