* – En año pasado tuve la oportunidad de formular un par de preguntas al entonces Ministro de Trabajo, el Sr. Celestino Corbacho, fue en una de mis participaciones en el programa de radio La Ventana. Pregunté al Sr. Corbacho si la reforma laboral entonces a punto de ser aprobada serviría para aumentar la población ocupada y si gracias a ella se reduciría la tasa de desempleo. El Señor Ministro me respondió que sí, ‘si el PIB crecía sólidamente y los bancos volvían a conceder créditos’. En la misma cadena, hace unas semanas, el Comisario de la Competencia manifestó que para que la economía española crezca debe reducir su inflación. Juntemos todo.
Para crear ocupación España debe crecer, y para crecer, además de que las entidades financieras vuelvan a financiar actividades empresariales (El Sr. Joaquín Almunia no negó este extremo), la inflación ha de ser controlada. Bien, razonemos.
Para que la inflación descienda, o bien aumenta brutal y rápidamente la productividad, o bien los costes de producción de todo se hunden. Un aumento salvaje de la productividad es imposible: se precisarían cantidades enormes de capital, y la economía española no es atractiva para atraer esos volúmenes de fondos productivos, pero es que, de lograrlo … el desempleo se dispararía al ser necesario muchísimo menos factor trabajo. Por otra parte, el hundimiento de los costes de producción sería posible si se hundieran los precios de los factores productivos, de los salarios, sí, pero, evidentemente, no sólo: piénsese en todos los factores y bienes de capital que España importa y que difícilmente van a bajar su precio sólo porque a España le interese; en consecuencia, pueden bajarse los salarios -a costa de empobrecer a la población-, pero no, por ejemplo, el petróleo.
Ya, existiría otra opción: subir tremendamente el IVA a fin de reducir el consumo y que así los precios cayeran, pero esa vía, al margen de que drenaría recaudación fiscal al Estado (lo que supondría nuevos recortes en el gasto público), sólo sería posible si todo lo que aquí no se vende fuese exportado, es decir, el resto del mundo le comprase a España todo lo que a España le interesa vender, lo que, la verdad, es muy arriesgado suponer.
En resumen, las opciones de que el número de desempleados caiga en España son remotas. La economía española, su modelo productivo, ni es el marroquí ni es el sueco, por lo que lo que en otros sitios podría funcionar, aquí no funcionaría, o sí, pero entonces deberíamos asumir demasiadas cosas.
En la misma entrevista el Sr. Almunia manifestó que los años de tipos bajos fueron negativos para la economía española porque posibilitaron un endeudamiento desmedido. ¡Vaya!, sorprende oír eso debido a que fue gracias a esa época de tipos reducidísimos cuando ‘España fue más que bien’, fue debido a los tipos bajos cuando España pudo crecer del modo como nunca antes en democracia había crecido. Denostar los tipos bajos y el alto endeudamiento es denostar el crecimiento habido, lo que ya está sucediendo: cada vez son más quienes dicen que para lo que está viniendo, mejor no haber crecido lo que se creció. ¿Compartirá el Sr. Comisario de la Competencia este razonamiento?.
* – En USA, en el 2010, mientras la remuneración media de los megadirectores de las supercompañías aumentaron el 27%, la del asalariado medio lo hizo el 2,1%. Pienso que el mensaje de esta comparación de porcentajes está claro: el alto directivo cada vez es más necesario mientras que el trabajador ‘de a pie’ cada vez lo es menos; ¿por qué?, pues porque el alto ejecutivo hace que el valor generado en relación a los inputs aumente y los trabajadores normales lo que hacen es aportar algo: su trabajo, un input del que cada vez se necesita menos.
Es muy simple: cada vez se precisa menos cantidad de factor trabajo para que contribuya a fabricar la cantidad de bienes que sean necesarios, y cada vez menos cualificación es precisa en la mayoría de los empleos debido a la creciente simplificación de la tecnología de que se va disponiendo. Los directivos, con su inicaitiva, combinan factores, mejoran productividades, lo aumentan el valor de las compañías, los trabajadores contribuyen cada vez menos y siguen el camino que se les marca. Pero también es decreciente el número de directivos que para hacer eso son necesarios.
Ya, cada vez las desigualdades serán mayores, la pobreza más elevada, y superiores las carencias de más personas, como entre finales del siglo XIX y principios del XX, cuando apareció el Darwinismo social. Bueno, como entonces siempre puede aparecer un clérigo que diga algo parecido a ‘Si esas cosas suceden será porque Dios lo ha querido’.
* – En España se está produciendo un desplazamiento de población activa hacia el sector agrario desde los otros dos, ¿por qué?, fundamentalmente porque esa población activa piensa que en la Agricultura tienen más posibilidades de ocupación. Mal asunto. El campo cada vez es más tecnológico y menos manual, cada vez se precisan más conocimientos, pero conocimientos vinculados a máquinas y a software, es decir, a capital. Hace ya tiempo que los invernaderos holandeses son más productivos que los de Almería, y en éstos el capital ya es esencial. Siempre quedarán los productos con denominación de origen que, además de tecnología requerirán factor trabajo, pero no sé si podrán absorber a esa creciente población activa agraria, sobre todo debido a los precios de sus cultivados. Complicado.
* – ¿Segundo rescate a Grecia y a Irlanda?, ¡claro! y tal vez veremos un tercero, y con una mayor monitorización de sus economías desde el exterior (u oficialización del hecho de que ya estén bajo vigilancia: ‘mediante métodos electrónicos de seguimiento’). Hay que ganar tiempo y, a la vez, hay que ir amortiguando la caída: hay que esperar a que se asimilen las conclusiones de los stress tests, y puedan diseñarse las quitas, y se acaben de calibrar a quienes no van a poder pagar sus viviendas y sus automóviles. Ayer por la mañana me preguntaron: ‘¿crees que dejarán caer a algún banco?’; desde 1.000 metros de altura pienso que no, pero desde 1 metro, tal vez, tal vez.
El truco está en ir por delante iluminando el camino que han de recorrer quienes van detrás: la inmensa mayoría, para que vean donde pisan: aunque sea terreno baldío. Es imprescindible que haya paz social, que ‘la gente’ vaya aceptando lo que va llegando porque-no-hay-nada-más-para-aceptar. Hasta que llegue el momento que haya que sacar el hacha y la motosierra: entonces ya no habrá alternativa (ya no la hay: A – B – D – E …) ¿Un segundo rescate?, y un tercero; ¡será por bits de ordenador!.
* – En Julio del 2009 Caja Madrid adquirió la que entonces era conocida como Torre Repsol, en Mayo del 2011 se dice que Caja Madrid estaría considerando venderla. En Julio del 2010 el precio de tal inmueble ascendía a 815 M €, en Mayo del 2011 el valor de tal inmueble, también se dice, se sitúa en 400. Preguntas: ¿a cuántos inmuebles del reino sería consecuente aplicar una desvalorización del 50,6% en dos años?; ¿y una del 40%?; ¿y una del 30%?.
* – La RFA vuelve a decir que en el 2022 apagará las centrales nucleares (lo dijo en el 2002 y se desdijo en el 2010). ¿Brindis al Sol de Frau Merkel, maniobra electoral de distracción o posibilidad cierta a corto plazo de una verdaderamente eficiente y nueva fuente de energía?.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
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