La deuda y el fin de los estímulos en EE UU pintan unos meses difíciles en el mercado. Los analistas aconsejan cautela y empresas con poco peso local.
Beatriz P. Galdón.
Puf! Esta será seguramente la expresión de más de un inversor a la hora de pensar en el horizonte de inversión más cercano. Y no es para menos. Llegados a la finalización del primer semestre y después de cuatro años de crisis financiera, colean viejos problemas y aparecen nuevas incertidumbres.
Junio acaba de empezar y se acerca un verano cargado de referencias y de citas relevantes para las Bolsas. Por delante están las reuniones de los bancos centrales de Europa y Estados Unidos para decidir sobre los tipos de interés, las convocatorias del Eurogrupo y el Ecofin, que deberán pronunciarse sobre la crisis griega; la cumbre de jefes de Estado; la publicación de los resultados empresariales del segundo semestre; la valoración del Fondo de Reestructuración Ordenación Bancaria (FROB) de las cajas de ahorros; las salidas a Bolsa de Caixabank, Bankia y Banca Cívica, además de la de Atento y Dia; la finalización del segundo paquete de ayudas a la economía estadounidense, conocido como quantitative easing, y los test de estrés a la banca europea. Toda una prueba de resistencia para las Bolsas.
Los mercados llegan a esta parte del calendario en condiciones óptimas. Las principales plazas financieras de Europa y EE UU ofrecen rentabilidades positivas este año. Además, según afirma Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4, las valoraciones no están caras.
Ahora bien, aventurar cuál puede ser la reacción de los mercados a la extensa agenda que tienen por delante parece imposible. “Puede ocurrir de todo. Podemos tener un verano alcista, bajista o lateral. El entorno es muy cambiante, y el que acierte habrá tenido mucha suerte”, explica Javier Barrio, responsable de ventas institucionales en España de BPI. “El corto plazo está salpicado por variables incontrolables”, añade.
Hay, por otro lado, una circunstancia que complica aún más cualquier tipo de predicción. “Tengo dudas de lo que puede pasar. Llevamos meses con un escenario adverso y las Bolsas han aguantado muy bien. En cualquier otro momento hubieran caído mucho”, explica Luis Benguerel, responsable de renta variable y derivados de Interbrokers.
En el punto de mira
La situación de la deuda en Grecia, Portugal, que el domingo celebra elecciones, e Irlanda mantiene pendientes a los inversores. Pero el foco de atención está una vez más en España. “Los problemas en el país heleno no dejan de ser menores, por el tamaño de su economía. Lo que me preocupa es España. Algunos datos de abril y mayo han sido muy malos; tengo mis dudas de si la economía entrará en recesión en el segundo trimestre”, aventura Javier Barrio. Para el experto, hay un hecho que puede dar el pistoletazo de salida al recrudecimiento de la crisis: “Tras las elecciones y los cambios de Gobierno se van a realizar auditorías en las cuentas de las comunidades autónomas. Estoy convencido de que nos vamos a encontrar sorpresas desagradables”. Hasta marzo de 2011, el déficit autonómico alcanzó los 5.000 millones de euros, el doble que el registrado por la Administración central.
Con este contexto se antoja difícil para los expertos recomendar Bolsa. Aun así, aunque pocas, se encuentran oportunidades, pero siempre anteponiendo la cautela. Una estrategia adecuada al contexto sugiere la elección de compañías con escasa exposición a la economía española, o que por el momento de ciclo puedan seguir un mejor comportamiento. Algunas compañías citadas por los analistas son Ferrovial, ACS, Viscofan, Ebro Foods, Abertis, Gas Natural y Pescanova. Entre los grandes del Ibex hay más predilección por Telefónica, ya que el sector bancario sigue proyectando cierto riesgo. Fuera de España destacan el fabricante de neumáticos Michelin, Alcatel y los sectores farmacéutico y asegurador.
Son algunos ejemplos que sopesan los analistas, pero reconocen que “con una situación como la actual es difícil hacer estrategias, porque puede llegar el momento en el que sufran todos los valores”, explica Javier Barrio.
La medida para comprobar el riesgo de inversión seguirá estando en el diferencial de la deuda española sobre la alemana, la que se considera de mayor solvencia. En la última semana volvió a escalar por encima de los 240 puntos básicos; a principios de año marcó un máximo de 267. “Para que la Bolsa suba y consolide esa tendencia es necesario que el riesgo soberano se reduzca”, apunta Natalia Aguirre.
Los expertos son reacios a la hora de recomendar Bolsa española. Las preferencias se sitúan ahora en otros mercados europeos, sobre todo el alemán que encabeza la recuperación económica, y los emergentes, donde destacan los países latinoamericanos. Por esta última vía las posibilidades de ganar dinero en Bolsa sin salir del mercado local se amplían con compañías que cuentan con fuerte exposición en la zona, como son los grandes bancos, Santander y BBVA, o Telefónica. Brasil y México son los países en que se prevé más potencial de crecimiento. Fuera de esta región, los gestores apuestan por el sudeste asiático: en especial por China y Corea del Sur.
También hay un grupo de pequeñas compañías que generan la mayor parte de la facturación en el exterior. Es el caso, por ejemplo, de Europac, Tubos Reunidos, Pescanova, Miquel y Costas, Unipapel, Rovi, Viscofan, Vidrala y Codere, que además reúnen el atractivo de tener un nivel reducido de deuda. Son empresas con buenas recomendaciones por parte de los analistas.
Mientras se despeja el camino, lo más probable es que las Bolsas continúen en lateral. A nivel técnico, el soporte más importante para mantener son los 10.000 puntos, que se han respetado a lo largo del año. Para conseguir una inercia alcista es necesario que el Ibex supere los 10.450 puntos, y para hablar de una tendencia alcista habría que superar primero los 11.300, y después, los 12.222 puntos, que fueron los máximos a los que llegó el indicador en 2010. “En los 10.000 puntos se ve que entra dinero, pero principalmente es de inversores que quieren obtener plusvalías en dos o tres días. Los gestores no quieren riesgo, y no están tomando posiciones largas”, explica Alberto Roldán, director de renta variable de Inverseguros.
Con un verano tan complejo como parece que se presenta, la precaución debe dictar el comportamiento de los inversores. Además de apostar por empresas que presenten una buena salud financiera, es importante diversificar la cartera. No hay que perder de vista tampoco la evolución que siga el euro, que marcará la confianza que mantiene el mercado sobre las economías, especialmente de los países periféricos.