Dame trabajo Señor,
pero dame el trabajo que yo haga mejor.
Para entregarme a Ti en cada día de labor.
Dame el trabajo que aguce mi oído
para que pueda escuchar el eco de las pisadas
del ser amado.
Y como la sangre surca por mis venas
cantando su vieja canción de vida.
Dame el trabajo que aclare mi vista
para que pueda ver el resplandor del sol
en el rostro de cada hombre.
Y las lágrimas que aún no han sido derramadas
en el rostro de cada niño.
Dame el trabajo Señor que sensibilice mis manos
para que pueda sentir la ternura oculta en la roca.
Y la firme determinación de una flor.
Tómame Dios, esto es todo lo que tengo,
y esto es todo lo que soy
(1098)