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5 problemas con unos tipos de interés tan bajos

Carlos Montero.

El periodo de tipos bajos que hemos vivido en los últimos años es histórico. Tanto desde el punto de vista del tiempo con una política monetaria tan expansiva, como de los mínimos históricos alcanzados (tipos cero en EE.UU. desde diciembre de 2008). Esta expansión monetaria sin precedentes ha estimulado la economía a nivel global, y ha servido para salir de la recesión económica más profunda desde la Gran Depresión, y permitió que el sistema bancario en EE.UU. y probablemente también en Europa no se derrumbara.

Pero unos tipos a estos niveles tan bajos también tienen inconvenientes. El analista Daniel Indiviglio detalla cinco problemas centrándose en la economía estadounidense, pero que se podría extrapolar a cualquier otra parte del mundo.

1. El ahorro se vuelve poco atractivo

Unos tipos tan bajos animan a los inversores a gastar o a invertir más dinero. Si las cuentas de ahorro generan un tipo de interés cercano a cero, ahorrar se vuelve ilógico, porque se pierde poder adquisitivo vía inflación.

Cuando la gente gasta e invierte más dinero la economía se expande. Esto es lo que los bancos centrales quieren en estas circunstancias. Pero todo dólar que los inversores gastan en lugar de ahorrar, disminuye la capacidad de consumo e inversión en el futuro, y si se convierte en estructural, se convierte en un importante problema económico.

2. Ahorra se convierte en más difícil

¿Y qué pasa con la gente que está determinada a ahorrar? Dado que las cuentas de ahorro pierden poder adquisitivo por el coste de la inflación, los ahorradores tienden a buscar otras alternativas más arriesgadas y con un potencial de rendimiento mayor. Estos a menudo incluyen en sus fondos, acciones o bonos.

Mientras que una buena gestión de los activos de riesgo puede ser ventajoso respecto a los activos sin riesgo, el ahorrador medio no tiene porqué tener un conocimiento especial de gestión en estos activos, por lo que el riesgo de perder parte del patrimonio en estas inversiones se incrementa notablemente.

3. Los depósitos bancarios se hunden

Hace tiempo la actividad bancaria era muy aburrida pero bastante estable. Los clientes colocaban su dinero en cuentas de ahorro, y el banco les pagaba un interés. Los bancos usaban estos depósitos para suministrar préstamos a otros clientes quienes pagaban un tipo de interés más alto. La diferencia entre lo que pagaban y cobraban cubría las posibles pérdidas de esos préstamos. Si quedaba algo, eso era el beneficio del banco.

Hoy, aún si un banco quisiera operar de esa manera, sería mucho más difícil. Ahora los ahorradores dejan sólo una pequeña cantidad de dinero en liquidez, únicamente lo que puedan necesitar de forma inmediata. Esto probablemente es unos pocos miles de dólares para la mayoría de la gente. Cuando los tipos son tan bajos, la gente prefiere invertir.

Con tan pequeñas cuentas de ahorro, y con las cuentas de cheques tan pequeñas como sea posible, los bancos a menudo no tienen suficientes depósitos para soportar sus actividades de préstamos. Esto les fuerza a pedir prestado más dinero, lo que crea un apalancamiento adicional, o venden sus préstamos a través de mecanismos de titulización. Aunque ambas actividades puede ser perfectamente seguras, también pueden conducir a problemas si no se manejan de forma cuidadosa. Ambas actividades, excesivo apalancamiento financiero y titulización no apropiada, fueron las causantes principales de la anterior crisis financiera.

4. Alienta la deuda

Los bajos tipos de interés animan la demanda de préstamos. Bajos tipos de interés animan a las empresas y a los consumidores a tomas más deuda, ya que las compañías se plantean procesos de expansión en un entorno de tipos que les proporciona una oportunidad de financiación muy barata. Para las familias los bajos tipos les permiten comprar casas más caras que no se podrían permitir en años anteriores, sin incrementar sus pagos hipotecarios mensuales.

Esto no tiene que ser necesariamente malo si se realiza con prudencia y moderación. Pero los bajos tipos de interés pueden ser causantes de excesos. Esto puede ser especialmente peligroso si los tipos son variables y no fijos. De repente los préstamos pueden ser impagables. Esto es lo que se teme podría pasar de forma masiva si los tipos tanto en EE.UU. como en Europa suben de forma relevante.

5. Los inversores compran más riesgo

Finalmente, los bajos tipos de interés fuerzan a los inversores a comprar más riesgo. Esto ya lo he mencionado aplicado a las acciones, pero también se puede aplicar a los bonos.

Los inversores en bonos podrían tener un tipo de interés objetivo para sus inversiones. Si los tipos bajan mucho esos tipos podrían ser difíciles de obtener por lo que buscarían activos de más riesgo. Nosotros hemos visto esto recientemente cuando los inversores compraron de forma masiva los bonos subprime por esa prima de rentabilidad, aunque asumieran más riesgo.

Pero no solo los analistas señalan los riesgos de unos tipos tan bajos, ayer mismo Thomas Hoening, presidente de la Reserva Federal de Kansas, afirmó que la FED debería haber aprendido de los riesgos que supone mantener los tipos demasiado bajos durante demasiado tiempo, como sucedió a principios de la década de 2000, lo que llevó a expandir el crédito de una manera rápida y en exceso, y que fue el germen de la crisis inmobiliaria y financiera posterior.

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