No se trata sólo de que en vez de chapa lleve madera, sino que se ha aplicado la madera en todo lo posible (teniendo en cuenta que hay un motor de combustión dentro). La madera es también el componente fundamental del chasis e incluso de las ruedas. Parece que la industria del automóvil esté centrada en los coches autónomos y las energías limpias, pero eso no impide que se ponga empeño en creaciones cuya prioridad sea, ya no sólo un diseño sorprendente, sino un material. ¿Coches de metal? Demasiado convencional para Joe Harmon, que tras años de trabajo ha construido un coche de madera completamente funcional: Splinter. El ingeniero es sinónimo del empeño que ponemos en ocasiones en materializar ideas, dado que este curioso coche es fruto de un trabajo de ocho años entre planteamiento y fabricación. Porque no, no se trata sólo de que en vez de chapa lleve madera, aquí hablamos de haber aplicado la madera en todo lo posible, teniendo en cuenta además que hay un motor de combustión dentro (spoiler: el cual sí que no es de madera). No es sólo cuestión de diseño Joe Harmon inició este curioso proyecto tras graduarse en la Universidad en Carolina del Norte. La idea de un coche de madera que pueda conducirse ha tardado ocho años en ser una realidad, siendo cinco de éstos los que ha ocupado la construcción del mismo. De hecho, ya vio la luz en el pasado Essen Motor Show en Alemania el pasado mes de diciembre. La construcción fue inspirada en parte en un avión de la Segunda Guerra Mundial ¿Por qué un coche de madera? La idea cuajó por varios motivos, según explica Harmon en su web. Por una parte está la inspiración que tuvo Harmon en un el Havilland Mosquito, un avión de la Segunda Guerra Mundial que batió récords de velocidad siendo construido totalmente en madera, y por otro lado está que, según explica el ingeniero, el aluminio tenga un mejor ratio fuerza-peso que el acero y el aluminio. De hecho, aunque lo visible es lo que sería la carrocería, lo cierto es que la madera es también el componente fundamental del chasis e incluso de las ruedas (no el neumático). Como podemos ver, el estilo elegido es el diseño deportivo, y las puertas se abren hacia arriba como algunos modelos de Lamborghini, McLaren y Ferrari entre otras. ¿Y la potencia? El Splinter se puede conducir perfectamente, con un sistema de seis marchas. Y Harmon no ha escatimado en motor dado que, según asegura a Business Insider, el coche tiene más de 650 caballos de potencia. Lejos de las propuestas de los coches eléctricos o autónomos que se mencionaban al principio, aquí ni hay ni habrá una producción en masa. Se trata de un curioso proyecto que se materializa tras la perseverancia de un ingeniero en hacerlo realidad y en mostrar que la madera tiene unas propiedades que la hacen más versátil de lo que se suele pensar. La madera es nuestro material natural renovable de construcción, requiere una cantidad extraordinariamente pequeña para su producción y es totalmente biodegradable. Eso sí, habría que ver por cuántos árboles sale cada coche, y por cuánto en total (dato que no se conoce aún). Tampoco se sabe por cuánto se pondría a la venta, aunque cuesta pensar que el ingeniero quisiese venderlo tras ocho años de trabajo en él. En la cabeza de Harmon ya hay otras ideas, veremos si también se trata de seguir con la madera o vemos algún otro cambio de material tan original. Vía | Xataka