Carlos Montero.
1. Casi todos los principales bancos de Wall Street están planeando despidos masivos.
Barclays Capital, Goldman Sachs, Bank of America, JP Morgan Chase y Morgan Stanley, están entre estas instituciones financieras con planes de recortes de personal. El sector bancario, fiel reflejo de la economía, anticipa los movimientos que veremos posteriormente en otros sectores. Se incrementa el miedo a que la ralentización económica se traslade al mercado laboral, lo cual empezamos a ver en los componentes de empleo de diversos indicadores adelantados.
2. Un ciclo de retroalimentación negativa ha tomado el control de Wall Street. Esto significa que las malas noticias económicas están creando un ambiente de pesimismo, que crea aún más malas noticias, que a su vez incrementan el pesimismo…
3. La OPEP anunció que la producción de petróleo no se elevará, lo cual probablemente incrementará los precios del crudo en las próximas semanas. Por primera vez desde 2008, el gasto energético de los EE.UU. ha alcanzado el 9% del PIB. En aquellos momentos la economía entró en una importante recesión.
Las ventas minoristas en la gasolina como porcentaje de las ventas totales, han alcanzado el 10,7%, que es el mayor nivel desde octubre de 2008. Cada vez este gasto está tomando más importancia en la totalidad del gasto del consumidor americano, por lo que subidas de precios adicionales del petróleo provocarán caídas en su renta disponible, limitaciones en su poder de compra, y reducción por tanto del consumo.
4. La QE2 terminará a finales de junio, y todo apunta a que no esta medida de flexibilización cuantitativa no será renovada. Hasta hace unos días existía la esperanza, debido a los datos que apuntan a una moderación del crecimiento, que se implementara una QE3. Las últimas declaraciones de miembros de la Reserva Federal, incluyendo su presidente, alejan esta posibilidad.
5. Moody’s advirtió recientemente que podría rebajar las calificaciones de deuda de Bank of America, Citigroup y Wells Fargo. Pero no son únicamente los bancos los que están amenazados por una rebaja de rating, la propia calificación de la deuda soberana de EE.UU. y el Reino Unido están en riesgo.
6. La fe sobre el dólar USA sigue disminuyendo. Volviendo al punto anterior, el pasado 18 de abril S&P cambió su perspectiva sobre la deuda de EE.UU. de estable a negativa, y advirtió que los EE.UU. podrían perder pronto su calificación de triple A. China cada vez es más reacia a comprar bonos del Tesoro de los EE.UU., y esto presionará a la baja al dólar y al alza los tipos de interés.
7. La confianza del consumidor de EE.UU. está ahora más baja que en septiembre de 2008, cuando Lehman Brothers colapsó. El gasto del consumidor constituye aproximadamente el 70% de la economía de los EE.UU. y los últimos indicadores adelantados apuntan a una reducción del consumo privado.
8. Malos datos económicos se han publicado en los últimos tiempos: Los últimos datos del sector inmobiliario son preocupantes. Los precios de la vivienda de EE.UU. han caído más del 5% interanual, las casas pendientes de ventas se han derrumbado y las ventas inmobiliarias de segunda mano han sido decepcionantes. La mejora de la tendencia de las solicitudes de subsidios por desempleo se ha detenido. El PIB del primer trimestre no se ha revisado al alza. Los pedidos de bienes duraderos se han reducido, Los datos de las encuestas de la Fed de Filadelfia, de la Fed de Richmond, y de la Reserva Federal de Chicago, fueron muy decepcionantes.
9. Reputados economistas y analistas financieros están advirtiendo sobre un inminente colapso financiero. Paul Krugman, Nouriel Roubini, Albert Edwards…
10. Según el último sondeo de la CNN/Opinion Research Corporation, el 48% de los americanos creen que es muy probable o algo probable, que los EE.UU. experimentarán una depresión en los próximos 12 meses. Wall Street está muy influenciado por el estado de ánimo general de la nación.
Que las condiciones actuales de los mercados son peligrosas, eso nadie lo discute, pero tampoco habría que olvidar que el tejido empresarial en EE.UU. y Europa ha realizado en los últimos años un enorme esfuerza de reestructuración y eficiencia, diversificando geográficamente sus fuentes de ingresos, y con unos balances mucho más sólidos.
Es posible que veamos movimientos de pánico vendedor en las bolsas ante cualquier empeoramiento de la situación de crisis de deuda en Europa, o por una ralentización económica en EE.UU. o en China, mayor de lo esperado. Pero estas caídas deberían aprovecharse para tomar posiciones largas en los mercados, pues la recuperación económica a finales de 2011 y en todo 2012 se acelerará, y con ella, los beneficios empresariales, y los títulos de estas compañías.