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Leo y la amistad

El León nunca podrá ser acusado de esconderse detrás de su melena. De hecho, nada hace más feliz al rey de la selva que estar rodeado de personas, especialmente porque él suele ser el centro de atención de cualquier multitud.

Leo tiene amigos en cantidades. Después de todo, cualquiera tenga tan buena estima de sí mismo debe tener algo bueno que ofrecer a los demás. Y el Leo, por su parte, es también un excelente amigo.

En este sentido, estos sujetos pueden ser tan juguetones como un gatito, y siempre estarán dispuestos para esparcir su resplandor sobre quienes los acompañen. No obstante, ten cuidado de su costado competitivo.

Como amigo, Leo quiere sentirse orgulloso de ti, y hará todo lo que esté ha su alcance para que logres alcanzar tus objetivos —siempre y cuando tu éxito no opaque—.

Entonces, mientras seas un desamparado, tendrás a tu lado un amigo leal. Todos pueden ser amigos de Leo. El rey de la selva no discrimina, y prefiere tener una gran cantidad de personas con las cuales poder jugar. Leo siempre quiere lo mejor, y posiblemente te saque a cenar y te invite a los eventos de los que él sea parte.

No te preocupes si no puedes pagar; el generoso León siempre está dispuesto a afrontar los gastos de sus amigos. En cualquier caso, asegúrate de mostrar tu agradecimiento en cuanta ocasión tengas. Una persona que no es capaz de apreciar la bondad y el desinterés de Leo podría pronto ser tachada de su lista de amigos.

Los mejores amigos de Leo: Géminis, Libra.

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En el principio de los tiempos, se reunieron varios demonios para hacer una travesura. Uno de ellos dijo: «Debemos quitarles algo a los hombres, pero, ¿que les quitamos?».

Después de mucho pensar uno dijo: «¡Ya se!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser donde esconderla para que no la puedan encontrar«. El primero propuso: «Vamos a esconderla en la cima del monte mas alto del mundo», a lo que inmediatamente repuso otro: «no, recuerda que tienen fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde esta».

Luego propuso otro: «Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar», y otro contesto: «No, recuerda que tienen curiosidad, alguna vez alguien construirá algún aparato para poder bajar y entonces la encontrara».

Uno mas dijo: «Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra». Y le dijeron: «No, recuerda que tienen inteligencia, y un día alguien va a construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad«.

El ultimo de ellos era un demonio que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás. Analizó cada una de ellas y entonces dijo: «Creo saber donde ponerla para que realmente nunca la encuentren». Todos se volvieron hacia él asombrados y preguntaron al mismo tiempo: «¿Donde?». El demonio respondió: «La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán».

Todos estuvieron de acuerdo y desde entonces ha sido así: el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo.

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