Mariña Martínez Malvar, Client Trading Services, Saxo Bank.
Cuando veo todas estas noticias nos preguntamos por qué todavía el perfil del inversor español pasa por estar fuertemente ponderado en el Ibex y, más que en el Ibex, en las grandes de nuestro índice.
De entre los grandes valores del Ibex 35 destacan unos bancos que están en una situación de incertidumbre. Sin ir más lejos, en la más reciente publicación de la OCDE “la perspectiva del mercado respecto a la soberanía europea y la crisis bancaria” podemos ver comentarios que atentan a la capitalización de los bancos españoles los cuales continúan con unos activos mobiliarios supravalorados, al igual que poseen una gran parte de su cartera en instrumentos de deuda pública.
En esta línea, dentro de poco tendremos los test de estrés en dónde quizás salgan a relucir parte de las verdades que todo el mundo está comentando y para las que todavía no tenemos soluciones.
Y el riesgo que se le plantea a un inversor con toda su cartera destinada al Ibex35 es grande ya que con el descenso que están sufriendo los bancos en el panorama actual de incertidumbre, reclamos sociales y conflictos políticos, puede llevar a una bajada de las bolsas. No obstante, mi objetivo no es ser alarmista, simplemente mostrar una realidad que nos ayude a ser conscientes de la situación y ayude a diversificar y cubrir posiciones con el propósito de obtener rentabilidad, independientemente de la situación puntual de las economías del sur de Europa.
A parte de los países intervenidos y en proceso de intervención, la economía mundial ha continuado con su recuperación. Del estímulo fiscal inicial observamos ya muestras de la consolidación fiscal y la demanda privada parece haber tomado impulso en la carrera de aumento del gasto y del consumo.
Tenemos un riesgo inflacionario en los países emergentes acompañado de unas altas perspectivas de crecimiento, que quizás podamos aprovechar a partir de la presencia internacional. Podemos acceder a muchos mercados del mundo a partir de compañías y ETF situados en Europa y Estados Unidos, las cuales no solo nos dan la certeza de acceder a través de un medio conocido, sino que también el poder invertir en euros y dólares nos limitan el riesgo y la exposición a un amplio rango de divisas.
Nos hemos propuesto ir buscando cuáles son las mejores alternativas a partir de las perspectivas que recientemente el FMI ha dado respecto al crecimiento mundial que observaremos del 2011 al 2016.
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Ciertamente, muchas de las economías con mejores perspectivas tienen un riesgo añadido suficiente que hacen que nos encaminemos a otras que, aún teniendo unas perspectivas esperadas ligeramente más bajas, tienen estabilidad y bajo riesgo añadido, lo cual las convierte en objetivos preferentes de nuestros fondos.
En este gráfico podemos ver la evolución del crecimiento mundial con la participación de cada uno de los países. Resulta destacable la evolución presentada ya que, como podemos ver, la zona en la que se encuentra España queda relegada a una mínima porción dentro de todo el crecimiento. Por lo tanto ahora la duda es, ¿nos vamos a perder toda esta potencialidad de beneficio oprimiéndonos y limitándonos en una única economía?
Sin ir más lejos, podemos echarle un vistazo aislado a Latinoamérica, es curioso porque justamente es en esos mercados dónde muchas de nuestras grandes empresas obtienen los mayores beneficios y quizás sea racional hacer lo mismo en nuestras carteras privadas, pudiendo así abarcar un mayor número de sectores, de mercados y compañías que nos ayuden a reducir el riesgo y aumentar a la vez las potenciales retribuciones a las que podemos optar.