Un puñado de las mayores compañías de España e Italia, formado por Telefónica, Enel, Telecom Italia e Iberdrola, ha puesto fin en octubre al paréntesis de dos meses en el que los mercados han permanecido huérfanos de emisiones de deuda por parte de las empresas de la periferia del euro tras lograr colocar 4.600 millones en bonos en medio de una fuerte demanda.