Todo sobre Amistad!!

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Pues nada  a ver cual es tu signo jejejeje

Aries: Tanto los arianos, como las nacidas bajo este signo son gente de carácter fuerte. En ocasiones tienen la facultad de parecer «amargados» y los demás tienden a percibirlos como personas desagradables. A la hora del sexo son realmente salvajes y creativos. Les gusta dominar la relación y suelen ser un poco egoístas con aquello de satisfacer a su pareja, sin embargo sus relaciones son tan intensas que sin darse cuenta han llevado a su compañero al éxtasis glorioso y eterno. Lo malo es que pueden ser tachados de violentos y fríos justo al terminar el sexo. Son de poco hablar en la cama, más bien «al pan, pan, al vino, vino y a eso…pues eso!

Tauro: Amar a alguien de Tauro es amar al amor. Son realmente tiernos y cariñosos cuando aman, su entrega es total y si bien es cierto suelen ser reservados y poco expresivos y en ocasiones fuertes de carácter cuando encuentran una pareja que les atraiga, sus relaciones son plenas e intensas. Cuando tienen sexo son muy originales y no dicen que no a «nada». Se preocupan por dar, más que por recibir, por lo que una relación sexual con alguien de Tauro es sencillamente exquisita. Son tiernos, sus besos hablan más que las caricias…sus ojos son de mirada tan fuerte y profunda que con una sola, muchas veces logran excitar a sus respectivas parejas. Son fieles y jamás te aburrirás en la cama de un(a) torito(a).

Géminis: Los amantes geminianos son tranquilos, nobles y muy sensibles. Su amor por la pareja les hace ser incondicionales, lo que implica amor a cambio de nada. Son incansables y durante una sola noche pueden dar el doble de amor que cualquier otro signo del zodiaco. Su entrega absoluta también los lleva a ser muy dependientes de la pareja, lo que tiende a hacerlos de cierto modo inseguros y a veces inestables y celosos. La gente de géminis adora las experiencias recreadas, por lo que no es de sorprender que las parejas de geminianos vivan romances «como de película».

Cáncer: Los cangrejitos y las cangrejitas suelen ser los amantes más tranquilos del zodiaco. Muchas veces rayan en la timidez y no esperes grandes gritos o poses extrañas durante el acto sexual, claro que hay sus excepciones. Por otro lado cuando sienten que están enamorados, los nacidos bajo el signo de cáncer son capaces de dar mucho más de lo que acostumbran. Su forma de hacer el amor, es muy convencional, pero también es cierto que buscan el placer, tanto propio, como el de la pareja. Para ellos el amor se puede demostrar de mil y una formas además del sexo, son detallistas y cuando tienes a alguien de cáncer, enamorado y en tu cama, no necesitarás de viagra o de afrodisíacos, con ellos basta y sobra.

Leo: Dejarse amar por una persona del signo de Leo es más fácil que amarla. Son sumamente exigentes y no cualquiera les hará sentir sensaciones placenteras. Las leoncitas son muy juguetonas y cariñosas, para ellas el preámbulo es tal vez hasta más excitante que el mismo clímax de la relación. Igualmente los leones gustan de seducir, rodear, coquetear y simplemente estimular a su presa al grado de acorralarla y después «devorarla» lentamente, disfrutando cada bocado como un manjar de los dioses. Los leo además odian fingir, por lo tanto en el «preciso» momento sabrás si has sido una relación satisfactoria para Leo o por el contrario, el peor chasco de cama en su vida. Es duro, pero así son «los reyes de esta selva».

Virgo: La entrega es lo que caracteriza a una mujer u hombre regidos por el signo de virgo. Son excelentes amantes, muy comprometidos con su pareja y preocupados por dar el placer extremo. Eso sí, jamás esperes que unos requisitos indispensables, cada uno es diferente y tiene su propia lista de prioridades. En otras palabras para virgo el sexo es algo completamente natural siempre y cuando impere el aseo, el respeto y sobretodo el amor. Las chicas de virgo más allá del placer, buscan el compromiso y son muy pocas las que se irían a la cama «sólo por hacerlo». El hombre no es tan reservado, pero suele ser fiel y desinhibido cuando tiene sexo con una mujer fija.

Libra: Equilibrio total y un horario determinado. Para los nacidos bajo las influencias libranas es importante que su pareja respete la cama, es un santuario en el que no sólo de derrama el placer, también es la «fábrica» de hijos, por lo que procuran llevar siempre a la persona ideal. No es de sorprender que los libranos sean de los que hagan un horario para tener relaciones durante la semana y es casi una utopía que puedan incumplirlo. Si te enamoras de alguien de Libra no permitas que el sexo se convierta en rutina, para ellos es algo delicioso y como tal debe ocupar un ordenado espacio dentro de su esquema de prioridades. Son románticos y les gusta hacer el amor hasta cansarse pues la próxima vez será hasta que el horario diga.

Escorpión: Dicen que es el signo más sexual del zodiaco. Para los escorpiones el sexo es fundamento de vida. No por gusto es el signo que rige los órganos genitales y la fecundidad. Son amantes extremos y hay de todo. Va a depender mucho de su ánimo y de la pareja, la intensidad de la relación. Si están realmente enamorados serán ardientes y apasionados. Si por el contrario, la contraparte sexual no es más allá que una aventura, su preocupación por hacerla sentir no será tan importante como la de sentir ellos mismos. Un escorpión al que le guste tener sexo contigo será un escorpión enamorado para siempre. Son muy visuales, es decir la mayoría de las veces el sexo les entra por los ojos. Suelen ser locos, creativos y experimentales, así es que si un escorpión o escorpiona te pide sexo en la parada de bus, simplemente no te resistas y hazlo!.

Sagitario: No es fácil comprender la sexualidad humana, mucho menos la de un sagitariano. Son algo complicados pero quien les sepa llegar ganarán un espacio no sólo en su corazón sino en su cama. A la hora de «hacerlo» son apasionados, poco convencionales y por complacer a la pareja serían capaces de hacer algunas cositas «diferentes». Son muy sensibles al tacto, por lo que las caricias por el cuerpo muchas veces le roban la calma. Por otro lado el grado de sexualidad aumenta en la medida que la contraparte sepa «encenderlos», después un sagitariano «emberracao» será un sagitariano feliz y sexualmente satisfecho…pues se encargará del resto.

Capricornio: Los nacidos bajo este signo son muy fogosos, tanto así que es uno de los pocos signos del zodiaco que en realidad pueden (sólo por necesidad) mantener más de una relación simultanea. No nos referimos a orgías, por el contrario, son demasiado discretos con su sexualidad. Lo que sucede es que su elevada temperatura lívida les permite tener más de un compañero de cama (a horas y en lugares diferentes romances). generalmente no duran mucho (por lo menos en contrario puede ser excesivamente largos sin apagar esa llama inicial que los prendió de su pareja. Las chicas de Capricornio suelen llevar el control en una relación y buscan ser amadas y respetadas por lo que son y no por lo que puedan hacer sentir, por el contrario el amigo de capricornio es más bien casanova y busca sembrar buena reputación (sexual) entre sus amantes.

Acuario: Amor es la palabra clave para alguien de Acuario. Su estrategia es el coqueteo descarado, pero elegante. A la hora del sexo son realmente relajados. Sus sensaciones son muy importantes, por lo que se dejan llevar, cierran sus ojos y sólo los abrirán en el momento que lograron sentir «eso» en su cuerpo. De no ser así no esperes una llamada de tu acuariano (a) para una segunda cita. Acuario busca el momento más especial para prender a su pareja. Aman y son amados, disfrutan del sexo, siempre y cuando la contraparte lo haga también. Para la gente de Acuario el compromiso es importante, por lo que antes de tomar una decisión tan importante como la del matrimonio, habrán tenido que vivir muchas experiencias.

Piscis: Los pececitos suelen ser «resbalosos» o «escurridizos» . Su carácter a veces tierno y a veces todo lo contrario los hacen atractivos para el sexo opuesto. Prefieren ser amados, pero cuando les toca responder «agárrense» son muy cumplidos y sensuales. Son libres y muchas veces infieles, no dudes que con cada amante aprenden algo y si eres liberal conseguirás que te lo enseñe (lo que aprendió) además compartirá con otras parejas lo más maravilloso que obtuvo de tu sexualidad. Los chicos de piscis suelen ser muy caballeros en la cama, pero cuando se aburren es mejor que comiences a explotar tus más íntimos bienes sexuales, para que los mantengas retenidos por más tiempo en tus redes de placer y lujuria.

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Realizacion del Ritual un Martes con Fase Lunar Llena.

Que necesitas:

Velón ‘ven a mi’
Baño ‘ven a mi’ del amor
Almizcle (el perfume de Cleopatra)

Preparar el baño:

Añada un poco de baño “ven a mi’’ y 7 gotas de almizcle,y darse el baño pidiendo con el lo deseado .
Darse el baño durante 7 días consecutivos .

Al terminar el baño, compartir el perfume con la persona amada. Tres gotas serán suficientes.

Si quieres seguir con el perfume tienes que poner su nombre escrito en papel de pergamino y seguir usándolo el tiempo que quieras. Guardas el papel con 7 peticiones relacionadas con lo que tu desees en relación con tu pareja.

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RITUAL DE AMOR Y AMISTAD para El Día de San Valentín

Posted by admin On febrero - 9 - 2009

El Ritual de Amor consigue aumentar la inclinación emocional y sensual de una pareja para que permanezcan unidos estrechamente compartiendo cada instante de sus vidas.

Por otro lado podemos utilizarlo con el fin de atraer de forma irresistible al ser que anhelamos despertando su interés por nosotros. Y por último, en el caso de que existan problemas dentro de la pareja, este Ritual de Amor ayuda de una forma eficaz a que se solucionen los conflictos y se restaure la paz y la pasión.

El Ritual de Amor está formado por tres velas y un altar. Una de las velas es roja, símbolo del amor ardiente de la pareja; las otras dos son de los colores zodiacales de cada uno de los miembros de la pareja. Si no conocemos nuestros colores zodiacales se pueden sustituir por dos velas blancas que simbolizan la pureza.

El altar encierra toda la simbología del acto que vamos a realizar. Está formado por un círculo rojo que simboliza los hechos consumados, nuestro objetivo cumplido.

Dentro del círculo se circunscribe un triángulo, la figura perfecta, la más fuerte, la que nunca se puede volcar, siempre está en pie.

El triángulo es uno de los símbolos más importantes del mundo cuando nos referimos a la magia y las matemáticas.

Es la visualización del número 3, y este número simboliza la vida y el nacimiento. Por eso en este Ritual de Amor, de alguna manera, se camina por él, nos enganchamos a cada uno de sus tres lados para conseguir nuestros buenos propósitos.

En los dos vértices inferiores del triángulo hay dos números, el 2 y el 3, lugar donde colocaremos las velas zodiacales o las blancas.

Del número 2 parte una flecha hacia el número 3, y viceversa, símbolo de la atracción entre las personas que realizan el ritual. Las flechas van al encuentro la una de la otra y arrastran con ellas el afecto, la pasión, potenciando el acercamiento.

Dos flechas más, que parten de las posiciones 2 y 3 avanzan por el triángulo, ambas hacia el número 1, lugar en el que por fin se unen en el amor sensual.

El color de fondo del altar es el marrón, símbolo de la Tierra. Seis pequeños triángulos rodean a cada uno de los tres números dibujados en el altar. Son verdes, color que aleja las malas vibraciones para que nos podamos concentrar mejor en nuestro objetivo.

Ya tenemos todos los elementos necesarios para empezar el ritual. Ha llegado el 14 de febrero, día de los enamorados, y estamos plenamente convencidos de lo que vamos a hacer y, además, queremos hacerlo.

Con nuestra pareja elegimos un momento tranquilo del día donde no vamos a tener interrupciones. Encendemos un poco de incienso, si lo deseamos o lo tenemos a mano, e incluso podemos poner aquella música con la cual nos conocimos o empezamos nuestra relación.

Colocamos el altar en un sitio seguro y distribuimos las velas: la roja en la posición 1 y las zodiacales o blancas en las posiciones 2 y 3.

Encendemos las velas en el sentido de las agujas del reloj, primero la 1, luego la 3 y finalmente la 2. Y al mismo tiempo que encendemos las velas pronunciamos por cada una de ellas la frase siguiente: “a través de la fuerza del triángulo se cerrará el círculo que servirá para la unión de (decir el nombre de cada uno)”.

Dirigimos nuestro pensamiento hacia nuestro objetivo (el amor, la unión), visualizamos el fin realizado, nuestros deseos cumplidos. Y así pasamos un rato empapándonos de afecto, de sensualidad, de pasión y comunión con el otro.

Las imágenes que vienen a nuestra mente seguramente serán placenteras, deliciosas. Saboréalas, deléitate con ellas, créetelas, goza del momento.

Cuando hemos terminado dejamos que las velas se consuman totalmente y guardamos los restos hasta que voluntariamente queramos que se rompa el conjuro, para lo cual sólo tendremos que destruirlo.

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Amistad Historia de San Valentin dia del amor y amistad

Posted by admin On febrero - 5 - 2009

Tal como se practica hoy, esta costumbre se inició en los países de habla inglesa en el siglo XVIII y hace algunos años, llegó a los países latinos. Sobre su origen, aún no hay acuerdo: tres leyendas intentan explicar la tradición.

La primera cuenta que en el año 270 el emperador romano Claudio II prohibió el matrimonio argumentando que los recién casados se negaban a ir a la guerra, entonces el obispo Valentín comenzó a casar a las parejas de manera clandestina. Pero la “insurrección” del cura pronto fue descubierta y el emperador ordenó que lo decapitaran. Sin embargo, mientras estaba encarcelado y esperaba su muerte, conoció a Julia, la hija de su custodio, y se enamoró. Valentín fue ejecutado el 14 de febrero y en su tumba, sigue la leyenda, Julia plantó un almendro (símbolo de amor y amistad).
La historia de San Valentín hubiera quedado ahí si no fuera porque dos siglos más tarde la Iglesia católica la recuperó. Por aquel entonces era tradición entre los adolescentes practicar una curiosa fiesta pagana derivada de los ritos en honor del dios Lupercus, dios de la fertilidad que se celebraba el día 15 de febrero. Era un sorteo mediante el cual cada chico escogía el nombre de una joven que se convertiría en su compañera de diversión durante un año. La Santa Sede quiso acabar con esta celebración pagana y canonizó a San Valentín como patrón de los enamorados.

El cuerpo de San Valentín se conserva actualmente en la Basílica de su mismo nombre que está situada en la ciudad italiana de Terni. Cada 14 de febrero se celebra en este templo un acto de compromiso por parte de diferentes parejas que quieren unirse en matrimonio al año siguiente.

También se adjudica el origen de la celebración al duque de Orleans, capturado por los ingleses en el año 1415 en la guerra contra Francia. Preso en la Torre de Londres, se dedicó a la poesía con un estilo refinado y purista, que reflejaba la melancolía por su encierro. En una carta a su esposa, firmó como “tu Valentín” y esta “tarjeta”, la más antigua que se conoce, se conserva en el Museo Británico.

Sin embargo, la historia conocida dice que la primera tarjeta con fines comerciales fue creada en 1840, en los Estados Unidos. Años después, la británica Esther Howland dotó al Día de San Valentín de su propio símbolo: una caja de bombones con forma de corazón.

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El amor es química… y algo de amistad

Posted by admin On enero - 20 - 2009

Las hormonas definen el calendario amatorio: la testosterona dispara el deseo y la oxitocina mantiene la fidelidad.

La antropóloga Helen Fisher, de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, se basa en sus experimentos de imagen cerebral (por resonancia magnética funcional) y en el resto de la evidencia disponible para defender una definición tripartita del amor. Primero el impulso sexual indiscriminado, una fuerza autónoma que desata la búsqueda de pareja en cualquier acepción del término; luego la atracción sexual selectiva; y por último el cariño, el lazo afectivo de larga duración que sostiene a las parejas más allá de la pasión.

El amor se suele considerar indefinible, porque unos lo ven con Freud como una sublimación del sexo, otros con Fromm como una de las bellas artes, y otros le aplican la palabra al gato. Pero ¿y si los tres tienen razón?

Son tres procesos cerebrales distintos, pero interconectados. Y tienen una profunda raíz evolutiva común, porque su balance controla la biología reproductiva de las especies. El impulso sexual, la primera fase del amor, está regulado por la testosterona (masculina) y los estrógenos (femeninos) en el común de los mamíferos, más bien por la testosterona en los primates, y casi exclusivamente por la testosterona en el Homo sapiens.Los hombres con más testosterona en la sangre tienden a practicar más sexo, pero también las mujeres suelen sentir más deseo sexual alrededor del periodo de ovulación, cuando suben los niveles de testosterona. El declinar de esta hormona con la edad va asociado a la reducción de todos los tipos de libido, incluidas las fantasías sexuales.

La testosterona no se relaciona con los gustos preferenciales, sino más bien con los genéricos. Los psicólogos del Face Research Laboratory de la Universidad de Aberdeen, Reino Unido, acaban de demostrar, por ejemplo, que los altos niveles de testosterona -incluso en el mismo hombre, cuando varían en distintos momentos- se correlacionan con su gusto por los rasgos de la cara asociados a la feminidad, en genérico, como ojos grandes, labios llenos, etcétera. De modo similar, muchos estudios han mostrado que los juicios de las mujeres sobre el atractivo masculino están afectados por los niveles de las hormonas sexuales.

Varios experimentos han cartografiado las zonas del cerebro que se activan al enseñar a los voluntarios una serie de fotos de contenido erótico explícito. Aunque los resultados son complicados, una de las activaciones más reproducibles y proporcionales al grado de excitación sexual declarado por el sujeto es el llamado córtex cingulado anterior. En un experimento independiente, esta misma zona resultó activarse cuando el equipo del voluntario metía un gol, una coincidencia que admite varios tipos de interpretación. O tal vez ninguna.

La segunda fase es el amor romántico, el amor en sentido clásico de la palabra enamorarse. Es un rasgo humano universal, y su característica definitoria es la atracción sexual selectiva. Por esta razón, los etólogos creen probable que el amor humano haya evolucionado a partir del ritual de elección de pareja, o cortejo de atracción típico de los mamíferos. Parece confirmarlo el hecho de que, en casi todos los mamíferos, ese cortejo se caracteriza por un notable despliegue de energía, persecución obsesiva, protección posesiva de la pretendida pareja y belicosidad hacia los posibles rivales.

Pero hay una diferencia. «En la mayoría de las especies», dice Fisher, «el ritual de elección de pareja dura minutos u horas, como mucho días o semanas; en los humanos, esa fase temprana de intenso amor romántico puede durar de 12 a 18 meses». Un año y medio para elegir pareja, ya está bien con el ritual de cortejo.

Según han documentado los antropólogos en 147 sociedades humanas, el amor romántico empieza «cuando un individuo empieza a mirar a otro como algo especial y único». Luego el amante sufre una deformación perceptiva por la que agiganta las virtudes e ignora las sombras del otro. Las adversidades estimulan la pasión, las separaciones disparan la ansiedad.

Son los signos de un alto nivel de dopamina en los circuitos del placer del cerebro, y así lo han confirmado los experimentos de imagen. Por ejemplo, enseñar a un voluntario una foto de su amada activa las rutas de la dopamina en los circuitos del placer. Estos circuitos guían gran parte de nuestro comportamiento -ni comer nos gustaría si no fuera por ellos-, y son los mismos que se activan en el ritual de cortejo, o de elección de pareja, de la mayoría de los mamíferos.

La hipótesis de Darwin era que las hembras elegían a sus parejas basándose en su «sentido innato de la belleza», pero la situación, al menos en la especie humana, parece haber sufrido todo tipo de complicaciones. El equipo de Steve Buss, de la Universidad Estatal de California en Fullerton, ha demostrado que el mismo hombre les parece más deseable a las mujeres si aparece rodeado de mujeres que cuando aparece solo, o rodeado de otros hombres. Por el contrario, una mujer pierde puntos ante los hombres si aparece rodeada de otros hombres. La interpretación no está muy clara, pero aquí hay algo que parece escapar del mero romanticismo. Hay otra componente más en en la elección de pareja. Cuando los investigadores preguntan a grupos de estudiantes heterosexuales cuáles son los atributos que más valoran para formar una pareja, cada estudiante parece buscar los mismos rasgos que se atribuye a sí mismo en un test independiente.

Pero el amor romántico, con ser larguísimo en el ser humano, no suele durar más allá de un año o año y medio, y los cachorros de nuestra especie están completamente inválidos a esa edad. Hace falta otro mecanismo que prorrogue los lazos afectivos, y lo hay. La pista vino de dos especies de topillos.

El topillo de la pradera (Microtus ochrogaster) tiene un comportamiento familiar intachable. Las parejas son fieles hasta que las muerte las separa, e incluso el 80% de los topillos no vuelven a contraer matrimonio tras enviudar. Los dos cónyuges colaboran sin rechistar en el cuidado de la prole, y suelen vivir con los suegros en paz . Todo lo contrario que su especie hermana, el topillo de la montaña, Microtus montanus: hoscos, enclaustrados en sus madrigueras individuales, traidores con sus parejas; los machos no cuidan de la prole en absoluto, y las hembras abandonan a las crías a las dos semanas de parirlas.

Larry Young, de la Universidad de Emory, descubrió que la buena fama de Microtus ochrogaster sólo es cierta como promedio: muchos topillos de la pradera son fieles y empalagosos, en efecto, pero otros son tan traicioneros y correosos como sus primos de la montaña. Ello le permitió hallar que la causa de esas diferencias entre individuos es un solo gen que evoluciona muy deprisa. El gen fabrica el receptor de la vasopresina.

La vasopresina es una hormona capaz de alterar el comportamiento, pero necesita acoplarse a un receptor situado en las neuronas para ejercer sus efectos. Los topillos que llevan una versión muy activa del gen tienen mucho receptor de la vasopresina en el cerebro, y por tanto son fieles y empalagosos. Los que llevan una versión poco activa tienen poco receptor y por tanto son traidores y malencarados.La versión de alta actividad predomina entre los topillos de la pradera -de ahí la buena fama de la especie-, y la de baja actividad es la norma entre los primos de la montaña, pero cada topillo es un mundo.

Los científicos empezaron a analizar ese gen en las personas y a comparar sus variantes con sus perfiles psicológicos. También añadieron a sus investigaciones otro gen similar que tiene también la capacidad para evolucionar muy rápido, el del receptor de la oxitocina.

Los dos genes están relacionados con la oxitocina y la vasopresina, dos hormonas que afectan al circuito del placer (o de la recompensa) cerebral. Estas hormonas actúan a través de unos receptores situados en las neuronas de esos circuitos. Los dos genes clave fabrican el receptor de la oxitocina y el receptor de la vasopresina.

Hasse Walum y sus colegas del Instituto Karolinska, en Estocolmo, han estudiado recientemente a 552 pares de gemelos o mellizos, y a sus parejas. Han analizado su gen avpr1a (el receptor de la vasopresina) y los han sometido a pruebas para evaluar sus «índices de calidad en la relación marital» y de «vinculación con la pareja». El 32% de los hombres con el gen variante permanecen solteros (frente al 17% con el gen estándar), y todos sus índices de «calidad marital» y vinculación afectiva son significativamente menores.

Cuando una topilla de la pradera recibe una dosis cerebral de oxitocina, se siente vinculada de inmediato al macho que esté más cerca en ese momento, y de forma perdurable. En humanos se ha hecho una prueba similar, pero con dinero. Un equipo de economistas y psicólogos suizos demostró que una simple inhalación de un aerosol de oxitocina hace que la gente confíe más en los extraños y, por ejemplo, les preste mucho más dinero en una situación ficticia (pero con dinero real puesto por el voluntario).

Ambos genes evolucionan muy deprisa y producen variantes (alelos) de mayor o menor actividad, con efectos similares a aumentar o disminuir la cantidad de las hormonas. Ya se ofrecen por Internet productos como Enhanced Liquid Trust basados en la oxitocina, «diseñado para mejorar el área de citas y relaciones en tu vida».

Pero el amor se parece mucho al amor propio. Lisa DeBruine, de la Universidad McMaster de Ontario, reclutó hace unos años a un grupo de voluntarios para jugar por Internet a una especie de dilema del prisionero. Cada voluntario podía ver en el ordenador la cara del otro jugador, y sólo con eso tenía que decidir si compartía con él su dinero o intentaba hacerle una pifia. La pifia, en realidad, se la había hecho DeBruine a todos los voluntarios, porque al otro lado del ordenador no había nadie. El supuesto jugador no era más que un programa, y las caras habían sido generadas por métodos informáticos. El resultado fue que la mayoría de los voluntarios había decidido compartir su dinero candorosamente cuando la cara del otro jugador era… ¡la suya propia!

Si hay una cuarta fase del amor, lo más probable es que esté al otro lado del espejo.

lidad

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