En lo que respecta a los contratos el mundo laboral se ha vuelto bastante complicado en los últimos años. Si no te queda del todo claro cuáles son y cómo funciona, no te preocupes, seguramente no seas el único. Por eso te traemos una lista de las diferentes modalidades de contrato que te puedes encontrar en España:
Contrato indefinido
Como su propio nombre indica, este tipo de contrato no fija una fecha concreta en la que deba acabar la prestación del servicio. Además, puede ser de jornada completa, media jornada o aplicarse a personas que realizan trabajos discontinuos. Puede formalizarse verbalmente, pero lo habitual es que se haga por escrito. Es habitual pasar de un contrato temporal a uno indefinido cuando el trabajador lleva más de 24 meses, es decir dos años, prestando sus servicios a la misma empresa y ocupando el mismo puesto y habiendo tenido ya dos o más contratos de carácter temporal.
Contratos temporales
El objetivo de los contratos temporales es establecer una relación laboral por un periodo de tiempo determinado y una actividad muy concreta. Al igual que en el caso anterior, puede ser de jornada completa o parcial. En este momento existen dos modalidades de contrato temporal, por circunstancias del mercado acumulación de tareas o exceso de pedidos y por obra y servicio.
- Por circunstancias del mercado, acumulación de tareas o exceso de pedidos: su meta es llevar a cabo tareas que constituyen muchos de los quehaceres habituales de la compañía y que, durante un periodo determinado, requieren de más personal por un aumento en la demanda. Este tipo de contrato es habitual en épocas como la Navidad y el verano, ya que el consumo en determinados sectores suele dispararse en esas fechas. Además, aquellos que sean menores de 30 años podrán ser contratados en estas condiciones si el trabajo que llevarán a cabo no va a superar los tres meses de duración.
- Por obra y servicio: siempre se formaliza por escrito y su duración también es determinada en función del servicio que el trabajador vaya a prestar a la empresa contratante. Existen varias situaciones que podrían propiciar pasar de un contrato de este tipo a uno indefinido y una de ellas es que el trabajador no haya sido dado de alta en la Seguridad Social durante más tiempo del que dura el periodo de prueba.
Contrato en prácticas
El objetivo de esta modalidad de contrato es facilitar una práctica profesional acorde con el nivel formativo de cada trabajador. Para conseguir acceso a este tipo de contrato es necesario tener un título universitario, formación profesional (puede ser tanto de grado medio como superior) o una titulación equivalente que esté reconocida de manera oficial. Por otra parte, no pueden haber pasado más de 5 años desde que el trabajador acabó sus estudios.
En este caso, la jornada podrá ser completa o parcial y la duración del contrato deberá ser de 6 meses como mínimo, aunque puede alcanzar un máximo de dos años. Además, tiene que ser formalizado por escrito y el sueldo se negociará de acuerdo al convenio colectivo para los trabajadores en prácticas. A pesar de ello, no podrá ser inferior al 60% o al 75% (durante el primer o el segundo año desde que se produzca la firma del contrato) de lo que ganaría otro trabajador que desempeñase las mismas tareas.
Contrato para la formación y el aprendizaje
Su meta es ayudar a los trabajadores a obtener cualificación profesional a través de la práctica en el lugar de trabajo y el aprendizaje en un centro de enseñanza (ya sea una universidad o un centro de formación profesional). Lo que esto quiere decir es que se trata del contrato que se les suele hacer a los becarios y por esta razón, los trabajadores que se adscriban a este tipo de contrato deberán tener entre 16 y 25 años.
Esperamos que este artículo te haya resultado útil y hayas podido hacerte una idea de cómo funcionan los contratos en nuestro país y qué modalidades existen. Si aún te encuentras inmerso en la búsqueda de empleo y te surge un gasto con el que no contabas, puedes acudir a los créditos online de respuesta inmediata, que te pueden ser de ayuda a la hora de afrontar imprevistos.