Aunque muchas operaciones comerciales se siguen pagando con efectivo, cada vez son más los consumidores españoles que optan por el dinero de plástico para abonar el coste de sus compras. Según los datos del Banco de España, el número de tarjetas bancarias en circulación no ha dejado de crecer año tras año y en el segundo trimestre de 2016 alcanzó una cifra de récord: 71,93 millones de unidades. El éxito de estos productos no es casual, ya que además de la comodidad de no tener que llevar billetes ni monedas encima, ofrecen otras muchas ventajas, como descuentos en ciertos establecimientos o, en algunos casos, devoluciones de un porcentaje de lo gastado.
Existen diversos métodos de devolución de compras
Como afirman desde el comparador financiero HelpMyCash.com, la devolución de compras es una característica que cada vez incorporan un mayor número de tarjetas. Sin embargo, la manera de efectuar el reembolso de un porcentaje de lo gastado no es la misma en todos los casos. Con algunas tarjetas, por ejemplo, se recupera el dinero mediante un descuento del saldo pendiente, como en el caso de la Tarjeta Oro de Bankintercard, cuyo 5 % de devolución se aplica a las compras aplazadas realizadas a lo largo del año.
En otros casos, en cambio, ese porcentaje se devuelve aumentando el saldo disponible, es decir, incrementando la cantidad de dinero que se puede gastar al mes. También es bastante común, especialmente en las tarjetas de fidelización, que la bonificación se acumule en un cheque de descuentos que se puede utilizar en los establecimientos comerciales vinculados a la entidad emisora del plástico.
Los métodos de devolución mencionados son los más habituales para reembolsar un porcentaje de las compras realizadas con tarjetas de crédito, pero si se usa una tarjeta de débito con bonificación de compras, el reembolso se produce de un modo distinto. En este caso, se abona el dinero que corresponda en la cuenta vinculada a la tarjeta, lo que permite recuperar de manera directa una parte de lo gastado. Sin embargo, son pocas las tarjetas de débito que incorporan esta ventaja, mucho más común en las de crédito.
La bonificación puede tener ciertas limitaciones
Poder recuperar una parte de lo gastado es una ventaja muy atractiva, pero puede tener algunas limitaciones. Por ejemplo, es bastante habitual que la bonificación se aplique únicamente sobre las compras realizadas mediante la opción de pago aplazado, para las que hay que pagar un tipo de interés que oscila entre el 12 y el 29 % TAE.
Asimismo, antes de contratar una de estas tarjetas es importante leerse bien las condiciones del producto, porque es posible que solo se devuelva un porcentaje de las compras hechas en establecimientos concretos (grandes almacenes, hipermercados y gasolineras, principalmente) o que la oferta sea temporal, es decir, que el porcentaje reembolsado disminuya al cabo de un año o que la ventaja desaparezca cuando finalice el período válido de la promoción.