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Archive for the ‘Historias amistad’ Category

Conversaciones con un Amgel

Posted by admin On febrero - 5 - 2009

Contigo en aquel tiempo yo andaba siempre absorta, siempre a tientas, a punto de caerme, pero indemne y eterna, tomada de tu mano.

Ya casi te veía, lo mismo que al destello de un farol en la niebla, una señal de auxilio en la tormenta.

Sí, tú, mi sombra blanca, transparencia guardiana, mi esfinge azul hecha con el insomnio y el íntimo temblor de cada instante, igual que una respuesta que se adelanta siempre a la pregunta.

Sin duda en algún sitio aún estarán marcados tus dos pies delante de mis pasos porque te interponías de pronto entre mi noche y el abismo.

Sospecho que convertías en refugios dorados mis peores pesadillas, que apartabas las setas venenosas y las piedras sangrientas y venciste acechanzas y castigos.

Tal vez hasta me contagiaras mi sonrisa y lloraras después un larguísimo tiempo con mis lágrimas, vestido con mi duelo.

Después, mucho después, en esos años en que creí perderte en algún laberinto o en una encrucijada, fue cuando me dejaste a solas, tan mortal, en el destierro.

Quizás te convocaron de lo alto para un duro relevo, y acudiste como un vigía alerta sin mirar hacia atrás, aunque a veces descubrí tu perfume de nube y de jazmín en una ráfaga y hasta palpé la suavidad que deja la huida de una pluma debajo de la almohada.

Ahora, ya replegada toda lejanía con un golpe ritual, como en un abanico que se cierra, frente al fuego donde arde de una vez el lujoso inventario de todo lor imposible, contemplamos los dos el muro que no cesa, no aquel contra el que lloraríamos como estatuas de sal a la inocencia, su mirada de huérfana perdida, sino el otro, el incierto, el del principio y el final, donde comienza tu oculto territorio impredecible, donde tal vez se acabe tu pacto con el silencio y mi ceguera.

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Leyenda de una amistad Amor

Posted by admin On febrero - 5 - 2009

LEYENDA DE UN AMOR

Cuentan las leyendas
que hay un paraíso
lleno de color
de corazones alados.

De hadas y duendes
donde están
las almas enamoradas,
las que saben amar.

Cuentan las leyendas,
que lo fundaron,
dos amantes,
con corazón de diamante.

Una pareja ejemplar,
que vivía en la pobreza,
pero con toda su riqueza,
que era su amor, amar.

Quisieron reafirmar su amor,
dando vida a la vida,
para traer a un nuevo ser,
fruto de los dos,
fruto del amor.

Ella con su preñez,
seguía haciendo feliz a su amor,
sus nueves meses de pasión.

Pero la desdicha llamó a su puerta,
días de nieves, fríos y heladas,
cuando el bebé decidió hacer su entrada.

El esmerado acariciaba a su amada,
con caricias, amor, ánimos, pasión.

El nuevo ser no podía salir,
cual horca segaba su cuello,
su propio alimento…,
el que vida le daba,
ahora la muerte,
en un fuerte nudo hallaba.

Antes de abrir su mirada,
apagando su luz,
sin nadie poder hacer nada.

El salió corriendo en busca de ayuda,
en la noche fría,
entre la noche oscura.

Él a ella le dijo…

No temas amada mía,
con ayuda vendré,
y saldremos airosos,
no tendremos tal desdén.

En su caballo a galope,
el corría entre la tormenta,
un alud a la vuelta,
cayó sobre él.

En su agonía,
solo veía a su amada,
el pedía a gritos,
sálvamelos cuida de ellos,
los necesito,
no puedo partir sin verlos.

Ella entre dolores,
intentaba parir,
cuando un vuelco el corazón,
le hizo decir:

Algo no va bien,
algo pasa aquí,
siento pena no dolor,
te necesito amor.

En esos momentos,
de la nada surgió una luz,
como una aparición,
vió a su amor.

Sin palabras,
él cogió al pequeño,
que yacía entre las piernas,
acogiéndolo entre sus brazos,
con su alma se quedó.

Ella desvanecía,
sentía perder el ser.

Su amado le dió la mano,
para que se dejara llevar,
ella vió a su hijo reír,
entre los brazos de su padre.

Déjamelo coger,
déjamelo acariciar,
es nuestro corazón,
latiendo a un mismo son.

Ella desangrada,
iba perdiendo la luz,
pero otra nacía,
era la de su amor.

Tras las nevadas,
la primavera llegó,
el deshielo,
las flores…

Verdes coloridos,
rosas rojas de pasión,
y en medio,
una casita.

Rodeada de flores,
con una gran luz,
dando la sensación,
de querer clamar tu atención.

Allí yacían los cuerpos,
de la familia que pereció,
tan unida,
que en piedra se quedó.

Dicen las leyendas,
que en la noche,
la casa brilla,
haciendo un haz de luz.

Que sale desde la casa,
que emerge en los cielos,
y se puede ver en las estrellas,
un Pegaso cual corcel,
que lleva a una pareja,
y un angelito tras él.

Cuentan las leyendas,
que el amor era tal,
que bajan para salvar,
a corazones alados,
que como ellos,
han sabido amar.

Y sus almas siguen vivas,
amándose para la eternidad.

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Amigas desde la huerta

Posted by admin On enero - 19 - 2009

La amistad se demuestra principalmente en los malos momentos…….

Lula y Lila eran dos plantas de espinacas que nacieron en un mismo huerto y habían sido amigas desde entonces. Habían pasado juntas por los terribles fríos del invierno y los largos días de sol, y siempre se habían apoyado mutuamente, en espera de llegar a aquel momento mágico con que toda espinaca soñaba: el momento de servir de comida a un niño y transmiterle toda su fuerza.

Así que cuando llegó la hora de la cosecha, fueron juntas y felices a la fábrica de preparado, y de allí a la de envasado, y de allí al supermercado, donde fueron expuestas en uno de los mejores estantes. Ambas veían emocionadas pasar las señoras con sus cestas, fijándose en aquellas a las que acompañaba algún niño. Pasó todo un día entero sin que nadie se acercara, pero justo antes del cierre, una señora se acercó demasiado al estante, y sin darse cuenta golpeó la bolsa de Lula, que cayó al suelo, justo antes de que uno de los pies de la señora la empujara bajo la estantería.

Nadie se dio cuenta de aquello, y Lula pasó toda la noche llorando, sabiendo que se quedaría bajo el estante hasta ponerse mohosa. Lila, muy apenada, se lamentaba de la suerte de su amiga, sin poder hacer nada. Al día siguiente, cuando a media mañana se acercó una señora acompañada por un niño adorable, dispuesta a comprar la bolsa de Lila, ésta no podía alegrarse pensando en la desgracia de Lula. Y en un momento de locura y amistad, hizo un último esfuerzo por ayudar a su amiga de la infancia: justo cuando el niño iba a agarrar la bolsa, Lila sé dejó caer del estante y fue a parar al suelo junto a Lula. El niño, sorprendido y divertido, se agachó y sin darse cuenta cogió ambas bolsas.

Lila acabó con un par de tallos rotos, pero no le importó hacer aquello por salvar a su amiga. Y cuando horas después compartía el plato del niño con Lula, se sintió la espinaca más feliz del mundo por poder cumplir su sueño junto a su mejor amiga.

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La historia de El Buen Amigo

Posted by admin On enero - 19 - 2009

Había una vez un muchacho quien tenía un mal temperamento.
Un día su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera su temperamento, él debería clavar uno en la parte de atrás de la cerca.
El primer día el muchacho había puesto 37 clavos en la cerca.

En las siguientes semanas, así como iba aprendiendo a controlar su ira el número de clavos iba disminuyendo gradualmente.
Descubrió que era más fácil controlar su temperamento que poner aquellos clavos en la cerca y finalmente llegó el día en que el muchacho no perdió su temperamento para nada.
Le dijo a su padre acerca de esto y él le sugirió que ahora fuera quitando un clavo por cada día en el que era capaz de controlarse.

Los días pasaron y el muchacho finalmente fue capaz de decirle a su Padre que había quitado todos los clavos.
El padre tomó a su hijo de la mano y lo condujo a la cerca. Le dijo:
«Lo has hecho bien, hijo, pero observa los huecos en la cerca. La cerca nunca volverá a ser la misma.
Cuando dijiste cosas enojado, ellas dejaron una cicatriz como ésta.
Tú puedes ponerle un cuchillo a un hombre y cortarlo No importa cuantas veces digas lo siento, la herida seguirá ahí».
Una herida verbal es tan mala como una física.

Efectivamente, los amigos son joyas muy raras.
Ellos te hacen reír y te alientan para que tengas éxito.
Te prestan atención, comparten palabras de elogio y siempre quieren abrir su corazón a nosotros.

Perdóname, por favor, si alguna vez hice un hoyo en tu cerca.

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Leyenda del verdadero Amigo

Posted by admin On enero - 19 - 2009

Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron. El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:

Hoy, mi mejor amigo me pego una bofetada en el rostro.

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse.
El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.
Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:

Hoy, mi mejor amigo me salvo la vida.

Intrigado, el amigo preguntó:
¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?

Sonriendo, el otro amigo respondió:
Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.

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Un Cuento Árabe sobre la Amistad

Posted by admin On enero - 19 - 2009

A un oasis llega un joven, toma agua, se asea y pregunta a un viejecito que se encuentra descansando: ¿Qué clase de personas hay aquí?
El anciano le pregunta: ¿Qué clase de gente había en el lugar de donde tú vienes?

«Oh, un grupo de egoístas y malvados» replicó el joven.
«Estoy encantado de haberme ido de allí».

El cuento es una narración breve de hechos imaginarios o reales, protagonizada por un grupo reducido de personajes y con un argumento sencillo. Aqui teneis una pequeña seleccion de cuentos infantiles SOBRE EL AMOR Y LA AMISTAD podeis ver mas pinchando sobre los numeros espero sean de su interes, agrado y util

A lo cual el anciano comentó: «Lo mismo habrás de encontrar aquí».
Ese mismo día, otro joven se acercó a beber agua al oasis, y viendo al anciano, preguntó:
¿Qué clase de personas viven en este lugar?
El viejo respondió con la misma pregunta: ¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde tú vienes?
«Un magnífico grupo de personas, honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado».
«Lo mismo encontrarás tú aquí», respondió el anciano.

Un hombre que había escuchado ambas conversaciones le preguntó al viejo:
¿Cómo es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma pregunta?

A lo cuál el viejo contestó:
Cada uno lleva en su corazón el medio ambiente donde vive. Aquel que no encontró nada bueno en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa aquí.
Aquel que encontró amigos allá podrá encontrar amigos acá.

(1183)

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