Hoy en día, a la vez que fuente de iniciativas, creatividad, fuerza e ilusión, graves y grandes problemas acucian a una parte muy importante de la población mundial: la juventud.
Conscientes de que la juventud no es sólo la causa sino también la solución a sus propios problemas, Mediante la Resolución N° 54/120 del año 1999 El 12 de agosto fue declarado como el día internacional de la juventud por la Asamblea General de las Naciones Unidas, , cumpliendo con la recomendación realizada un año antes. En 1995 la Organización de las Naciones Unidas había aprobado el PAMJ (Programa de Acción Mundial para los Jóvenes). El día internacional de la juventud es la ocasión ideal para plantearse a nivel nacional qué tipo de país y de futuro se pretende; esto trae implícito un replanteo de la políticas laborales, medioambientales, sociales, económicas y educativas de una nación.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se espera que para el año, 700 millones de jóvenes de países en desarrollo entrarán a la fuerza laboral, por lo que será necesario crear más de mil millones de puestos de trabajo para incorporar a esos nuevos trabajadores y reducir el alto porcentaje de desempleo.
Cada día internacional de la juventud reafirma los compromisos asumidos en ese programa. Las consignas siempre rondan en tratar de incrementar el conocimiento que se posee sobre la situación global de la juventud y la comprensión sobre sus necesidades y aspiraciones; promover políticas supranacionales y locales entre entes estatales y privados para salvaguardar el bien más preciado de una sociedad. El día internacional de la juventud es el dia en que se deben elaborar normas internacionales que aumenten y fortalezcan los derechos de los jóvenes.
La posibilidad para el diálogo y el acuerdo entre los actores sociales e institucionales en cuanto a la juventud y derechos humanos, no se materializa únicamente a partir de las intenciones manifiestas y las disposiciones de los actores; antes hay que instituir y consolidar ciertas estructuras que garanticen bases suficientes para la acción concertada. Es necesario alentar a los actores sociales claves -los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales, las asociaciones de juventud y los jóvenes – a comprometerse a trabajar, ya que el desarrollo de las sociedades es el desarrollo de los jóvenes.
Por esto hay que promover el fortalecimiento de la capacidad y la participación de los jóvenes en los procesos y decisiones que afectan a su vida.
Celebrar el Día de la Juventud tal vez es una buena oportunidad de reflexión para la generación de los mayores. Para que veamos en la fuerza y en la fecundidad de la juventud la puerta del futuro. Para que veamos en la fuerza y la generosidad de la juventud la salud de la patria. Para que veamos y comprendamos nuestra responsabilidad frente a la juventud y respondamos positivamente al reto que la juventud importa.
Ser joven es una gracia, una fortuna, su apertura a lo arduo y lo sublime, su compromiso concreto y decidido en cosas grandes humana y naturalmente, su permanente actitud de búsqueda, su marcha hacia la cumbre de los ideales nobles, su anhelo por una sociedad más justa y solidaria. Vivir y actuar sin estas convicciones es insensato, es necio y demasiado caro.
Pero no olvidemos todos los mayores, que según el estado y las funciones que tenemos en la vida, cada día somos un modelo, somos de los que formarnos o deformamos a la juventud, y que esto es demasiado grave.
(1810)