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EE.UU. podría provocar un enfrentamiento entre China y la India, según Paul Craig Roberts

Carlos Montero. Hoy voy a publicar un artículo que se sale de mi línea habitual de análisis, y que es extremadamente alarmista, y seguramente para algunos lectores, algo fantasioso. Pero la reputación y el historial del personaje que lo realiza es tal, que creo deberíamos prestarle cierta atención. Antes de nada hablaré sobre el autor: […]

Carlos Montero.

Hoy voy a publicar un artículo que se sale de mi línea habitual de análisis, y que es extremadamente alarmista, y seguramente para algunos lectores, algo fantasioso. Pero la reputación y el historial del personaje que lo realiza es tal, que creo deberíamos prestarle cierta atención. Antes de nada hablaré sobre el autor: Paul Craig Roberts.

El señor Craig fue asistente del secretario del Tesoro de los EE.UU. durante la presidencia de Reagan. Fue editor de Wall Street Journal. Ha ocupado numerosos cargos académicos, entre ellos presidente del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales de la Universidad de Stanford, y destacado investigador de la institución Hoover. Fue condecorado con la Legión de Honor por el presidente francés Francois Mitterrand. Entre otras cosas.

Un currículo destacado, ¿no?

Bueno, pues este analista sostiene que una corriente influyente de neocons en EE.UU. cree que la única forma por la que el país americano puede limitar el creciente poder de China en el futuro, es provocar una guerra entre éste y la India. Lo se, suena descabellado, pero veamos porque este insigne personaje cree esto:

La puesta en escena de la muerte de Bin Laden por una incursión de un comando americano, violando la soberanía de Pakistán, fue vendida al presidente Obama por un grupo de militares y asesores de seguridad nacional, como una forma de elevar a Obama en las encuestas.

El ataque sucedió en un momento en el que la desaprobación del presidente de los EE.UU. era creciente, pero el verdadero propósito de estos militares, más allá de la muerte del terrorista más perseguido de la historia, era mostrar a Pakistán que los EE.UU. pueden atacar en el país cuando y donde ellos quieran. Los neoconservadores y cada vez más estamentos militares, defienden que no se podrá vencer a los talibanes a menos que la OTAN amplíe el terreno de operaciones a Pakistán, donde los talibanes supuestamente tienen santuarios protegidos por el gobierno paquistaní.

Pakistán entendió el mensaje de EE.UU. y corrió a China. El primer ministro del país, Yusuf Raza Gilani, partió a China el 17 de mayo, declarando que deseaba que China se convirtiera en el mejor y más fiel amigo de Pakistán. China ha construido un puerto para Pakistán en Gwadar, cerca del estrecho de Ormuz. El puerto puede convertirse en una base naval china en el Mar Arábigo.

En una reciente conferencia el Ministro de Defensa paquistaní, señaló que para una gran mayoría de oficiales del país, la mayor amenaza para Pakistán es EE.UU. no India.

Por otro lado, China, preocupada por la India, está dispuesta a aliarse con Pakistán. Además, China no quiere que los EE.UU. estén en su frontera, como sucedería en caso de que EE.UU. incrementara su presencia e influencia en Pakistán.

China mostró su descontento con la amenaza de EE.UU. a Pakistán, y aconsejó a Washinton que respetara la soberanía de Pakistán, añadiendo que cualquier ataque a Pakistán sería considerado un ataque a China.
Este ultimátum chino no fue informado en la prensa de EE.UU., pero sí se hizo en la prensa india. India está cada vez más preocupada por la intensificación en las relaciones entre China-Pakistán.

Los EE.UU. están siendo serviles a la India, a veces de una manera vergonzosa, incluyendo el sacrificio de puestos de trabajos estadounidenses a favor de la India. Recientemente se han producido grandes ventas de armas de EE.UU. a la India, así como ejercicios militares conjuntos.

Estos neocons, quieren que EE.UU. provoque el enfrentamiento entre China y la India, con lo cual ambos quedarían eliminados como amenazas potenciales. Quedando únicamente Rusia, rodeada de misiles de EE.UU. y aislada de Europa por la OTAN. Por otro lado, un alto porcentaje de la juventud rusa admira a los EE.UU. y odia el autoritarismo del estado ruso, lo cual le hace más débil de cara al exterior.

Posteriormente vendría el derrocamiento de los gobiernos “no amigos” de Sudamérica, como el de Venezuela, lo cual incrementaría aún más el poder de EE.UU. en el mundo.

Esto es lo que señala Paul Craig Roberts. ¿Se le puede calificar de conspiranoico, y rayando la paranoia? Quizás, pero como decíamos anteriormente, este analista geopolítico tiene acceso a información vetada para la inmensa mayoría de los ciudadanos, por lo que, al menos, deberíamos escucharle con cierta atención.