Inglaterra aportó en 2014 (últimos datos cerrados), 4397 millones de euros netos a la UE, cifra que se obtiene de la diferencia de los 11342 millones de euros aportados por este país, menos las devoluciones por parte de la UE que fueron de 6945 millones en ese año. En nuestro caso, España aporta el 8’18% del total del presupuesto Europeo, lo que al final se traduce en una devolución de 305’7 millones de euros, dato de 2014.
Una consecuencia directa de la salida de Inglaterra sobre nuestra economía es que España tendrá que aportar 360 millones de euros más al presupuesto europeo, por lo que al final resultaría en cifras negativas o lo que es lo mismo, pasaría a ser contribuyente neto de la UE.
Inglaterra es el principal mercado para los productos agrícolas españoles, en 2014 casi el 8% del volumen total de exportaciones fue a parar a dicho país. Por lo que tras el brexit, existe mucha incertidumbre en el sector agrícola por lo que ocurrirá en el futuro a corto o medio plazo.
Ante la pregunta por parte de los parlamentarios europeos sobre qué consecuencias tendría sobre la agricultura europea la salida de Inglaterra de la UE, realizada en septiembre de este año, el presidente Junckers respondió que por ahora y respetando el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, este estado seguirá siendo parte de la UE, con todos los derechos y obligaciones que ello implica. Dejando sin responder la pregunta y creando más escepticismo entre los agricultores europeos.
Aparte de los agricultores, las empresas de suministros, como Agrosoluciones Albacete, empresa que suministra recambios de maquinaria agrícola y diversos materiales de riego, que dependen de la demanda de estos productos por parte de los agricultores, también tienen cierta incertidumbre, aunque por ahora no han notado una consecuencia directa sobre la cantidad de pedidos que reciben.
Las consecuencias directas del llamado brexit sobre la agricultura europea y en concreto sobre la de España no se verán hasta que los poderes políticos y judiciales de Inglaterra se decidan sobre el proceso formal para abandonar la UE, por lo que hasta que no se tome esta decisión no se pueden realizar conjeturas sobre los posibles efectos sobre la agricultura ni otros sectores.