* – Me preguntaron ayer: “Cuando acabe la crisis, ¿volveremos a vivir bien?”. Me quedé un instante en silencio meditando la respuesta. Era una mujer joven, no con seis masters pero si formada, se halla ocupada. “No” le respondí.
Me miró decepcionada, angustiada, casi. “¿No?”, inquirió esperando una rectificación a mi negativa. Reparé en un par de cosas en las que hasta ese momento no había caído, o sí, pero que daba por sentadas. Primera: la gente ya da por sentado que la situación económica, social, está mal, incluso que puede ir a peor, pero aún da por supuesto que será un mero bache en su tránsito personal, una especie de mala experiencia. Segunda: la población, en términos generales, no tiene grandes objetivos económicos: muy pocas personas aspiran a tener un Ferrari y casi todo el mundo da por sentado que nunca poseerá uno, pero lo que sí buscan es vivir bien, y los años pasados son un buen referente, un buen patrón para materializar la idea “vivir bien”.
“¿No?”, me había preguntado mi consultante; mi respuesta continuaba siendo la misma, pero la expresión de su rostro denotaba que esperaba una especie de aclaración que incluyera una posibilidad de esperanza. “No porque es imposible volver a consumir como se ha estado consumiendo estos años”.
“¿Por qué?”, insistió. “Porque se consumía según el crédito que se obtenía, y era mucho, pero los bancos y las cajas deben muchísimo porque pidieron prestado para dar créditos, porque la gente no puede endeudarse más, pero, a la vez, sobra de todo: coches, neveras, caramelos de menta, videojuegos, cruceros por el Caribe, … a la vez que existe una enorme capacidad de producir todo eso que sobra”.
A mi interlocutora se le encendió una luz. “¿Y el paro?”. “Seguirá siendo elevado: existe un excedente de personas que quieren trabajar pero no son necesarias para producir lo que hay que producir”.
Se quedó pensativa. “Luego nuestros hijos vivirán peor”. “Vivirán de forma diferente pero, desde luego, no podrán tener el estándar de consumo de estos años pasados, entre otras razones porque las materias base con las que se fabricaban esas cosas que consumían escasa vez más escasa, y para consumir servicios, como ir al cine, cada vez habrá menos renta”.
Me miró en silencio y movió la cabeza.
* – Dice la DGT que las bicicletas podrán circular por las aceras de más de tres metros y que se desea convertir a la bici en el medio de transporte urbano por excelencia. Esto, lo de las bicis pienso que es un jalón más en aquella cosa que hace algunos años comenzó su andadura con un nombre bastante peculiar: “pacificación de tráfico”.
Peatonalización de zonas en las ciudades, restricciones de tráfico, imposibilidad de aparcamiento, reducciones de velocidad, ahora la generalización de las bicis (peajes a la entrada, no: ni las redes de transporte público lo permitirían, ni en bolsillo lo soportaría, ni las urnas lo tolerarían). Dicen que es para reducir la contaminación, y por seguridad. (He realizado la pregunta cientos de veces y nunca he obtenido respuesta: Alemania es el país de Europa que tiene una de las menores tasas de siniestralidad en sus carreteras … a pesar de que en un porrón de Kms. de sus autopistas no existen límites de velocidad, la pregunta: ¿por qué se dan en el mismo país ambos fenómenos?).
Bien. Lo de la pacificación del tráfico, sí. Pienso que es una estrategia para preparar un futuro cada vez más cercano en el que muy pocos automóviles van a poder circular / van a tener necesidad de circular. Combustible crecientemente más caro, desempleo creciente, actividad a la baja. Pacificar el tráfico equivale a dificultarlo, a reducir su intensidad y su volumen; si va a caer pero previamente ha sido disminuido por ley, se nota menos, se percibe mejor, se soporta menos mal, se vive de otra manera: “Paseemos, vayamos en bici: es sano y más seguro, aunque lo que sucede es que el coche no hay quien lo toque, pero en fin”.
En cuanto me enteré de lo de las bicis a la cabeza me vino una iniciativa parecida que puso en marcha el Gobierno cubano durante el Período Especial. ¿Qué fue el Período Especial?, mírenlo en Google, mírenlo.
* – Nueva Rumasa (NR). La CNMV advirtió en siete ocasiones, cierto; avisó de que podía haber riesgos, ciertísimo; pero la realidad es que un montón de gente va a perder sus ahorros, ya, ya: cada cual ha de saber dónde se mete, y quienes se meten son mayorcitos para saber dónde se meten, esa es la teoría, en la práctica las cosas van de otra manera.
Si un organismo como la CNMV lanza siete avisos en relación a un producto para captar inversión es que tiene más que ‘serias dudas’ sobre la viabilidad del producto y en relación a las posibilidades del emisor. Lo que plantea un dilema.
Las autoridades económicas, en el caso de NR, no han podido intervenir hasta que se han puesto de manifiesto los problemas, pero el precio social ha sido que un montón de pequeños inversores, ordinary people, tal vez pierdan hasta la camisa. La pregunta, el dilema: ¿no tenía alguien que haber intervenido antes?. Si una patrulla de tráfico observa que un vehículo realiza maniobras extrañas le dará el alto, no esperará a que se estrelle para comprobar el nivel de alcohol de su conductora o conductor, ¿por qué en el caso de NR, por ejemplo, no se ha dado tal actuación?.
Si está archiadmitido que la medicina preventiva es más eficiente y más barata que la curativa, ¿no podría / debería haber una especie de control preventivo?; siempre, si: también en los casos en los que los productos utilizados no precisen de control previo. Si mejor es prevenir que curar lo será siempre, ¿no?.
* – Me remite un mail un lector, me relata lo que le ha relatado una camarera de un bar de un aeropuerto del reino: ‘Voy todos los días al fisioterapeuta cuando salgo de trabajar. No me atrevo a pedir la baja, porque me echan seguro, pero yo con que me paguen al fisio me conformo. Doce horas de trabajo en la cafetería con tantos dolores solo los alivio algo a las 10 de la noche cuando el fisio me da unos buenos masajes. Trabajo como una negra por 600 euros y lo que manden, porque como rechiste, a la calle. Tengo una hija y marido sin trabajo. Es lo único que entra en casa de dinero y el banco cualquier día nos echa de la casa porque no podemos pagar el crédito. Antes entre mi marido y yo no bajábamos de los 3.000 euros al mes y ahora ya vas viendo’.
* – Un grupo de técnicos está haciendo la autopsia de la situación en que se halla Portugal a fin de determinar qué medidas debe ejecutar el país que ha solicitado el rescate. Pregunta: y el pueblo, la población, ¿qué papel desempeña en esta historia?; respuesta: absolutamente ninguno: ¿qué papel podría desempeñar?.
* – ¿Alguien lo dudaba?: España no tiene que caer, y para eso se han de abordar sus problemas: las ¡necesidades de las Cajas, por ejemplo, y para eso ahí está China: pone un pie en el sistema financiero español, resuelve un problema, ayuda a parar un golpe, refuerza la imagen de confianza que se pretende reforzar, China gana influencia política en España, potencia la defensa de sus intereses, …; el caballero blanco, sí. España no va a caer, pero que nadie piense que eso va a salir gratis y que no va a suponer un empeoramiento de las condiciones de vida de la ciudadanía: precios y recortes, sí.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
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