Carlos Montero.
Rosenberg ha sido un bajista permanente en el mercado de acciones durante este proceso alcista. Sin embargo, sus observaciones sobre la inflación han sido correctas durante todo este periodo. Él abogaba por un escenario de inflación controlada, con riesgo deflacionista, cuando una gran cantidad de economistas preveían un periodo de hiperinflación.
El gestor de Gluskin Sheff, comenta que en los medios de comunicación no hay escasez de artículos donde se ataca a un enemigo común – el mercado de bonos. Después de todo, para el típico gestor de cartera de renta variable que tiene exceso de peso en este mercado, debe ser una molesta sensación volver a casa todas las noches viendo a los rendimientos de los bonos cada vez más bajos (haciendo así que los precios suban cada vez más) una clara ratificación de un crecimiento no sostenible en la economía y en los beneficios. En un momento en el que la Fed se está retirando gradualmente, la extensión del lastre de las medidas fiscales en todos los niveles del gobierno no se debe subestimar…
Mientras tanto, el sentimiento hacia los bonos sigue siendo profundamente negativo (que en la jerga del mercado es un “contrario positivo”). Existen multitud de artículos periodísticos que disertan sobre el asunto básicamente concluyendo que: el mayor problema en el mercado de bonos es que podría revertir su tendencia muy fácilmente. Con los tipos tan bajos, el mejor escenario posible sería que se mantuvieran planos; el peor y más probable es que suban. Y sin embargo, ningún medio parece acordarse del mercado corporativo, incluso cuando la última semana vimos un récord de emisiones de 30.000 millones de dólares!
“Vaya, ¿no oímos esa clase de argumentos todo el año pasado? ¿Y qué tenemos? Una rentabilidad del bono a 10 años que se mantiene en un rango del 2-4%”, dice Rosenberg. Y aquí tenemos el fin del apoyo gubernamental a los activos de riesgo, una economía global que se está enfriando y una inflación en las materias primas que ya ha tocado techo. Las preocupaciones sobre Grecia también están provocando una gran rotación hacia activos seguros y con un rendimiento del bono a 10 años griego que se mueve por encima del 16,5% parece que los mercados están apostando alguna clase de default en el país.
Y los hechos. La rentabilidad del 3,07% en el bono estadounidense a 10 años (por donde pasa la media de 200 sesiones) representa un nivel crítico desde el punto de vista técnico. Por el momento ese soporte se mantiene. Si se pierde la convergencia de las hipotecas debería llevarlas a la baja hasta el 2,9%. Y el rally que estamos viendo en los últimos tiempos en el mercado de bonos está ocurriendo con la vuelta del miedo de la deflación. El CDS 5-años se ha ampliado hasta los 51 puntos básicos.
Por supuesto, la deflación ahora va a volver a levantar cabeza, señala Rosenberg. Los precios del petróleo han descendido un 13% desde el máximo. Los metales están un 10% por debajo de su reciente máximo y cotizando bastante por debajo de sus medias de 50 y 200 sesiones. Los precios de las materias agrícolas han corregido un 10%. El oro ha perdido fuelle y la plata se ha desplomado un 35%. “La deflación es la principal amenaza, no la inflación”, concluye Rosenberg.
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