¿En cuántas ocasiones vemos y/o escuchamos: ha subido la Bolsa, han bajado los valores, la Bolsa de Madrid ha experimentado un aumento, etc.? ¿Cuántas de esas ocasiones sabemos exactamente de lo que están hablando? Sí, todos podemos adivinar que se trata de un índice económico por el cual se mide el poder monetario de ciertas empresas que participan en ella y que se hace extensible a la economía de todo un país pero, ¿En qué consiste exactamente la Bolsa?
Un concepto tan conocido como desconocido
La Bolsa es algo que nos afecta en el día a día sin apenas darnos cuenta, y es producto de titulares de forma diaria y varias veces, pero aun entendiendo que sus efectos los podemos notar tarde o temprano en nuestros bolsillos, para los no inversores cuesta involucrarnos en algo tan, a priori, matemático.
¿Se trata de una suma de operaciones financieras que rigen el mercado económico? En principio podríamos afirmar que en eso consiste la Bolsa, pero estaríamos reduciendo el concepto a su mínima expresión. Siendo más específicos podríamos definir la Bolsa como el instrumento que canaliza el ahorro hacia la inversión productiva. Una forma de financiación para las empresas y de inversión para los ahorradores, facilitando la movilidad de la riqueza.
En resumen se podría ejemplificar como que se trata de las operaciones por las cuales un sujeto financia a una empresa aportándole una cantidad que ésta última reinvierte esperando que con ella obtenga mayores beneficios, los cuales reparte entre todos aquellos que han aportado su capital. El famoso riesgo viene si no se obtienen beneficios, ya que en ese caso no sólo no se reparten al ser inexistentes, sino que tampoco se devuelve lo invertido.
Un instrumento vital en la economía
El principio por el cual se rige nuestras economías del S.XXI consiste en que el dinero fluya. Las economías van en la buena dirección y crecen cuando se incentiva el consumo, y sin olvidar también la sana y necesaria costumbre del ahorro para imprevistos o como colchón financiero, que el dinero cambie de manos faculta el reparto y crecimiento de la riqueza.
Por ello hablábamos de la Bolsa como instrumento que moviliza la riqueza, ya que si destinamos todo el monto sobrante únicamente al ahorro, la economía se estanca o decrece, debilitándose y quedando el capital en pocas manos.
Fórmulas para entrar en el mundo de la Bolsa
Sin existir una receta mágica que asegure buenos resultados, se puede entrar en Bolsa sin tener excesivos conocimientos bursátiles. ¡Ojo! La Bolsa no es un juego de azar, por lo que siempre tenemos que tener claro que los valores que compremos en ella pueden disminuir o perderse directamente y que, por tanto, no deben tratarse como si de una cuenta de ahorro consistiera buscando una fácil rentabilidad.
Si no se está muy seguro del funcionamiento, lo mejor es contar con asesoramiento profesional o buscar fórmulas que permitan familiarizarnos con el entorno sin arriesgar un capital importante. Empresas como Zone Options operan con estos dos principios como base: un equipo de expertos preparado para cualquier consulta y un funcionamiento sencillo, por lo que puede ser una buena fórmula de entrar en el mundo bursátil tanto si se es profesional como amateur.