El Banco Central Europeo (BCE) realiza cada trimestre una encuesta sobre préstamos bancarios en la zona euro. En esta última encuesta, de octubre de 2016, se puede ver cómo la demanda de financiación ha aumentado tanto en préstamos personales como en préstamos para pymes y empresas. Parece que las medidas de estímulo aplicadas en marzo de este año, como la rebaja del coste del dinero al 0 % o la facilidad de depósito al menos 0,40, están dando sus frutos, creando una pequeña guerra de precios entre entidades y provocando un aumento en la demanda de créditos, según nos informa el comparador financiero HelpMyCash.com.
¿En qué afectan los préstamos demasiado baratos?
Una de las medidas de estímulo del BCE que debemos tener en cuenta es el nuevo plan TLTRO II que planea ofrecer a los bancos un interés negativo – el supervisor les pagará por prestarles dinero – si entre febrero de 2016 y enero de 2018 aumentan de forma neta su volumen de préstamos en un 2,5 %.
Estas medidas han hecho que se mejoren las ofertas de créditos al consumo para particulares, reduciendo los tipos de interés en sus ofertas de financiación, pero también han hecho que se reduzcan los márgenes de beneficio y los ingresos por los intereses netos de los bancos. Por esto, el Banco de España (BdE) teme que unos préstamos demasiado baratos afecten a la rentabilidad de los bancos y que, como consecuencia, no lleguen a las exigencias de los inversores para que les presten el capital que necesitan. Si esto ocurriese, los bancos podrían no conceder préstamos a medio plazo, algo que afectaría negativamente en la frágil recuperación económica de nuestro país.
Es por esto que el BdE no quiere préstamos demasiado baratos y exige a las entidades que la financiación que concedan tenga unos intereses que cubran el riesgo que entraña la operación, los costes de la financiación en sí y los de estructura y, además, no quiere que se tengan en cuenta aspectos como la vinculación del cliente para el cómputo.
Préstamos baratos sí, pero no demasiado
El Banco de España no ha establecido ningún precio mínimo por debajo del cual las entidades no puedan entregar financiación solo que los intereses de los préstamos cubran los costes de capital, de riesgo y de impago. De todas maneras, sí que ha determinado que no podrá ser por debajo de ningún índice de referencia (como la deuda pública). Lo que el BdE quiere evitar con esta medida es la práctica del dumping, es decir, “tirar los precios por debajo del coste con el objetivo de ganar cuota de mercado para luego subirlos más adelante”.
Esto no significa que los préstamos se encarecerán en un futuro próximo, ya que el objetivo tanto del Banco de España como del Banco Central Europeo es continuar fomentando el crédito al consumo en Europa, sino que la guerra de créditos de las entidades financieras por conseguir una mayor cota de mercado no llegue a límites que puedan entorpecer la recuperación económica.