Icono del sitio Comunidad ENP

El proceso de ajuste permite recuperar rentabilidad, liquidez y solvencia al sistema financiero

El intenso proceso de reestructuración y
recapitalización aplicado al sector financiero español ha dado sus frutos y a día de
hoy los bancos españoles están entre los más eficientes de Europa, han
incrementado su rentabilidad, están convergiendo hacia los mayores niveles de
liquidez y solvencia del sector y se encuentran en una posición relativa favorable
respecto a sus homólogos europeos para afrontar a finales de este año las pruebas
del BCE.
Santiago Carbó y Francisco Rodríguez llegan a estas conclusiones en el artículo
publicado en el último número de Cuadernos de Información Económica, editada
por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), tras analizar diferentes
indicadores de rentabilidad, solvencia y eficiencia de los bancos españoles y
compararlos con los de las entidades de otros países europeos.
El incremento de la rentabilidad bursátil de los cinco grandes bancos españoles ha
alcanzado el 25% de media, muy por encima de las entidades alemanas.
El margen financiero neto de los bancos que operan en España se sitúa en el 1,70%
de sus activos totales, porcentaje superior al registrado en Francia (1,05%), Reino
Unido (0,90%) y Alemania (0,76%). El ratio de eficiencia de las entidades españolas
(costes operativos/margen bruto) es el más favorable de la UE, un 50% frente al 70%
en Alemania, el 67,6% en Francia o el 63,4% en el Reino Unido.
También los indicadores de rentabilidad son superiores. La rentabilidad sobre activos
(ROA) se situó el año pasado en el 0,49%, muy por encima del Reino Unido (0,37%),
Francia (0,35%) o Alemania (0,20%).

Por lo que se refiere a la solvencia, el ratio de capital Tier 1 ha pasado del 9,65% en
2012 al 10,76% en 2013, aun por debajo de Francia (12,64%), Reino Unido (13,18%) y
Alemania (14,78%).
La paulatina normalización del sistema financiero español es uno de los factores que
están devolviendo la confianza de los inversores internacionales en la economía
española. Una mejora que se manifiesta a través del crecimiento de la inversión
extranjera, tanto directa como en cartera, y en la exposición de la banca
internacional a la deuda española.
Joaquín Maudos analiza los datos publicados por el Banco Internacional de Pagos de
Basilea, según los cuales a partir de junio de 2011 –tras el estallido de la crisis de la
deuda soberana- la tenencia de deuda pública española por parte de la banca
extranjera se redujo casi un 25%. Sin embargo, desde mediados de 2012 hasta junio
de 2013, ha aumentado un 5%.
En mayor medida, un 9,4%, se ha incrementado la exposición de los bancos
internacionales a la deuda emitida por las entidades españolas. Un crecimiento que
contrasta con la reducción de casi el 34% que se registró durante la crisis.
Por el contrario, la deuda de empresas españolas en manos de bancos extranjeros no
ha dejado de caer en estos años (un 22% desde finales de 2010 hasta junio de 2013),
una evolución lógica como consecuencia del proceso de desendeudamiento que
están llevando a cabo las compañías.
La conclusión de ese proceso es uno de los factores que condiciona la normalización
del crédito y que determinará la consistencia de la recuperación de económica.
Según Angel Laborda y María Jesús Fernández, a lo largo de 2013 se ha continuado
avanzando en la corrección de algunos de los desequilibrios más importantes de la
economía española, a través de la recuperación de la competitividad en costes y la
reducción del endeudamiento privado. El ajuste de la demanda interna podría haber
terminado ya, pero en otros ámbitos, como el inmobiliario, apenas se ha avanzado en
la reducción del parque de viviendas sin vender y también queda un largo camino en
lo referente a la corrección del déficit estructural de las Administraciones Públicas.
Para 2014 se espera una ligera creación de empleo y un moderado aumento del
consumo, aunque la renta de las familias solo crecerá levemente. También se espera
un modesto repunte de la inversión en bienes de equipo financiada principalmente
con recursos propios de las empresas.
Daniel Fernández Kranz analiza los resultados de la última reforma laboral y concluye
que siguen resultando necesarios esfuerzos adicionales para combatir dos problemas
clave: la elevada tasa de paro juvenil y el desempleo de larga duración. Aunque
considera la reforma de 2012 un buen punto de partida para atajar los problemas del
mercado de trabajo, cree necesario poner en marcha medidas adicionales para
mejorar la productividad, reducir el trabajo temporal e impulsar las políticas activas
de empleo.

Salir de la versión móvil